Muchos de vosotros ya lo habréis notado. Vuestros peques empezaron la guardería o el colegio y a los pocos días ha hecho presencia el primer catarro del curso escolar. Como cada año por esta época, con la vuelta al cole se abre la temporada de mocos y catarros.
Al convivir varios niños en un mismo espacio durante muchas horas los virus “hacen su agosto” (o mejor dicho su septiembre). Desde que nace hasta los 4-6 años un niño puede tener unas 100 infecciones, la mayoría de ellas por virus, así que imaginaros la facilidad que tienen los pequeños para contagiarse.
Hay nada menos que unos 200 virus diferentes que pueden provocar catarros en los niños menores de 6 años, o sea que las probabilidades de que uno de ellos ataque a nuestros hijos, al estar en contacto con otros niños, son muy elevadas.
Contagio
El catarro común o rinofaringitis es una infección vírica de las vías respiratorias superiores que se contagia a través de las secreciones respiratorias producidas por la tos y los estornudos, siendo una enfermedad muy contagiosa.
Síntomas
Los síntomas más típicos son los estornudos, la tos, la voz afónica, la congestión nasal y abundante mucosidad. En algunos niños las infecciones se dan con mucha frecuencia, provocando que el niño esté con mocos durante todo el otoño y el invierno.
La tos puede prolongarse una vez pasado el catarro, durante una o dos semanas, lo que da la sensación de que el niño no acaba de curarse. Por su parte, en algunos casos más moderados, el catarro puede ir acompañado de un poco de fiebre.
Prevención
Es muy difícil, casi imposible, prevenir el contagio de los catarros en los niños que van a la guardería o al colegio. Pensar que “al menos se inmunizan” es el único consuelo.
Evitar, en la medida de lo posible, que los más pequeños compartan chupetes u objetos que se llevan a la boca. No compartir bebidas ni alimentos, lavarse las manos con frecuencia y enseñarles a no toser ni estornudar en la cara de otros niños.
Es más que probable que un niño acatarrado contagie a otros niños, por tanto lo mejor es que se quede en casa y descanse. Por su parte, es lógico que un niño que no se encuentra bien se sienta decaído y cansado sin ánimos para cumplir con las actividades cotidianas.
Tratamiento
Un catarro común suele durar más de cuatro o cino días. Es fundamental mantener al niño bien hidratado (agua, caldos, zumos naturales) y limpiar las fosas nasales a menudo con agua salina para que circulen los mocos. El uso de humidificadores ambientales también ayuda, así como los baños de vapor que contribuyen a hacer las secreciones más fluidas.
El catarro es sí no es grave, pero el cuidado de un niño con catarro es importante para evitar complicaciones como bronquitis, otitis, etc., sobretodo en niños pequeños de menos de un año.
En caso de fiebre, se suelen usar antitérmicos como el paracetamol, pero en ningún caso el catarro común se cura con antibióticos. Los descongestivos o mucolíticos sólo pueden ser indicados por el pediatra.
Por todo esto, aunque con la vuelta al cole se haya abierto la temporada de mocos y catarro, lo fundamental es no perder la paciencia y estar preparados para hacerles frente.
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