De hecho, cada vez son más los colegios que sumándose a la novedad, incorporan en sus aulas, todo tipo de recursos pedagógicos impregnados de tecnología e innovación.
Este amplio conocimiento y uso, despierta el interés de l@s pequeñ@s que cada vez más temprano comienzan a utilizar este tipo de tecnologías a expensas de renunciar, casi de manera inconsciente, a otro tipo de actividades e intereses.
El atractivo de la tecnología, unido a su amplio abanico de funciones, despierta en l@s niñ@s un interés tal, que no es de extrañar que pasen horas y horas, entreteniéndose frente a un ordenador, una consola, e incluso ante un teléfono móvil. Está claro que el futuro tiene una clara etiqueta tecnológica, que conocer y manejarlas nuevas tecnologías, es casi una necesidad vital y especialmente útil, no cabe duda; pero a pesar del atractivo que envuelve a las nuevas tecnologías y pese a que han nacido para hacernos la vida más fácil, un uso abusivo de las mismas a edades tempranas, puede tener consecuencias nocivas en el desarrollo psicosocial de l@s pequeñ@s.
Por esta razón y a pesar de que es necesario fomentar el conocimiento de las mismas por su utilidad práctica, no debemos olvidar el increíble valor que tiene para la vida de l@s niñ@s el relacionarse socialmente con sus iguales de manera directa; el conocer el entorno natural que les rodea; el iniciar juegos al aire libre en áreas naturales donde poder desarrollar su imaginación, descubriendo asi mismo, lugares nuevos en los que adquirir aprendizajes diferentes. Lugares, donde desarrollar y potenciar tanto sus hablilidades sociales como su salud, pues el disfrutar de la naturaleza, contribuye indirectamente en un aumento del ejercicio físico, y el sentirla y vivirla aporta una sensación de bienestar y seguridad que preserva y protege al niñ@ del estrés diario al que las exigencias cotidianas nos somete atod@s.
No debemos olvidar que ante todo somos seres sociales, que aprendemos y crecemos en sociedad y que los contactos con la naturaleza pueden ayudar a l@s más pequeñ@s a integrarse mejor en su grupo de iguales y a mejorar sus relaciones con los demás. Por esta razón y teniendo en cuenta que tanto el valor de la naturaleza como el valor de la tecnologíaes incuestionable para nuestra vida social, se debe fomentar el contacto con ambas “áreas”, tratando de que l@s pequeñ@s las consideren igualmente interesantes, necesarias y atractivas.
Así, de encontrarnos ante casos en los que l@s pequeñ@s prefieran más el contacto con la tecnología que con la naturaleza, podrían establecerse acuerdos con ell@s de manera que se dedicara un tiempo prudencial para ambas actividades, un tiempo, eso sí, que les permitiera el amplio conocimiento de las mismas y sobre todo el aprovechamiento y disfrute de su utilidad por igual.
Manuela Clemente Martos. Psicóloga
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