martes, 28 de febrero de 2012
miércoles, 22 de febrero de 2012
Qué hacer si insultan a tu hij@
A todos nos ha pasado, alguna vez, encontrarnos con personas que nos agreden verbalmente a veces sin razón alguna. Pero, si hablamos de esto referido a nuestros hijos cuando reciben un insulto la cuestión es compleja y es importante ayudarles a afrontarla.
Una cosa es que, en un enfado o en un momento de tensión, un amiguito les diga una palabra grosera. No hay que minimizar el insulto pero si acudir al adulto de referencia del niño para comentar el problema para que pueda enseñarle a solucionar sus conflictos de otra manera.
Pero hay situaciones más delicadas, aquellas que más que por un enfado momentáneo, se producen por un rechazo claro por razones como el aspecto físico, la raza o cualquier otra característica de nuestro hijo. Cuando los niños sufren este tipo de violencia verbal, aunque sea una sola vez, nuestra actitud será importantísima para que puedan superar el daño que han recibido.
Lo primero, hay que demostrar con el ejemplo y explicarles que ante un insulto insultar no es solución. No quiere decir que deban quedarse inmutables ante la agresión verbal, pueden responder claramente indicando que no les gusta que se les hable de ese modo y, si la actuación persiste, deben pedir ayuda al adulto cuidador y alejarse del agresor. Yo no soy partidaria de obligar a los niños a seguir como si no pasara nada o a “hacerse amigos” de quien les hace daño de forma consciente.
Si el otro niño les rechaza violentamente y les insulta sea por su aspecto físico, su color de piel, su manera de expresarse o su entorno, debemos legitimar los sentimientos negativos de nuestro hijo, no minimizar el que se sientan mal por haber sido insultados.
No hay que “quitar hierro” al asunto, sino hacerles entender que tienen todo el derecho a no querer que se les agreda, a poner límites claros y a exigir respeto, y también, a sentirse tristes y enfadados por una agresión inmotivada y, a veces, cruel. Luego, por supuesto, hay que buscar soluciones y tratar de encauzar la relación con el otro niño si es alguien a quien se vean obligados a tratar habitualmente, pero nunca quitando importancia a un hecho dañino, que, para un niño es tan seria como si fuera un adulto el que la recibe.
Si insultan a tu hijo lo que más va a necesitar es que le aseguremos que el otro ha actuado mal, que no merece ser agredido y que tiene derecho a sentirse mal por ello.
miércoles, 15 de febrero de 2012
Consejos de seguridad para los disfraces de Carnaval
Lo primero a lo que hay que prestar atención es que el sitio donde compramos el disfraz sea de confianza, aunque esto no es garantía total de seguridad. Hoy en día podemos adquirirlos en establecimientos de diferentes categorías y a precios muy variados. Desde jugueterías, tiendas de disfraces, grandes superficies, bazares y tiendas on line.
Es importante, también, verificar el etiquetado que garantice la seguridad del disfraz, con el sello de la Comunidad Europea, así como marca y datos del fabricante, por si hubiese que hacer alguna reclamación.
Por lo demás, no debemos elegir el modelo sólo por la estética, sino poner atención en otras cosas.
El principal peligro de los disfraces es el alto riesgo de inflamabilidad, y por tanto el riesgo de quemaduras. Los materiales con los que están fabricados la mayoría de ellos prenden fácilmente.
Se recomienda elegir materiales no inflamables, preferentemente algodón, para evitar además reacciones alérgicas, y mantener al niño alejado de cualquier fuente de calor intenso (llamas, estufas, bengalas, cigarros, fuegos artificiales, etc.).
Se debe evitar también el uso de máscaras y caretas sin ventilación por el riesgo de asfixia, además de que muchas veces obstruyen la visión.
Igualmente, se deben evitar el uso de cordones, especialmente en la zona del cuello, por el riesgo de estrangulamiento, así como de plumas o lazos. En cualquier caso, el niño disfrazado debe estar en todo momento supervisado por un adulto.
En el caso de utilizar maquillaje de cara, las pinturas deben ser no tóxicas e hipoalergénicas. Evitar el contacto con los ojos y quitarlas adecuadamente.
Esperamos que estos útiles consejos de seguridad para los disfraces de Carnaval os vengan bien para elegir la mejor forma de caracterizar a vuestros pequeños con mayor tranquilidad en los próximos días.
OCUEn Ahorro Diario | Cuidado con los disfraces baratosEn Bebés y más | La seguridad en los disfraces para niños
domingo, 12 de febrero de 2012
Las Clases de Ajedrez
La utilidad pedagógica y terapéutica del ajedrez es tan clara que el Parlamento Europeo debate la conveniencia de aumentar el número de colegios de la UE que ya imparten como asignatura o actividad extraescolar.
Sea cual se la edad del niño el ajedrez puede mejorar su concentración, paciencia y persistencia; y puede ayudarle a desarrollar el sentido de la creatividad, la intuición, la memoria y las competencias tanto analíticas como de toma de decisiones; el ajedrez enseña asimismo determinación, motivación y deportividad.
jueves, 9 de febrero de 2012
Consejos para proteger a los niños de la ola de frío
Consejos para proteger a los niños de la ola de frío:
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) anuncia que habrá hasta el domingo temperaturas de hasta nueve grados bajo cero en península y Baleares, sumado a rachas de viento que aumentan la sensación de frío. Con este panorama gélido, debemos tener en cuenta algunos consejos para proteger a los niños de la ola frío.
Los niños pequeños son un grupo especialmente vulnerable a las bajas temperaturas. Su sistema inmunológico es más débil y son proclives a contraer fácilmente enfermedades como catarros, constipados, gripes, enfermedades bronquiales como la bronquiolitis, o más graves como la neumonía.
Por supuesto, ante la ola de frío siberiano lo primero que hay que hacer es evitar que el bebé o el niño salga a la calle a las horas de máximo frío si no es necesario.
En caso de que tenga que hacerlo debemos abrigarlo muy bien. Esto no significa dejarlo como un muñeco de nieve sin posibilidad de movimiento, sino de elegir cuidadosamente la ropa. No es bueno que sude, por lo que es preferible colocarle ropa a modo de capas que luego pueda quitarse cuando esté dentro de sitios con calefacción.
Gorro, guantes y bufanda, imprescindibles, así como capuchas o verdugos para protegerles del viento, especialmente del viento en los oídos. En cuanto al gorro, preferiblemente de algodón, para que no pique, y los guantes, para bebés pequeñitos mejor tipo mitones.
En el carrito el bebé suele ir cobijado gracias a accesorios como mantas, sacos, cubrepiés y las capotas que protegen del viento. Otra opción, en este caso para llevar al bebé en brazos o con un portabebé, son los abrigos dobles para mamá y bebé, todo en uno.
La alimentación también es importante para aumentar las defensas en el invierno. Se recomienda incrementar las raciones de verduras y frutas en la dieta de los pequeños, especialmente de los cítricos ricos en vitaminas A y C como la naranja y la mandarina.
No darles bebidas frías, ofrecerle en cambio caldos y bebidas calientes o agua y zumos naturales a temperatura ambiente.
En la medida de lo posible, debemos evitar exponer al niño a cambios bruscos de temperatura y evitar sitios cerrados demasiado concurridos o contaminados por humo.
Por último, para acabar con los consejos para proteger a los niños de la ola de frío, se recomienda mantener la casa templada a una temperatura aproximada de 21 grados y utilizar un humidificador para contrarrestar la sequedad ambiental.
Foto | Qole Pejorian en Flickr
En Bebés y más | Consejos para evitar enfermedades respiratorias en los niños
En Peques y más | Precaución para niños y ancianos ante la ola de frio siberiano en la península
Desarrollo del lenguaje en el niñ@: de cinco a seis años
Llegamos al final de nuestro repaso al desarrollo del lenguaje de los niños con la etapa que va de cinco a seis años.
En este período de tiempo podremos comprobar como, además de los aspectos orales del lenguaje, el niño poco a poco estará más preparado para iniciar una etapa que le introducirá en el mundo del lenguaje escrito: la lectura y la escritura.
El lenguaje expresivo y comprensivo de nuestro hijo se desarrolla a una velocidad muy grande, lo que le permitirá tener unas estrategias de comunicación oral altamente eficientes, de cara a querer contar algo a la gente que le rodea sobre su día a día.
Lenguaje expresivo
Nuestro hijo cuenta, durante esta etapa, con un lenguaje expresivo muy rico y elaborado gracias a la maduración articulatoria lograda durante todo este tiempo. La discriminación de los sonidos es cada vez más fina, y su repertorio de fonemas está casi completo. todos los sonidos que ha ido adquiriendo en etapas anteriores (/b/,/p/,/t/,/g/,/k/,/f/,/j/,/ch/,/m/,/n/,/ñ/,/l/,/d/,/r/,/z/, /s/ y las sílabas formadas por /consonante + l/) están perfectamente generalizados en su lenguaje espontáneo, y no le suponen ningún tipo de problema a la hora de articularlos.
Para finalizar este aprendizaje, el pequeño irá pronuniciando cada vez mejor el sonido /R/ (la “rr”) y los grupos consonánticos formados por /consonante + r/ (estos sinfones son los siguientes: pr, br, fr, tr, dr, cr y gr). No obstante, tenemos que tener en cuenta siempre que no todos los niños tienen la misma facilidad para realizar este sonido, ya que su articulación es muy precisa; si vemos en este tiempo que nuestro hijo no es capaz de articularlo, no hace falta que nos preocupemos (en principio), ya que puede adquirirlo un poco más tarde, entre los seis y los siete años. No obstante, ante cualquier duda, siempre es mejor acudir a un especialista que nos oriente.
Como he dicho anteriormente, el niño a esta edad ya tiene una maduración de los órganos que intervienen en la articulación de sonidos (boca, lengua, labios…) bastante avanzada, lo que le ayudará a no realizar ningún tipo de error articulatorio (sustituir unos fonemas por otros, invertir sílabas al hablar, omitir algún sonido…) y a ser capaz de pronunciar correctamente sílabas directas (consonante + vocal, por ejemplo: casa), sílabas inversas (vocal + consonante, por ejemplo árbol), sílabas trabadas (consonante + consonante + vocal, por ejemplo clavo) y sílabas mixtas (consonante + vocal + consonante, por ejemplo cansado).
Los aspectos que se iniciaban en la etapa anterior referentes a las propiedades metalingüísticas (es decir, ser consciente que las frases no son bloques y que se pueden modificar variando las palabras que las componen; del mismo modo, las palabras también se pueden modificar y dividir en sílabas y sonidos aislados), poco a poco se van consolidando.
Podemos comprobar como el pequeño puede identificar y nombrar la sílaba final de una palabras (lo que le dará la noción de rima, pudiendo inventar dos frases que rimen), y posteriormente en cualquier posición. También podrá omitir o añadir sílabas en una palabra, tanto al inicio, en el interior o al final de la palabra. Del mismo modo podrá encadenar palabras, ya que podrá identificar con mayor facilidad los fonemas de una palabra (bien al inicio de la palabra, en el interior o al final de la misma).
Sus enunciados cada vez son más complejos y aportan más información acerca de los hechos que nos quiere contar. Empieza a introducir oraciones subordinadas (éstas son oraciones que por sí sola no tiene sentido porque depende de otra oración principal, por ejemplo: “podremos ir al parque cuando deje de llover”). Además, tiene un amplio manejo de las distintas categorías gramaticales (verbos, adjetivos, adverbios…) que le será de gran ayuda para poder dar mensajes que harán que la persona que está escuchando entienda perfectamente a qué se está refiriendo.
Gracias a las distintas situaciones que nuestro hijo vivirá en su día a día, el número de palabras que irá adquiriendo se incrementará a una velocidad increíble. Y no sólo contará con un vocabulario muy amplio, sino que sabrá cuándo introducir cada palabra, ya que cuenta con una cohesión y una coherencia a la hora de hablar más sofisticada que durante la etapa pasada.
Para terminar este apartado, decir que el uso que hace nuestro hijo del lenguaje se hace cada vez más complejo: puede identificar y conocer los estados internos de la persona con la que estamos hablando más fácilmente, adaptando lo que va a contar a las circunstancias externas. Por otro lado, ya puede respetar perfectamente la toma de turno en la interacción con los demás, manteniendo el tema de conversación propuesto y respetando las reglas conversacionales entre iguales.
Lenguaje comprensivo
El lenguaje comprensivo también aumenta a la par que el expresivo, ya que podemos comprobar como es capaz de identificar un mayor número de acciones complejas en una imagen, o incluso de resolver adivinanzas rimadas sencillas (con o sin imágenes delante). Del mismo modo, puede encontrar varias semejanzas y diferencias entre dos elementosContestar a preguntas relacionadas con acciones de personas cercanas, contestar a preguntas relacionadas con acciones de profesiones conocidas o actividades sociales, o incluso llegar a identificar absurdos en textos cortos y sencillos.
Conclusión
Es importante decir que durante todo este tiempo, el niño poco a poco ha ido mostrando una actitud postural correcta que le facilita la emisión vocal y la instauración de un patrón respiratorio correcto, al igual que uno inspiratorio (hay que tomar siempre el aire por la nariz, para evitar problemas de salud en la garganta o incluso problemas de voz). Esto se traduce en una coordinación fonorrespiratoria correcta que permita hablar el mayor tiempo posible sin esfuerzo alguno, logrando emitir sonidos a diferentes intensidades y tonalidades, al igual que discriminar auditivamente distintas cualidades de la voz: intensidad, duración, tono, timbre…
Además, es a partir de los cinco años cuando la dentición temporal empieza a caerse y se inicia el proceso de dentición permanente. Debemos tener esto en cuenta ya que suele ocurrir que muchos niños cometen algunos errores del habla normales en esta etapa. El más común es el sigmatismo o dificultad para pronunciar la /s/. Por ello, se aconseja no tratar hasta que los nuevos dientes no son bastante grandes, ya que puede tratarse de un simple problema de evolución, que se supera de forma natural (recordad que si tenéis alguna duda acerca del desarrollo del lenguaje en vuestros/as hijos/as, podéis plantearla en nuestra sección Bebés y más Respuestas.)
El proceso de desarrollo del lenguaje es algo que no dura exactamente hasta los seis años, sino que se irá enriqueciendo durante toda la vida del niño; no obstante, si es verdad que es en esta edad cuando el lenguaje se asemeja más al de los adultos en lo que a complejidad y elaboración se refiere.
Y lo más bonito de todo es que nosotros, sus padres, le acompañaremos en este proceso y tomaremos un papel muy importante en él, ya que nosotros seremos sus modelos desde el primer momento y en los que él se fijará para lograr hablar como hablamos nosotros.
En bebés y más | Rotacismo: problemas para pronunciar la “r”, Teorías sobre la adquisición y desarrollo del lenguaje en el bebé: el interaccionismo, Qué pueden hacer los padres para ayudar a estimular el lenguaje
viernes, 3 de febrero de 2012
¿Qué es el síndrome de vómitos cíclicos?
Un trastorno poco conocido que se calcula que afecta al dos por ciento de la población infantil es el síndrome de vómitos cíclicos.
Se caracteriza por episodios intensos de vómitos recurrentes e impredecibles sin causa aparente acompañados de náuseas, dolor abdominal y un fuerte decaimiento. Las crisis suelen aparecer por la noche o al amanecer y pueden durar desde varias horas a varios días (hasta 10), aunque la mayoría de ellos duran entre 3 y 7 días.
Generalmente, los primeros síntomas aparecen en niños de entre 3 y 7 años de edad, pero no se descarta que puedan aparecer también en la vida adulta.
En cuanto a la frecuencia, las crisis de vómitos pueden repetirse varias veces al mes o varias veces al año. En los intervalos entre uno y otro, el niño se encuentra saludable.
Síntomas del síndrome de vómitos cíclicos
Los episodios de vómitos son precedidos de arcadas forzadas y contracciones de la musculatura abdominal (de hasta 5 o 6 veces por hora). Se acompañan de náuseas, cansancio intenso y palidez. El niño puede dormir todo el día, cuando no está vomitando. El sueño es la única situación que le proporciona descanso y alivio. Se lo conoce como un estado de “coma consciente”.
El vómito suele ser bilioso y a veces contiene sangre, por irritación del esófago. También pueden presentarse otros síntomas como dolor abdominal, dolor de cabeza, mareos, saliveo, fiebre baja o diarrea.
Muchos niños se resisten a tragar alimentos (anorexia) y sienten una necesidad imperiosa de beber líquidos.
Se dice que son cíclicos porque los episodios tienen similitudes que suelen repetirse de la misma forma en cada individuo, respecto a la intensidad, factores que los desencadenan y duración.
Los factores que las desencadenan pueden ser situaciones de estrés (un viaje, una separación, cambio de colegio, etc.), cambios en las rutinas de vida, alergias alimentarias, infecciones, resfriados, gripe, o bien factores azarosos que nada tienen que ver con lo anterior.
Diagnóstico del síndrome (SVC)
Como os podéis imaginar, la enfermedad provoca gran angustia y sufrimiento tanto en el niño como en el resto de la familia.
Uno de los principales inconvenientes del síndrome de vómitos cíclicos es que es una enfermedad muy difícil de diagnosticar pues hay pocos casos y son muchas las enfermedades que pueden causar vómitos repetidos en los niños.
Al ser los síntomas muy semejantes al de otras alteraciones digestivas o metabólicas deben descartarse primero las demás patologías. Esto hace que se tarden años en diagnosticar la enfermedad retrasando así que se adopte el tratamiento más adecuado.
Aún no se ha conseguido establecer las causas que lo provocan, aunque algunas investigaciones apuntan que podría haber una relación con la migraña, con la que comparte ciertas características. Se cree que la alteración podría radicar en las vías nerviosas que conectan el hipotálamo y el estómago.
Tratamiento de la enfermedad
El riesgo de la enfermedad es que puede producir serios trastornos orgánicos como deshidratación y desbalance electrolítico.
Es muy importante crear un ambiente silencioso y oscuro para que el niño duerma tranquilo. Dado que en cada paciente, los factores que desencadenan las crisis son diferentes, es necesario minimizar al máximo cualquier situación que pueda provocar estrés en el niño. Se recomienda utilizar técnicas de manejo del estrés.
Se pueden emplear tratamientos para los síntomas que con frecuencia acompañan a los vómitos durante las crisis.
Durante los episodios, generalmente es necesaria la hospitalización del niño por la intensa deshidratación provocada por los vómitos. Se sigue un régimen de ayuno y se administran soluciones de reemplazo por vía intravenosa.
Es esencial para la familia contar con un médico de confianza que conozca bien al paciente y el tipo de enfermedad. Es una situación muy angustiosa por lo que el apoyo profesional es fundamental para el bienestar del niño y su familia.
También es muy importante contar con el apoyo de otras familias que hayan pasado por lo mismo. De crear una red de soporte para estas familias se ocupan organizaciones como la Asociación del
Síndrome de Vómitos Cíclicos.
El Síndrome de vómitos cíclicos es una de las conocidas como enfermedades raras pues afectan a un bajo porcentaje de la población, pero para quien lo sufre es un trastorno muy angustioso. Desde aquí, lo que podemos hacer para mejorar la calidad de vida de estos niños es darla a conocer. Una mayor difusión contribuirá a que se invierta en investigaciones para conseguir soluciones efectivas.
De Bebé y Más. Foto | Bossc@ y Liz Grace en Flickr
Más información | Asociación Española del Síndrome de Vómitos Cíclicos, cvsaonline.org
En Bebés y más | 28 de febrero: Día Mundial de las enfermedades raras