viernes, 24 de mayo de 2013

La mentira en los niños y niñas

La mentira es un mecanismo de defensa de las personas. Es algo natural en nuestra especie, que cumple varias funciones como proteger la autoestima, el anhelo de ser aceptado y amado, evitar que nos juzguen, proteger la intimidad, obtener lo que se desea, etc.
Es un falso mecanismo de defensa, ya que la mentira nos atrapa en sí misma. Nos lleva al autoengaño y al desequilibrio y malestar emocional. La sinceridad, por lo tanto nos libera y nos aporta salud emocional.
shutterstock 85103197 La mentira en los niños y niñas
Las mentiras son por desgracia, algo habitual en el ser humano. En ocasiones sin saber muy bien porque se produce el mecanismo que nos hace mentir. Es un mecanismo de defensa y de protección. Pero aunque sea algo natural y en cierto modo adaptativo, mentir no es bueno, en el sentido de que la mentira nos atrapa y nos hace no afrontar realidades.
Es fundamental fomentar en los más pequeños el hábito de decir la verdad, para que lo generalicen en su futuro. Ya que ser capaz de decir la verdad y asumir la realidad es muy importante para el desarrollo emocional sano, para la autoestima y para las relaciones sociales.
¿POR QUÉ MIENTEN LOS NIÑOS Y NIÑAS?
Todos los niños y niñas pequeños en algún momento de su desarrollo mienten. Tenemos que ver diferentes tipos y causas de las mentiras de los niños y niñas. Algunas de estas mentiras son naturales y apropiadas, ya que tienen que ver con el mundo de fantasía de los niños. En todo caso son etapas comunes, pero debemos prestar atención a que éstas no se generalicen y se transformen en hábito.
Diferentes tipos de mentira en los niños y niñas
  • Antes de los 5 años, existen unas mentiras, que son naturales y sin intención, su fantasía natural y espontanea, se mezcla con la realidad. Una mentira no tiene más importancia, pero cuando se mantiene pasada esta edad y se convierte en algo habitual, hay que intervenir, puede ser un mecanismo de defensa para mantener la autoestima.

  • Mentira intencionada, sabiendo que están mintiendo y con alguna intención, como:
    • Librarse de un castigo. “ Tengo que decir que yo no he sido, para que no me castiguen”
    • Conseguir algo que quieren o evitar algo que no quieren. “Si digo que he hecho los deberes, conseguiré un premio”
    • Miedos. “Esto me da miedo, invento algo, una realidad que no me de miedo”
    • Necesidad de aparentar. “Yo no quiero ser inferior, cuento esto para aparentar ser como los demás o mejor”
    • Imitación de otras personas que mienten. “Mis papás mintieron en esto, es bueno mentir en determinadas situaciones”
    • Mantener la estabilidad. “Si cuento esto, las cosas van a cambiar”
    • Necesidad de ser aceptado y amado. “Si me muestro como desean y oculto lo que no les gusta me aceptaran”
    • Dificultad para asumir la realidad. “Esto que estoy viviendo no me gusta, no es como debería ser, mejor es de esta otra manera”
En estos casos, debemos indagar cual es la causa de la mentira e intervenir. En determinados casos puede llevar detrás un problema mucho mayor que la mentira en sí; en otros casos es un mal hábito que es importante eliminar. Ya que mentir ante cosas como evitar un castigo, puede no tener demasiada importancia, pero si esta conducta se generaliza, ante problemas mayores el niño o niña tendera a mentir, a ocultar lo que le ha pasado y no podremos ayudarle.
¿QUÉ PODEMOS HACER PARA EVITAR LAS MENTIRAS?
  • Sirve de ejemplo desde el principio. No mientas, que los pequeños vean como por complicado que sea decimos la verdad. Utiliza un estilo de comunicación asertivo consistente en ser sincero pero sin dañar a los otros. Afronta la realidad y cuenta las cosas como son.
  • Proporciona un clima de confianza. Procura no juzgar al pequeño cuando éste es sincero. Es importante que los niños y niñas crezcan en un ambiente donde se sientan seguros para contar lo que piensan y sienten, sin miedo a ser juzgados o perder la estima de sus seres queridos.
  • Habla con ellos y explícales la diferencia entre la mentira y la verdad. Y las consecuencias de ser mentiroso y de ser sincero. Puedes emplear cuentos, anécdotas, ejemplos, etc.
  • Refuerza la sinceridad. Cuando el pequeño nos diga la verdad, aunque esta implique reconocer algún mal comportamiento, debemos reforzar al niño o niña por su sinceridad. Explicarle que no nos gusta la conducta que ha hecho pero que estamos contentos y orgullosos porque ha dicho la verdad. Esto no quiere decir que se libre del castigo por la mala conducta. Se castiga la mala conducta pero se premia la sinceridad.
  • No le mientas. Es habitual que ante determinadas cuestiones evitemos decir la verdad a los pequeños para protegerlos y no hacerlos sufrir. Es importante evitar estas mentiras, podemos suavizárselas al niño/a, comunicarle lo que sea de manera asertiva, pero nunca engañarle.
¿QUÉ HACER ANTE LA MENTIRA?
Cuando el niño o la niña mienten, ¿Qué  podemos hacer?
  • Primero es importante saber cuando están mintiendo. Si el niño miente no se mostrará relajado, y cuando le preguntemos no sabrá que responder.
  • Si descubrimos una mentira, no debemos reaccionar de forma desproporcionada. Habla con él en privado y no en público, si le descubres su mentira en público se sentirá abochornado y probablemente aprenda cómo hacerlo para no ser descubierto la próxima vez.
  • Habla con él, pregúntale, e intenta comprender porque miente el pequeño. De esta forma le demuestras, tu comprensión, no se siente juzgado, no teme perder la aceptación y el afecto y se sentirá seguro para decir la verdad.
  • Dependiendo de la causa de su engaño, actuaremos de un modo u otro. En todo caso debemos explicar al pequeño que decir la verdad es bueno. Qué todos hacemos cosas o nos suceden cosas que no nos gustan. Pero que no pasa nada, que debemos ser sinceros y asumir lo que hemos hecho o lo que nos ha pasado. Qué la gente le aceptará con sus defectos o con lo que haya hecho mal, pero que debe contarlo para que los demás puedan confiar en él y puedan ayudarle, aconsejarle o apoyarle.
Celia Rodríguez Ruiz
de Blog Escuela de Padres La entrada La mentira en los niños y niñas aparece primero en El Portal de Educapeque

El psiquiatra que "descubrió" el TDAH confesó antes de morir que "es una enfermedad ficticia"


El semanario alemán Der Spiegel, en un artículo en que ponía en relieve el aumento de enfermedades mentales en la población alemana, explicó que Eisenberg dijo, siete meses antes de morir, cuando contaba ya con 87 años, que “el TDAH es un ejemplo de enfermedad ficticia”.

Los inicios del TDAH

Los primeros intentos por tratar de explicar que había niños con TDAH sucedieron en 1935. Por aquellos tiempos, los médicos habían tratado por primera vez a niños de primaria con un carácter inquieto y con dificultad para concentrarse en lo que se les pedía, bajo el diagnóstico de síndrome post-encefálico. Fue un intento que no cuajó porque claro, la mayoría de esos niños nunca habían tenido encefalitis.
En los años sesenta apareció el protagonista de nuestra historia, Leon Eisenberg, quien volvió a hablar de dicha enfermedad, pero esta vez con otro nombre, “reacción hipercinética de la infancia”. Bajo dicho diagnóstico pudo tratar a alumnos difíciles, probando diferentes psicofármacos con ellos. Empezó con dextroanfetamina y luego utilizó el metilfenidato, droga con la que consiguió su objetivo y que hoy en día prevalece como tratamiento de elección: los niños enérgicos se transformaban en niños dóciles.
En el año 1968 se incluyó la “reacción hipercinética de la infancia” en el Manual Diagnóstico y Estadístico (DSM) y desde entonces forma parte de dicho manual, sólo que ahora recibe el conocido nombre de Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).


El logro de Eisenberg y sus colaboradores fue conseguir que la gente creyera que el TDAH tiene causas genéticas, que es una enfermedad con la que se nace. Él mismo dijo, junto con las palabras en que decía que era una enfermedad inventada, que la idea de que un niño tenga TDAH (entendemos que la idea de que un niño sea muy movido y sea un alumno problemático) desde el nacimiento estaba sobrevalorada. Sin embargo, al conseguir que esto calara en la población y en los padres, el sentimiento de culpa desaparece, los padres se sienten aliviados porque el niño ha nacido así y el tratamiento es menos cuestionable. En 1993 se vendieron en las farmacias alemanas 34 kg de metilfenidato. En el año 2011 se vendieron 1.760 kg.
El conocido psiquiatra, que llegó a hacerse cargo de la gestión del servicio de psiquiatría en el prestigioso Hospital General de Massachusetts en Boston, donde fue reconocido como uno de los más famosos profesionales de la neurología y de la psiquiatría del mundo, decidió confesar la verdad meses antes de morir afectado de un cáncer de próstata, añadiendo que lo que debería hacer un psiquiatra infantil es tratar de determinar las razones psicosociales que pueden producir problemas de conducta. Ver si hay problemas con los padres, si hay discusiones en la familia, si los padres están juntos o separados, si hay problemas con la escuela, si al niño le cuesta adaptarse, por qué le cuesta, etc. A todo esto añadió que, lógicamente, esto lleva un tiempo, un trabajo y acompañado de un suspiro concluyó: “prescribir una pastilla contra el TDAH es mucho más rápido” (a lo que yo añadiría “y mucho más ventajoso para el negocio de la psiquiatría”).

El negocio de la psiquiatría

Como he dicho al principio de la entrada parece que la psiquiatría es un monstruo capaz de llevarse cualquier cosa por delante, con un hambre voraz, que no se detiene y que hará todo lo posible por tratar de conseguir que toda persona sana acabe tomando una u otra medicación para tratar su (no) enfermedad. Se les ve el plumero, y una prueba más de ello es que ya existe la próxima enfermedad que será difundida por toda la infancia: el trastorno bipolar o enfermedad maníaco-depresiva.
Hasta los años noventa era una afección desconocida en los niños. Ahora ya es uno de los diagnósticos más frecuentes en psiquiatría infantil, hasta el punto que las visitas por este trastorno se han multiplicado por 40 en menos de diez años, siendo muchos de los “enfermos” niños de dos y tres años.
Uno de los responsables de la llegada del trastorno bipolar a EE.UU. es el psiquiatra Joseph Biederman, que lleva años haciendo estudios y conferencias sobre el tema y que recibió 1,6 millones de dólares entre el año 2000 y el 2007, procedentes de las farmacéuticas que fabricaron los medicamentos para dicho trastorno, al parecer para dedicarlos a seguir investigando la enfermedad.
Pero esto no es todo. Para conocer el alcance real del negocio de la psiquiatría, para ver hasta qué punto se inventan las enfermedades para luego poder dar los fármacos que ya existen, un estudio realizado por la psicóloga estadounidense Lisa Cosgrove reveló que, de los 170 miembros del grupo de trabajo del DSM (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales), es decir, los que hacen el manual de psiquiatría de referencia mundial, 95 (el 56%) tenía una o más relaciones financieras con las empresas de la Industria Farmacéutica.

¿Existe el TDAH?


Yo no sé si existe o no existe (y eso que el que la inventó dice que no), ni tampoco me toca a mí responder a esta pregunta, sin embargo estoy seguro de que son muchos los niños diagnosticados cuyo único pecado ha sido ser demasiado movidos, o ser demasiado insistentes a la hora de demandar de sus padres un poco más de atención. Ya hace más de dos años os ofrecí dos entradas en las que explicaba cómo se diagnostica elTDAH, para que vierais que no existe ninguna prueba diagnóstica de ningún tipo que determine que un niño tiene el mencionado trastorno. Todo se hace en base a la observación y en base al cumplimiento o no de unos criterios o parámetros que los niños normales deben hacer.
Ahora bien, ¿qué es ser normal? Krishnamurti dijo que “no es signo de buena salud el estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma”, así que quién sabe, quizás los niños que se rebelan ante el intento de domesticarles, aquellos que no soportan estar sentados escuchando cosas que no les interesan, aquellos que preferirían poder decidir qué hacer en sus vidas en todo momento, aquellos que quieren probarlo todo y no dejarse nada, quizás sean al fin y al cabo los más cuerdos.
No digo que ninguno de estos niños no tengan nada. No digo que no necesiten ayuda, porque es muy probable que muchos de ellos tengan muchos problemas, pero nunca he creído en la existencia de un trastorno que afecte al 10% de los niños y mucho menos he creído en la cura milagrosa del metilfenidato, porque si bien los niños cambian su comportamiento, los problemas que hicieron que el niño funcionara de un modo no aceptado siguen ahí.

Vía |de Bebesymas  World Public Union
Fotos | Leon Eisenberg en Harvard, StormyDogArchitopher en Flickr
En Bebés y más | El sobrediagnóstico del TDAH puede poner en riesgo la salud de los niñosPosibles causas del TDAH en niños y niñasIntervención en niños y niñas con TDAH

domingo, 5 de mayo de 2013

Encuesta de Satisfacción.

Queremos que las familias  participen en nuestro centro educativo y un aspecto muy importante es conocer su opinión y a la vez asegurarnos  tod@s los miembr@s de la comunidad educativa  comparten la misma visión y finalidades.
Las encuestas de satisfacción no solo nos ayudarán a comprender los factores que fortalecen las relaciones, a incrementar las actividades que hacemos con éxito sino también vamos buscando  desarrollar y estrechar una relación con las familias que al final nos ayudarán a definir los objetivos para tomar decisiones a corto y largo plazo.

Si quieres acceder a la página de las encuestas desde aquí puedes hacer click en el dibujo.

Recuerda, si no dispones de ordenador o internet, puedes hacer la encuesta en el cole, respetando la privacidad y el anonimato.

Muchas gracias por vuestra colaboración.