Un trastorno poco conocido que se calcula que afecta al dos por ciento de la población infantil es el síndrome de vómitos cíclicos.
Se caracteriza por episodios intensos de vómitos recurrentes e impredecibles sin causa aparente acompañados de náuseas, dolor abdominal y un fuerte decaimiento. Las crisis suelen aparecer por la noche o al amanecer y pueden durar desde varias horas a varios días (hasta 10), aunque la mayoría de ellos duran entre 3 y 7 días.
Generalmente, los primeros síntomas aparecen en niños de entre 3 y 7 años de edad, pero no se descarta que puedan aparecer también en la vida adulta.
En cuanto a la frecuencia, las crisis de vómitos pueden repetirse varias veces al mes o varias veces al año. En los intervalos entre uno y otro, el niño se encuentra saludable.
Síntomas del síndrome de vómitos cíclicos
Los episodios de vómitos son precedidos de arcadas forzadas y contracciones de la musculatura abdominal (de hasta 5 o 6 veces por hora). Se acompañan de náuseas, cansancio intenso y palidez. El niño puede dormir todo el día, cuando no está vomitando. El sueño es la única situación que le proporciona descanso y alivio. Se lo conoce como un estado de “coma consciente”.
El vómito suele ser bilioso y a veces contiene sangre, por irritación del esófago. También pueden presentarse otros síntomas como dolor abdominal, dolor de cabeza, mareos, saliveo, fiebre baja o diarrea.
Muchos niños se resisten a tragar alimentos (anorexia) y sienten una necesidad imperiosa de beber líquidos.
Se dice que son cíclicos porque los episodios tienen similitudes que suelen repetirse de la misma forma en cada individuo, respecto a la intensidad, factores que los desencadenan y duración.
Los factores que las desencadenan pueden ser situaciones de estrés (un viaje, una separación, cambio de colegio, etc.), cambios en las rutinas de vida, alergias alimentarias, infecciones, resfriados, gripe, o bien factores azarosos que nada tienen que ver con lo anterior.
Diagnóstico del síndrome (SVC)
Como os podéis imaginar, la enfermedad provoca gran angustia y sufrimiento tanto en el niño como en el resto de la familia.
Uno de los principales inconvenientes del síndrome de vómitos cíclicos es que es una enfermedad muy difícil de diagnosticar pues hay pocos casos y son muchas las enfermedades que pueden causar vómitos repetidos en los niños.
Al ser los síntomas muy semejantes al de otras alteraciones digestivas o metabólicas deben descartarse primero las demás patologías. Esto hace que se tarden años en diagnosticar la enfermedad retrasando así que se adopte el tratamiento más adecuado.
Aún no se ha conseguido establecer las causas que lo provocan, aunque algunas investigaciones apuntan que podría haber una relación con la migraña, con la que comparte ciertas características. Se cree que la alteración podría radicar en las vías nerviosas que conectan el hipotálamo y el estómago.
Tratamiento de la enfermedad
El riesgo de la enfermedad es que puede producir serios trastornos orgánicos como deshidratación y desbalance electrolítico.
Es muy importante crear un ambiente silencioso y oscuro para que el niño duerma tranquilo. Dado que en cada paciente, los factores que desencadenan las crisis son diferentes, es necesario minimizar al máximo cualquier situación que pueda provocar estrés en el niño. Se recomienda utilizar técnicas de manejo del estrés.
Se pueden emplear tratamientos para los síntomas que con frecuencia acompañan a los vómitos durante las crisis.
Durante los episodios, generalmente es necesaria la hospitalización del niño por la intensa deshidratación provocada por los vómitos. Se sigue un régimen de ayuno y se administran soluciones de reemplazo por vía intravenosa.
Es esencial para la familia contar con un médico de confianza que conozca bien al paciente y el tipo de enfermedad. Es una situación muy angustiosa por lo que el apoyo profesional es fundamental para el bienestar del niño y su familia.
También es muy importante contar con el apoyo de otras familias que hayan pasado por lo mismo. De crear una red de soporte para estas familias se ocupan organizaciones como la Asociación del
Síndrome de Vómitos Cíclicos.
El Síndrome de vómitos cíclicos es una de las conocidas como enfermedades raras pues afectan a un bajo porcentaje de la población, pero para quien lo sufre es un trastorno muy angustioso. Desde aquí, lo que podemos hacer para mejorar la calidad de vida de estos niños es darla a conocer. Una mayor difusión contribuirá a que se invierta en investigaciones para conseguir soluciones efectivas.
De Bebé y Más. Foto | Bossc@ y Liz Grace en Flickr
Más información | Asociación Española del Síndrome de Vómitos Cíclicos, cvsaonline.org
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