Los padres me suelen preguntar por estrategias y herramientas para que sus hijos pequeños aprendan más y mejor. Muchas veces esperan que les aconseje métodos concretos o clases especializadas, pero la verdad es que todo es mucho más sencillo.
Tan sencillo como observar y aceptar que un niño es un pequeño ser humano en crecimiento y que debemos respetarlo como ser curioso, activo y en constante movimiento, es decir, comprender al niño en su estado natural en vez de forzarlo a avanzar más rápido o hacia un objetivo que contraría sus necesidades. Aqui os dejo tres ideas para que vuestros hijos aprendan más y mejor.
Respeta su ritmo, antes no es mejor
No, no, antes no es mejor. Pero es que debería estar muy claro para todos y no presionar a los niños para que adquieran conocimientos o habilidades de forma prematura, penalizar al que no lleva ese ritmo o valorar el llegar antes.
De hecho, todo parece indicar que adelantar el inicio de la lectoescritura, por ejemplo, no está favoreciendo en nada el conseguir que esos niños sean lectores apasionados en el futuro, ni mejorar los índices de analfabetismo funcional. Ni tan siquiera consigue que de verdad lean antes.
Que sepan reconocer las letras con cuatro años a base de repetirlas cada día o hacer fichas es una soberana estupidez, una pérdida de tiempo y no sirve para nada. Los niños aprenderán a leer. A esa edad lo que necesitan hacer es jugar. Y solo enseñarle a leer al niño que demuestre un interés verdadero, sin andar con truquitos ni chantajes para que diga querer.
No le corrijas continuamente
Otra horrible manía de corregir continuamente al niño que tienen algunos adultos no hace más que entorpecer el aprendizaje del pequeño, impedirle descubir sus soluciones, comerle la autoestima y hartarlo hasta la naúsea.
¡Que pesados! De verdad, insoportable se me hace a veces escuchar a los adultos machando al niño con continuas correcciones e instruciones. “No, no se hace así”, “Coge el lápiz como yo te lo enseño”, “Lo haces mal”… de verdad que no hace falta. A los niños hay que enseñarles, y darles ejemplo. Pero no corregirles machaconamente en cosas que deben hacer ellos: un puzle, un dibujo, una construcción.
Si detectáis que corregis continuamente a los niños, corregid esa mala costumbre. Les estáis dificultando el aprendizaje. Para que puedan aprovechar bien las enseñanzas necesitan errar, repetir, intentar y encontrar sus soluciones. Vosotros estáis ahi para ayudarles, explicarles si es preciso (cuando es preciso) pero no para juzgar y conducir cada uno de sus movimientos. Relajáos.
No le castigues ni le ofrezcas premios por su aprendizaje
Aprender es un proceso natural en el ser humano, de hecho, es lo que mejor caracteriza a nuestra especie. Y nuestros niños tienen ese impulso natural. Aman aprender. Necesitan aprender. Disfrutan aprendiendo. Son curiosos y están ávidos de conocimientos.
Si no lo están es porque los adultos nos cargamos su talento y su curiosidad con las correcciones y con contenidos y modelos de enseñanza que van contra sus necesidades. Si un niño no ama aprender es que le estamos enseñando mal.
Y lo peorcito de todo es considerar el aprendizaje una carrera en la que se premia al que logra resultados externamiente evaluados y se castiga al que no. El aprendizaje y el saber tienen valor en ellos mismos y solo son significativos si nacen del interés genuíno por el conocimiento, no por el miedo ni por deseo de objetos materiales o alabanzas.
No se castiga. Si el niño no aprende lo que se supone que debe aprender o se niega a hacer fichas o deberes es que le estamos enseñando mal y que hay que cambiar el modelo de aprendizaje que le ofrecemos, no hay que machacarlo encima. No castigues ni des premios por el aprendizaje.
Recuerda que los adultos somos los que elegimos la relación que tenemos con nuestros hijos. Los adultos tenemos, además, el deber y la misión de enseñar a nuestros hijos yacompañarlos en sus descubrimientos, retos e investigaciones.
No es tan complicado, de verdad, basta con plantearnos claramente que el objetivo no es que un niño aprenda cosas antes o siga exactamente un programa, sino que se sienta seguro de que el conocimiento es placer. Disfrutad de estas tres ideas para que vuestros hijos aprendan más y mejor y pronto os daré unos cuantos más, tengo una buena lista.