miércoles, 27 de abril de 2011

Los niños se ríen unas 20 veces más que los adultos

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Cuando las personas crecen llegan a la edad adulta dejando atrás la infancia y la adolescencia. Esto hace que el ser niños sea sólo un recuerdo para muchos y que con la niñez se vaya también una buena dosis de alegría.

Seguramente esto sucede porque a medida que crecemos, los problemas crecen también con nosotros y allí donde apenas había preocupaciones y donde todo era juego y disfrute ahora hay poco tiempo para ello y demasiado para estar ocupados y preocupados.

Todo esto hace que haciendo cuentas se observe que los niños se ríen unas 20 veces más que los adultos. Ellos son capaces de reír hasta en 300 ocasiones a lo largo de un día y nosotros lo hacemos unas 15 veces.

Lo curioso del asunto es que ellos lo hacen porque así lo sienten, sin saber lo beneficiosa que es la risa para la salud y nosotros, que tenemos la teoría, que sabemos que la risa es casi una medicina y que conocemos la existencia de cursos y seminarios de risoterapia, la utilizamos mucho menos.

Entre los beneficios conocidos se sabe que la risa es un potente antidepresivo, pues genera un estado mental positivo, que ayuda a disminuir la tensión arterial y libera endorfinas que nos ayudan a sentirnos más plenos y satisfechos con nosotros mismos, que ayuda a disminuir la timidez y aporta confianza y objetividad a la hora de resolver problemas y que, en personas con enfermedades terminales la calidad de vida mejora hasta en un 40%.

Una vez más, debemos echar la vista atrás y recordar que también fuimos niños para tratar de recuperar parte de esa alegría que hemos ido dejando en el camino. Así quizás seamos personas más pacientes, menos refunfuñonas y más felices con nuestras vidas. Una vez más, los niños tienen algo que enseñarnos a nosotros, los adultos sabelotodo.

Vía | Vida efectiva
Foto | Ryan McCullah en Flickr
En Bebés y más | Altamente recomendable: sesiones de risoterapia con el bebé, La risa es salud, ríe con tus hijos, La risa aumenta los beneficios de la leche materna contra las alergias de la piel

No proyectar en los niños los problemas entre los adultos

no proyectar en los niños nuestros enfados

Desgraciadamente los adultos no somos, por mucho que queramos, perfectos. Tenemos un ego muy fuerte que reclama su espacio y se quiere imponer, pecamos de soberbia y somos, en ocasiones, incapaces de dialogar o llegar a acuerdos con los que piensan diferente. Rara vez, cuando discutimos con un amigo, estamos libres de haber cometido también nuestros propios errores pero nos cuesta mucho reconocerlo.

Todos hemos perdido un buen amigo por un malentendido que no supimos reconducir y dejamos que una persona a la que queríamos, aunque hubieramos discutido o nos hubiera hecho daño, alejarse de nosotros para siempre.

Seguimos, aunque nos esforcemos en mejorar, creando diferencias y metiendonos en disputas que terminan con un enfrentamiento irreconcilable o con un alejamiento y frialdad. Es una pena, podemos mejorar, pero sobre todo debemos aprender a que esos problemas de adultos no se proyecten en los niños.

Conflictos de adultos

Cuando hemos tenido una buena relación con alguien o compartimos, por ejemplo, las reuniones de la puerta del colegio o de algún grupo social, nuestros hijos se acercan y se hacen amigos. Luego, si aparece un conflicto que los adultos no sabemos resolver, tendemos a proyectar esos problemas entre los adultos en los niños. Y ellos, se quedan sin un amigo con el que habían compartido muy buenos ratos.

Deberíamos saber que delante de los niños no es conveniente hablar mal de nadie ni transmitirles juicios negativos, aunque a veces, inevitablemente, deseamos protegerlos y los alejamos de las personas que nos han dañado o nos han decepcionado.

Todo lo contrario, el mejor ejemplo que podemos ofrecer a nuestros hijos es demostrarles que no nos dejamos llevar por la rabia, el ego o el enfado, que somos capaces de acercarnos de nuevo al amigo que nos ha decepcionado explicándole, sin reproches ni malos modos, que nos hizo daño, reclamando nuestro espacio, pero desde una actitud abierta hacia las razones del otro.

Conflictos de niños

Incluso, si la disputa empezó por una discusión entre los niños, tomamos partido, impidiendo que sean ellos, de forma natural, con su inocencia y su falta de rencor, quienes resuelvan por si mismos los conflictos y se acerquen de nuevo.

Supongo que es muy complicado, a todos nos duelen nuestros hijos y deseamos protegerlos para que nada los dañe, pero cuando impedimos que ellos mismos limen sus desavencias y recuperen la relación con sus amigos, aunque los adultos seamos incapaces de hacerlo nosotros, no les estamos haciendo un favor.

Si nosotros no somos capaces de dialogar, y siempre que podemos valorar lo que la relación les ofreció de positivo a los niños, es mejor dejar que ellos encuentren su camino, reforzando su autoestima pero tampoco fomentando que se crean dueños de toda razón. Excepto en casos de agresiones o maltrato evidente, suele ser bueno darles un margen de confianza.

Si ellos quieren estar juntos, desde la observación consciente y atenta, es preferible dejar que reconstruyan su relación sin impedirla taxativamente, pero dándoles herramientas para que detecten si el problema fue puntual o es, realmente, una relación destructiva o perjudicial.

Por supuesto, no debemos permitir el acoso escolar, ni que nuestros hijos tomen una actitud sumisa ante las agresiones, pero si dejarles resolver sus conflictos personales para que aprendan a no comenter el mismo tipo de errores que a los adultos tanto nos pesan.

Es una de las ocasiones en las que los niños suelen ser más sabios, más humildes y más positivos que nosotros. Ellos perdonan y siguen adelante, y son capaces de remontar dificultades sin dejar que un conflicto acabe con su amistad. ¿No merece la pena aprender a no proyectar en los niños los problemas de los adultos?

En Bebés y más | Comunicación positiva (VI), (V), (IV), (III), (II), (I)

domingo, 10 de abril de 2011

El uso de las tijeras en los niños

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Entre los 3 y los 4 años los niños empiezan a adquirir habilidades manuales cada vez más complejas, entre ellas, el uso de las tijeras.

Aprender a recortar con tijeras es un paso más en su desarrollo, pero un paso de gigante, puesto que el uso de este instrumento requiere la máxima coordinación entre el cerebro y la mano.

Lograr dominarlas con cierta habilidad indica que el niño ha alcanzado un buen nivel de destreza manual. Pero como todo en el aprendizaje de los niños, el correcto uso de las tijeras es un proceso.

Los niños pequeños todavía no tienen la motricidad necesaria para recortar con tijeras. Si le damos una tijera a un niño de dos años lo más probable es que no sepa qué hacer con ellas.

El entrenamiento previo a recortar con tijeras es rasgar con los dedos trozos de papel grandes e ir poco a poco haciéndolo con papeles cada vez más pequeños, así como separar con los dedos papeles troquelados.

Hay tijeras especiales para los niños que se inician en su uso. Son tijeras plásticas sin filo, que sólo cortan papel y cartón fino, pero nada más. Es una buena forma de ejercitar el movimiento de la mano sin que pueda hacerse daño.

Hay que tener en cuenta que las tijeras son un instrumento peligroso pues tiene partes afiladas. La precaución debe ser máxima para evitar accidentes.

Alrededor de los 3 años empiezan a utilizar tijeras de punta redondeada. Poco a poco van adquiriendo más destreza y alrededor de los cuatro años son capaces de cortar en línea recta. Luego irán perfeccionando el corte y perfilarán las figuras. Verás que al principio cogen las tijeras con las manos tensas haciendo posturas muy extrañas (y casi siempre sacan la lengua) hasta que consiguen dominarlas.

Un buen ejercicio para perfeccionar el uso de las tijeras puede ser crear collages con formas recortadas por los niños, recortar revistas que ya no usemos, recortar hojas de goma eva (foam de colores) para hacer manualidades o colorear dibujos y luego recortarlos.

Hay tijeras para niños muy divertidas, con y sin filo según para qué edades, con formas de ondas, de picos… Es importante que sean de plástico y que su tamaño sea adecuado para sus pequeñas manos.

Y ojo, mientras usen las tijeras tienen que estar siempre vigilados para que no se hagan daño y porque tienen una rapidez increíble para cortar la ropa y el pelo.

Foto | Uber Mommy en Flickr
En Bebés y más | Aprender a recortar con tijeras

Trastornos del lenguaje: Retraso del lenguaje

Cubos

Se llama retraso del lenguaje a la no aparición del mismo a la edad en que normalmente se presenta, así como la permanencia de unos patrones lingüísticos que serían típicos de niños de menos edad más allá de lo normal.

Recordemos que el lenguaje es la capacidad de poder intercambiar información más compleja y abstracta mediante un código de signos.

No obstante, en el retraso del lenguaje no se dan, de forma clara y continua, los distintos grados basados en las relaciones entre causas, síntomas, formas clínicas y tratamiento.

A continuación hablaremos de síntomas específicos, factores causales, valoración y tratamiento del retraso del lenguaje.

Diferenciamos tres niveles de gravedad, con distintos síntomas, cuyos límites son difusos y dependen, además de los síntomas, de la edad del niño:

Retraso leve del lenguaje

  • Lo que más llama la atención son las diferentes sustituciones que realiza el niño para cambiar unos sonidos que le resultan difíciles de pronunciar, por otros que le son más fáciles (por ejemplo, en lugar de “cara” decir “cada” o cambiar “fuego” por “fuebo”). A estos cambios se les conoce comoprocesos fonológicos de simplificación.
  • Su nivel semántico es ligeramente más escaso que en los niños que no tienen retraso del lenguaje. Su comprensión, por otro lado, parece normal.
  • El desarrollo morfosintáctico se encuentra a nivel normal; sus emisiones se suelen entender perfectamente.
  • A nivel pragmático no se advierten distorsiones ni dificultades especiales.
  • Retraso moderado del lenguaje

  • los procesos fonológicos de simplificación son más evidentes y numerosos.
  • La pobreza de vocabulario expresivo a nivel semántico ya es notoria: nombran objetos familares, pero desconocen el nombre de objetos y conceptos conocidos por niños de su edad. La comprensión parece mucho mayor, si bien ésta suele ser en el entorno más cercano y familiar del niño.
  • A nivel morfosintáctico, están presentes las interrogaciones, negaciones…, mientras que en los signos de categoría nominal (género y número) y verbal (morfemas de tiempo…) es donde se aprecia el déficit. No obstante, donde más se aprecia el retraso es la distorsión de artículos, escasas preposiciones, elaboración de una estructura de frase simple…
  • En la pragmática existen abundantes órdenes y “gestos verbales” de llamada de atención; poca iniciativa y escasas formas sociales de iniciación de conversaciones, las cuales son entrecortadas.
  • Retraso grave del lenguaje

  • los patrones fonológicos de estos niños se ven reducidos a un repertorio mínimo de consonantes (/m/, /p/, /t/, /n/), de vocales (/i/, /u/, /a/), estructura de palabra CV (Consonante+Vocal, por ejemplo /ma/) y CVCV (por ejemplo /mama/). La comprensión, por tanto, es difícil si no es mediante el contexto. El área del significado es pequeña en cantidad y calidad.
  • Su sintaxis es similar a la de las etapas muy primitivas: palabras que funcionan como palabras (holofrases), habla telegráfica (zapato nene, pelota grande)...
  • Desde el punto de vista pragmático se percibe una conversación egocéntrica. Se debe interpretar por el contexto, ya que no hay recursos apropiados.
  • Puede que sea difícil asignar a un niño con retraso del lenguaje a una u otra categoría, pero su uso para hacerse una idea del pronóstico es evidente.

    Posibles causas del retraso del lenguaje

    Aunque en el retraso del lenguaje hay una aparente ausencia de causas, deben existir condiciones, bien del propio niño, bien de la situación en la que el aprendizaje del lenguaje se produce, que sean distintas a las dadas en la adquisición normal.

  • Factores neurobiológicos: factores genéticos, síndromes de disfunción cerebral, agresiones perinatales, pérdidas auditivas por otitis en el oído medio entre los dos y cuatro años…
  • Factores cognitivos: en estos niños, desde el punto de vista general, no se dan perturbaciones en el desarrollo intelectual.
  • Factores motores: en la emisión del lenguaje debe darse una gran agilidad de los órganos fonoarticulatorios (boca, lengua…). Una ejercitación incorrecta dificulta este aprendizaje.
  • Factores psicosocioafectivos: aquí se incluyen las relaciones afectivas con los padres, nivel cultural del medio, personalidad del niño, bilingüismo mal integrado, celos con un hermano menor, actitud sobreprotectora de los padres…
  • Valoración

    Al evaluar el lenguaje, tenemos en cuenta que está compuesto por tres dimensiones, las cuales serán objeto de estudio: la forma (cómo se dice un mensaje hablado; incluimos el nivel fonético-fonológico y el nivel morfosintáctico), el contenido (qué se dice; lo constituye el nivel léxicosemántico) y el uso (qué utilización se da del lenguaje, en un contexto y con unos fines determinados; aquí incluimos el nivel pragmático).

    • Nivel fonético-fonológico: al hablar de fonética nos referimos a los sonidos como tal, mientras que la fonología estudia los fonemas. Parecen la misma cosa, pero no es así; por ejemplo, con las palabras “cama” y “casa”, la fonética se encargaría de todos los sonidos que al unir y articular correctamente forman cada palabra, y la fonología se fijaría en los fonemas por su valor como elementos que nos permiten diferenciar una palabra de la otra.

  • Nivel morfosintáctico: hace referencia a la gramática o estructura del lenguaje, es decir, el orden en que las diferentes partes del habla se presentan en una oración. Su función primordial es combinar las palabras de una determinada lengua para formar oraciones. En su nivel más simple, las oraciones se componen de sujeto, verbo y predicado.
  • Nivel léxicosemántico: hace referencia al significado de lo que se dice. Las unidades de este nivel son las palabras y los morfemas (pequeñas partículas incluidas en muchas palabras, que aisladas no significan nada pero que unidas a una raíz hacen que el enunciado proporcione una u otra información; por ejemplo, la palabra “casita” significa una casa pequeña, y es producto de la unión de la raíz “casa” y del morfema “-ita” que significa pequeño, aunque si utilizamos únicamente “-ita” no estamos diciendo nada). Aquí también incluiríamos el vocabulario o léxico.
  • Nivel pragmático: hace referencia al uso social e interactivo del lenguaje. Es la comunicación de la vida real. Se trata de un aspecto muy importante porque, en definitiva, es lo que hace que una persona utilice el lenguaje adecuadamente para comunicarse con el resto de la gente mediante la conversación. Comprende numerosos aspectos como son el uso de los gestos en la comunicación, la expresión facial, el contacto ocular, el propósito de la conversación…
  • Tratamiento del retraso del lenguaje

    El tratamiento irá enfocado tanto al niño como a sus padres ya que en ocasiones es preciso modificar ciertas actitudes (sobreprotección, poca estimulación…) y enseñar técnicas que ayuden a estimular el lenguaje en su hijo (en un post detallaremos en qué consisten estas técnicas)

    Se aconseja iniciar la reeducación lo más pronto posible, ya que está demostrado que si existe retraso temprano se mostrará retraso del lenguaje posteriormente, junto con dificultades de socialización.

    Hay que tener en cuenta además, que los niños con retraso del lenguaje son mucho más susceptibles de tener dificultades en el aprendizaje de la lectura y escritura. Esta situación de riesgo es tanto mayor cuanto mayor sea el niño.

    Conclusión

    El retraso del lenguaje es una acronopatía; es decir un desfase entre el lenguaje del niño y su edad real. Dependiendo de los componentes que esten afectados será un retraso del lenguaje leve, moderado o grave. Así mismo, es aconsejable comenzar tratamiento lo antes posible, tanto de forma directa con el niño como dando pautas a sus padres.

    Si teneis alguna duda en particular sobre el retraso del lenguaje, no dudeis en preguntar mediante un comentario. Intentaremos ayudaros en la medida de lo posible.

    Foto | misocrazy en Flickr
    En Bebés y más | Las fases de la adquisición del lenguaje

    Normas para una fiesta

    fiesta

    Hace unos días el mejor amigo de mi hijo celebró su cumpleaños con los antiguos compañeros de colegio. Viendo algunos conflictos que se repetían en otras fiestas a las que habían ido, como que se apartara a algún niño menos hábil, no se dejara a las chicas jugar al balón o se hicieran burlas crueles o incluso se soltara alguna mano, la mamá decidió que era conveniente exponer claramente las normas de la fiesta.

    Siendo una persona convencida de que los niños, con límites claros, son capaces de desarrollar sus relaciones sin violencia, la mamá decidió reunir a los pequeños invitados al comenzar la celebración y leerles unas sencillas normas para la fiesta.

    En esta fiesta todos los niños tienen derecho a jugar, divertirse y expresarse libremente. Todos los juegos están permitidos siempre que no sean peligrosos y podréis preguntarme cuando tengáis alguna duda y yo dejaré lo que esté haciendo para acompañaros o aconsejaros.

    Todos tienen derechos iguales y nadie, por razón de edad, capacidad o sexo, se verá discriminado.

    Todos tienen derecho a jugar, y si no saben o son menos experimentados, serán igualmente bienvenidos y los demás les ayudarán para que puedan disfrutar.

    No está permitido pegar, ni insultar, ni burlarse ni despreciar a ningún niño. Tampoco se permite hacer rabiar a nadie, ni usar motes que molesten al que los recibe, ni empujar a nadie.

    Los padres también deben seguir estas normas y no podrán gritar, insultar, zarandear, amenazar o humillar a sus hijos.

    En esta fiesta no hay castigos, solamente consecuencias, por lo que si alguna norma no es cumplida el infractor deberá abandonar la fiesta.

    Al principio todos se quedaron boquiabiertos, pero pronto empezaron a aplaudir. Los mismos niños, a los que llegaron rezagados, los acompañaban a ver a la mamá, diciéndoles que tenían que saber las normas de la fiesta, pues, como una de las pequeñas invitadas dijo : “son unas normas muy buenas y vamos a estar todos seguros y contentos con ellas”.

    La fiesta fue un éxito y el comportamiento de los niños dejó asombrados a sus propios padres, pues todos entendieron que, dentro de las normas de la fiesta, que les daban a todos los mismos derechos y una gran seguridad, podían ser libres y respetuosos unos con otros. ¿Qué os parece la idea?