No debe superar el 10% del peso corporal del pequeño1
Escolares con lesiones de espalda.
En los últimos años se ha producido un incremento de los jóvenes en edad de ir al colegio que se quejan de dolores de espalda. Aunque los expertos valoran que no es el único factor responsable (también lo son el inadecuado mobiliario escolar y el mayor sedentarismo), el elevado peso que los niños soportan en sus mochilas puede desencadenar estas dolencia
Aunque al principio puedan ser simples molestias en la zona dorsal o lumbar, con el tiempo pueden derivar en problemas más serios como la lumbalgia, la cifosis o la escoliosis.
La mochila no debe superar el 10% del peso de tu hijo.
La regla para saber si la mochila de tu hijo es demasiado pesada es bien sencilla. Sube a tu pequeño a la báscula y observa cuánto pesa. Multiplica su peso corporal por diez y divídelo entre 100. Este el 10% de su peso, y el de la mochila no debe sobrepasarlo. Por ejemplo, si el chaval pesa 30 kilos, no debería llevar una mochila que pesara más de tres.
Además de problemas musculares, llevar un peso mayor puede provocar que los niños pierdan el equilibrio, se caigan y se hagan daño.
La mochila perfecta: ergonómica y acolchada.
El volumen es otro de los factores a tener en cuenta. Fíjate en que ésta no sea más grande que la espalda de tu hijo. Debería quedar como mínimo unos cinco centímetros por encima de su cintura.
Puesto que los niños crecen y las mochilas no, no es conveniente que uses la misma durante varios años consecutivos.
La mochila debe ser anatómica y adaptarse perfectamente a su espalda. Es conveniente que tenga almohadillas para resultar más cómoda y contar con unos tirantes acolchados de al menos cuatro centímetros de grosor. De esta forma el peso queda bien repartido por los hombros. También es aconsejable que la mochila tenga tiras que se puedan abrochar a la cintura. Garantizarán una mayor sujeción.
La importancia de colocarse bien la mochila.
De nada sirve que tu hijo tenga una buena mochila si no sabe cómo ponérsela en la espalda. Ajusta bien los tirantes para que quede bien pegada a la zona dorsal y vigila que no esté demasiado baja, nunca por debajo de la cintura.
Explícale la necesidad de llevar la mochila bien puesta, nada de cargarla sobre un hombro o por delante. También debes ensañarle cómo cogerla cuando tenga que ponérsela. Tendrá que hacerlo con las dos manos y flexionando las rodillas para no cargar la espalda. Ayuda que la coloque sobre una superficie que esté a su altura, por ejemplo una mesa, y cargarla posteriormente a los hombros.
Mete sólo lo necesario.
No cometas el error de meter enseres innecesarios en la mochila de tus hijos. Cárgalas sólo con lo estrictamente necesario.
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