En concreto, este fenómeno psicosocial se ha multiplicado por seis desde el año 2000, con cerca de 6.500 denuncias recibidas por la Fiscalía General del Estado en 2010, según ha informado la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), que ha tratado este tema en su Séptima Reunión Anual, en Guadalajara.
Los pediatras han señalado que, generalmente, estos trastornos aparecen por causas genéticas, familiares y ambientales. En ocasiones existen causas biológicas asociadas a determinados trastornos psicológicos que hacen que un niño maltrate a sus padres.
Pero, ¿qué importancia puede tener la educación que les damos a nuestros hijos (o la falta de ella) para que desarrollen el síndrome del emperador?
Como comentábamos en nuestro anterior posts, el abandono de las funciones familiares, la sobreprotección, la ausencia de autoridad y la falta de afectividad por parte de los padres, son algunos de los factores que han desencadenado este aumento de casos del síndrome del emperador entre los niños y adolescentes.
La doctora María Victoria García García-Calvo, presidenta de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria de Castilla La Mancha (APapCLM), ha dicho en declaraciones a los medios que
En las últimas décadas, hemos vivido cambios muy importantes en la forma de entender las responsabilidades en la familia. En ocasiones los padres encuentran grandes dificultades para establecer el balance adecuado entre autoridad y afectividad (...). Es en la etapa de aprendizaje cuando hay que distribuir y reafirmar el papel de cada miembro de la familia. Hay que abolir la creencia de que al niño no hay que negarle nada y se debe decir ‘no’ las veces que sea necesario.
Además, señala que los padres, más que castigar cuando hay un error, tienen que gratificar al niño cuando hace las cosas bien.
Otras actitudes que más han aconsejan los especialistas en las consultas consisten en otorgar responsabilidades al niño y hacerle pensar antes de actuar, junto al establecimiento de normas y límites que no sólo es imprescindible, sino que es totalmente compatible con el afecto.
De hecho, los pediatras han aconsejado establecer, desde el principio, normas claras que regulen la convivencia familiar pero, sobre todo, han destacado la importancia de mantener la coherencia y razonar las reglas cuando el niño tiene capacidad de compresión (incluso antes, diría yo).
Los límites son necesarios, y no son incompatibles con la crianza con respeto y empatía, necesaria para un crecimiento feliz.
Por eso en una sociedad en la que no se valoran estos aspectos y en la que la violencia es plato de cada día a nuestro alrededor, no resulta extraño que aumenten los casos de síndrome de emperador o hijos que maltratan a sus padres. Pronto seguiremos analizando esta preocupante cuestión.
Vía | Europa Press
En Bebés y más | Hijos violentos, ¿Se pueden comparar los hijos con los pimientos de Padrón: que unos pican y otros no?, El síndrome del emperador o hijos que maltratan a sus padres
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