viernes, 17 de diciembre de 2010

Me gusta leer

Una buena idea: hacer un Belén con los niños

Belen-pasta

Por estas fechas nos encargamos de decorar el hogar con motivos navideños. Hay muchos adornos que podemos hacer en familia con nuestras propias manos, fomentando la participación y la creatividad. Una buena idea es hacer un Belén con los niños.

El que véis lo hemos hecho en casa, mis niñas y yo. Hemos hecho las figuras con pasta para modelar que endurece al aire (marca Jovi) y luego las hemos pintado con témperas de colores. El portal lo hemos comprado, pero también se puede hacer con cajas de cartón o planchas de corcho y decorarlo con musgo, piedras, cortezas de pino, etc.

Para pintarlo, basta con tener algunos botes de colores base para mezclarlos y crear nuevos colores. Combinarlos es una de las partes más divertidas de la actividad.

Nos lo pasamos en grande. Nos ha llevado un tarde modelar las formas, las hemos dejado secar y al día siguiente las hemos pintado. Podéis inspiraros en Belenes que podéis encontrar en internet o en dibujos. A mi me encantan los Belenes artesanales de Alicia Torres, madre de nuestro Armando, y me he fijado en sus figuras de aspecto infantil. Aunque el resultado quede diferente al original, es de mucha ayuda tener un modelo para inspirarse.

Si os gustan las manualidades, os recomiendo hacer un Belén con los niños. Es una actividad creativa, que promueve el trabajo en equipo y les enseñamos a que no hace falta comprarlo todo, sino que también podemos hacerlo con nuestras propias manos.

En Bebés y más | Crea un Belén de papiroflexia, Belén de galletas

No mentir ni ocultar a los niños las situaciones difíciles

no mentir a los hijos

Las situaciones difíciles como las enfermedades graves o la muerte son complicadas para toda la familia, pero los niños no deberían quedar al margen de estos hechos. Porque si mentimos u ocultamos situaciones graves o difíciles para intentar su bienestar, podríamos estar provocando el efecto contrario en los niños.

Porque ante el desconocimiento, puede haber miedo e inseguridad, si hay una persona gravemente enferma en el entorno familiar, si se produce la muerte de un ser querido… los niños se dan cuenta de que algo sucede, pero no entienden.

Es mucho mejor explicarles lo sucedido, adaptándonos a su nivel de comprensión, probablemente sin dar detalles, pero, lo más importante, haciéndoles saber que es normal estar preocupado o triste por lo que sucede, que podemos hablar con ellos del tema cuando lo deseen…

En el número de este mes de la revista electrónica Famiped, de información para padres de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, hay un emotivo artículo que nos habla de este tema, exponiendo una situación difícil ante la que el ocultamiento o la mentira pueden ser contraproducentes: la grave enfermedad de la madre de unos niños.

Os recomiendo su lectura, pues toca temas como las etapas del niño en la comprensión de la muerte, del que os hablamos hace unas semanas.

También os contamos cómo hablar a los niños sobre la muerte, una situación difícil pero con la misma premisa que se desprende del artículo de Famiped: las “mentiras piadosas” a los niños no son lo más adecuado.

Hay ciertos consejos que ayudarán a los padres a tratar los temas complicados:

  • Hay que asimilar uno mismo la noticia, con el fin de transmitirla de una forma razonable.
  • Responder a las preguntas, estemos donde estemos, dejando que los niños marquen el ritmo de la conversación. Es bueno que expresen su preocupación también, pues de este modo verán calmada su inquietud.
  • En el caso de enfermedades incurables, es preferible hablar de mejoría que de curación, y no prometer algo que no dependa de nosotros o no estemos seguros de poder cumplir.
  • Si la evolución es mala, hay que explicar que todo el mundo está haciendo todo lo que se puede, pero las cosas no están saliendo bien.
  • La cuestión de la muerte se debe plantear de forma progresiva, y será bueno el haber pensado en ello antes de que ocurra.
  • Algunos niños se mantienen indiferentes ante la situación, aunque en su interior seguramente estén conmocionados. No hay que alejarse de ellos y les preguntaremos si desean escuchar o hablar de sentimientos.

En definitiva, lo mejor es no mentir ni ocultar a los niños las situaciones difíciles, y con nuestra compañía y comprensión, las de la familia y el entorno cercano (escuela, amigos…) el dolor se sobrellevará mejor.

Vía | AEPap (Famiped)
Foto | kwanie en Flickr-CC
En Bebés y más | Cómo explicarle a un niño la muerte de un ser querido, Las funerarias de Barcelona entregarán un libro para niños sobre la muerte, Muñecas para explicar el cáncer, Decir siempre la verdad a nuestros hijos

domingo, 28 de noviembre de 2010

Controlando las necesidades consumistas de los niños

nino-encerrado-en-la-taquilla.jpg

Los mejores clientes de los supermercados son los padres que acuden con sus hijos, porque acaban llevándose a casa unas cuantas cosas que no tenían previstas y porque acaban comprando marcas con las que no contaban porque junto con los productos vienen de regalo artículos que llaman la atención de los niños.

Bien, pues para evitar esto hay algunas soluciones que pueden llevarse a cabo. Una de ellas sería, directamente, ir a comprar sin los niños, mientras están en el colegio o quedándose con otra persona para evitar que los ojos salten de sus órbitas pidiendo y pidiendo. Otra sería dialogar y negociar con los niños mientras estamos allí. Podemos acceder a comprar algo de lo que nos piden a cambio de no comprar otras cosas que también querrían tener o simplemente comprar sólo lo que necesitamos porque “lo siento, pero no podemos gastar en cosas que no necesitamos”, según cada padre o madre decida en cada momento.

Finalmente parece haber otra opción, que personalmente no contemplaba ni se me había ocurrido, que es dejar al niño en la entrada, metido en la taquilla hasta que los padres acaben de hacer la compra. Es práctica y funciona seguro (objetivo conseguido), ahora bien, dan ganas de coger a los padres a la salida y encerrarles a ellos también. Como se dice habitualmente, “para mear y no echar gota”.

Vía | No puedo creer que lo hayan inventado
En Bebés y más | Marketing infantil (vídeo), Seguro que no ganaría el concurso a la mejor madre

martes, 16 de noviembre de 2010

Curso de Formación





CURSO DE FORMACION

NOMBRE DEL CURSO: SECRETARIADO DE DIRECCIÓN

Nº DE EXPEDIENTE: 41772 Nº DE CURSO: AL-41772-09

ENTIDAD QUE LO IMPARTE: FAECTA

FECHA PREVISTA DE INICIO-FIN: 12 DE ENERO-15 ABRIL DE 2011

DURACIÓN: 335 HS HORARIO PREVISTO: L A V de 9:00 A 14:00

DOMICILIO DE IMPARTICIÓN: C/ VILANOVA I LA GELTRÚ, 7

LOCALIDAD: ROQUETAS DE MAR

Nº DE ALUMNOS/AS: 15

CONTENIDOS:

TECNICAS RELACIONALES DE SECRETARIADO DE DIRECCION
INTRODUCCION A LA ECONOMIA DE LA EMPRESA
ASPECTOS PRACTICOS DE DERECHO EMPRESARIAL
PROTOCOLO INTEREMPRESARIAL E INSTITUCIONAL
PRESENTACIONES GRAFICAS
MEDIO AMBIENTE
PREVENCION RIESGOS LABORALES
PERSPECTIVA DE GENERO



REQUISITOS DE ACCESO
COLECTIVO DE ALUMNOS: DESEMPLEADOS
NIVEL ACADEMICO: BUP/ PF I Rama Administrativa

LUGARES DE ENTREGA DE LA SOLICITUD:

COLEGIO AL-BAYYANA, C/ VILANOVA I LA GELTRÚ, 7.
ROQUETAS DE MAR
TELÉFONOS: 950171695- 692654689

FECHA LÍMITE: 23 DE DICIEMBRE DE 2010
HORARIO DE RECEPCIÓN: 12:00 A 14:00
Adjuntar a la solicitud fotocopia del D.N.I., tarjeta de la S.S. , tarjeta de desempleo y acreditación de formación académica)

CURSO FINANCIADO POR LA DIRECCIÓN GENERAL DE ECONOMIA SOCIAL Y EMPRENDEDORES DE LA CONSEJERÍA DE INNOVACION, CIENCIA Y EMPRESA DE LA JUNTA DE ANDALUCIA Y COFINANCIADO POR EL FONDO SOCIAL EUROPEO.




viernes, 12 de noviembre de 2010

lunes, 1 de noviembre de 2010

Efectos del cambio de hora en los niños

reloj

Este fin de semana se ha producido el cambio de hora que nos ha regalado 60 minutos más. Pero, ¿hasta qué punto el cambio de hora afecta a los niños?

Yo creo que en la misma medida que a algunos adultos no les afecta en absoluto y a otros sí que les causa ciertos trastornos, leves y transitorios. Diría que los efectos del cambio de hora en los niños no son tanto a propósito de esta hora más del fin de semana sino por el nuevo “horario de invierno” a partir de ahora.

El cambio de hora se realiza como medida de ahorro energético, aunque a muchos nos parezca que nos quitan una hora de sol y que se hace de noche demasiado temprano. Y sentimos una especie de “mini jet-lag” al que nos cuesta acostumbrarnos.

Se acabaron las horas en el parque al atardecer o los paseos hasta la hora de cenar. Se impone una rutina más adecuada al invierno, al frío y a la noche. Y según las encuestas, una alto porcentaje de la población dice sentirse más triste en esta época del año. La melancolía del invierno…

Y es que diversos estudios muestran que la gente es más feliz, más enérgica y menos propensa a enfermar en los días largos y luminosos de verano, mientras que su humor tiende a rebajarse (y los estados de ansiedad y depresión a intensificarse) durante los días más cortos y grises del invierno.

Si bien el cambio de hora puede provocar algunos efectos en el sistema nervioso central y provocar alteraciones del sueño, tales como el insomnio o el cansancio por las mañanas, así como estados de irritabilidad o depresión, estos efectos son transitorios y enseguida el cuerpo se habitúa al nuevo horario.

Los pequeños desajustes producidos por las horas de sueño y el ciclo de luz en el día, son en breve absorbidos por nuestro organismo, que se adapta a la nueva situación en un plazo inferior a una semana.

Según los expertos, los cambios estacionales de hora suelen acusarlos más las personas mayores y los niños y en muchos individuos los trastornos son más psicológicos que orgánicos. Algunos niños pueden sufrir cierto déficit de atención los primeros días, probablemente debidos al desajuste en el sueño.

El cambio de hora muchas veces pasa desapercibido para los niños, pero si hay algún pequeño trastorno pronto volverá a la normalidad. Lo más difícil es habituarse a que a las seis de la tarde ya sea de noche… Bueno, ya queda menos para la primavera.

Más información | El Mundo, Abc
Foto | Robbert van der Steeg en Flickr-CC
En Bebés y más | ¿Afecta el cambio de hora a los niños?

domingo, 24 de octubre de 2010

Máscaras de Halloween para imprimir

mascaras halloween

Se acerca la fecha señalada en los calendarios escolares como la más escalofriante, el día para el que se suelen preparar alguna fiestecilla. De modo que os traemos unas ideas de máscaras de Halloween para imprimir, más o menos terroríficas.

Estas máscaras de Canon Creative Park son ideales para niños porque sólo cubren la parte superior del rostro: son la calabaza, la bruja y Frankenstein. También tenemos un terrorífico vampiro y un fantasma, aunque de cara entera.

Un pirata puede dar mucho miedo, sobre todo después de haber visto los “zombies” de “Piratas del Caribe”, de modo que os dejamos estas máscaras de piratas barbudos y toda la tripulación. ¡No olvidéis el loro (o la calavera) en el hombro!

Pero lo mejor es que desde Scfi Monsters podemos elaborar nuestra máscara de monstruos personalizada y a la carta, escogiendo sus características. Escogemos la forma de la cabeza, combinamos ojos, cicatrices, bocas… y una vez completado el monstruo, lo imprimimos.

Y, ¿qué os parecería dar un toque tétrico a algún personaje infantil? La cara del famoso ratón Mickey también está lista para imprimir, aunque tendremos que darle algún toque terrorífico, como alguna cicatriz o unos colmillos sangrientos…

También tenemos a Pocoyó y sus amigos en máscaras listas para imprimir y “tunear” al estilo más escalofriante. ¡Y es que lo zombie está de moda!

Para los más miedosos, nos quedamos con unas neutras máscaras de animales de Learn English Kids: un león, un hipopótamo, un ratón y hasta un tucán nos esperan. O esta familia de tiernos ositos.

Ahora sólo nos queda completar el disfraz, ¡y a dar sustos con estas terroríficas máscaras de Halloween! Feliz días de miedo… y que disfrutéis imprimiendo y coloreando estas máscaras con vuestros hijos.

En Bebés y más | Más máscaras para imprimir, Chupete de vampiro, Complementos para Halloween, Dulces monstruosos para Halloween

Decoración para calabazas de Halloween

Plantillas calabazas

Las calabazas inundan estos días muchos hogares en el mundo para celebrar la festividad de Halloween o Todos los Santos. Existen multitud de maneras de decorar las calabazas de Halloween.

Simplemente tendemos que trasladar al fruto un dibujo de nuestra imaginación o de una plantilla y recortarlo cuidadosamente. Aquí os ofrecemos algunas plantillas de dibujos y siluetas que podemos aplicar a la calabaza o simplemente imprimir y colorear para pasar un rato divertido y adornar las paredes.

Family Fun nos deja doce interesantes plantillas de dibujos para elaborar con niños, bastante sencillos pero muy representativos de un miedo algo ingenuo e infantil.

CartoonJr nos deja las siluetas de Hello Kitty ataviada de bruja o vampira, y también algunos personajes de Disney, si bien no todos son “terroríficos”, pues se unen las princesas más rosas y dulces con algunos villanos más apropiados, como Maléfica o el Capitán Hook.

Pero fijaos en los resultados y en nuevas ideas, son muy interesantes, las calabazas quedan preciosas con los personajes de Disney, que suelen ser los favoritos de los niños.

Me han gustado también los dibujos encontrados en The pumpkin farm, que principalmente forman rostros tenebrosos para aplicar a la calabaza, aunque también hay alguna araña y un fantasma.

En PumpkinGlow encontramos multitud de plantillas para tallar en las calabazas, distribuidas en nueve temas diferentes, aunque tal vez sean demasiado complicadas. Los más interesantes para elaborar con niños son los de “Animales”, “Fantasy” y “Otros”.

Finalmente, os recordamos cómo preparar una calabaza para que esta decoración quede perfecta en vuestras calabazas de Halloween y disfrutéis realizándola con vuestros hijos. Ya tenéis muchas plantillas para escoger.

En Bebés y más | Disfraz de calabaza de Halloween, Calabaza de Halloween virtual, Decoración de Halloween

viernes, 22 de octubre de 2010

El miedo a la oscuridad en los niños

miedo

Uno de los miedos más frecuentes en la infancia es el miedo a la oscuridad. Suele aparecer en los niños aproximadamente a partir de los tres años y durar hasta los ocho o nueve años.

El miedo en los niños, al igual que en los adultos, es un estímulo que nos hace estar alerta ante determinadas situaciones. La oscuridad hace aflorar en los pequeños los pensamientos negativos, los personajes terroríficos de los cuentos, el temor a los monstruos, a los fantasmas, a los ogros, a la soledad…

Son muchos los niños a los que no les gusta dormir en la oscuridad total. El miedo a la oscuridad aparece por la noche, en el momento de irse a la cama, cuando el niño se encuentra solo en su habitación. Es un momento crucial para los ellos.

Ayudarlos a superar el miedo a la oscuridad

Lo primero que debemos hacer es suprimir la oscuridad total. Lo mejor es dejar encendida una luz tenue, la luz del pasillo o la del baño. Hay luces de noche especiales para la habitación de los niños. Algunas se enchufan, otras se colocan en la pared y también las hay portátiles, las cuales pueden ser transportadas por el niño por si quiere ir al baño en mitad de la noche.

Luego, tenemos que crear un ambiente en el que el niño se sienta seguro. Podemos crear un ritual antes de ir a dormir en el que les acompañemos leyéndoles un cuento, poniendo la habitación lo más confortable posible y disminuyendo los estímulos externos.

No es aconsejable que los niños vean la tele antes de irse a dormir ni que jueguen demasiado alterados. Las horas previas antes de dormir deberían ser lo más relajadas posible. De otra forma, el ambiente hace más propenso que surgan los miedos y las ansiedades. Cualquier imagen que hayan podido ver en la tele podría alterarlos.

Una buena alternativa para superar el miedo a la oscuridad es recurrir a los libros infantiles que hablen sobre el tema, sobre la oscuridad y el momento de irse a la cama, y también hacer juegos en la oscuridad como jugar con linternas, a las sombras o a encontrar cosas.

A los miedos hay que intentar superarlos para que no se tranformen en fobias. Para ello hay que normalizarlos y hacerles frente. Lo más habitual es que el niño vaya perdiendo el miedo a la oscuridad gradualmente.

En alrededor del 3 por ciento de los casos los miedos se transforman en fobias. Si crees que tu hijo tiene un miedo a la oscuridad desproporcionado que, aún tomando medidas, persiste, lo mejor será consultar con un especialista.

Foto | Pseudo Víctor en Flickr.
En Bebés y más | Cronología de los miedos infantiles, Cómo actuar ante los miedos infantiles, Cómo ayudarle a superar los miedos nocturnos

domingo, 17 de octubre de 2010

Diez cosas que queréis que aprendan vuestros hijos

niña persiguiendo sus sueños

Me propuso hace poco un amigo una reflexión muy interesante y no me resisto a compartir con vosotros mis ideas al respecto. Se trata de hacer una lista con las 10 cosas que queremos que nuestros hijos hayan aprendido cuando cumplan la mayoría de edad y para las que, sin duda, hay que comenzar a trabajar desde la primera infancia.

La educación que les demos a nuestros hijos los va a preparar para vivir más feliz y sabiamente, siendo responsables con el mundo que les rodea y dando sentido y utilidad a su vida.

Por eso, además de los contenidos escolares habituales, creo que hay cosas que debemos ayudarles a conseguir aprender, contando, por supuesto, con sus gustos y respetándolos, pero poniendo las bases de un desarrollo global de la persona.

Y para esto hay que empezar pronto, tener las ideas claras sobre lo que importa y dedicarle tiempo y esfuerzo a ello. Posiblemente para cada familia las prioridades van a ser diferentes. Estas son las mías.


  1. Ser un librepensador, es decir, ser capaz de analizar las informaciones críticamente y actuar de forma independiente de las opiniones mayoritarias.

  • Ser capaz de expresarse por escrito y verbalmente perfectamente. Sea lo que sea lo que hagamos en la vida, expresarnos con corrección es muy importante, tanto para los aspectos laborales como para los relacionales. Nuestras emociones y pensamientos desearemos comunicarlos a otros, por lo que, conocer y cuidar el lenguaje es un instrumento indispensable.
  • Tener una cultura amplia que le permita entender por si mismo el mundo y lo que le rodea. Muchas de las informaciones y datos que nos van a llegar en la vida precisan, además de la simple apertura de canales, un proceso interno de interpretación. Sin conocimiento somos esclavos de las mentiras y engaños. Por eso creo que conseguir conocimientos de todos los temas, de manera crítica y variada, es básico para poder ser una persona libre.
  • Confiar en si mismo, respetarse, conocerse y amarse. La autoestima y el autoconocimiento, proporcionando instrumentos teóricos y prácticos, a través de la experiencia y el estudio, para enfrentar las dificultades, creo que son básicos para que una persona desarrolle sus capacidades y logre sus sueños.
  • Saber respetar a los demás, aunque no piensen como él, tratándolos con empatía y resolviendo los conflictos de manera pacífica. La violencia, la competitividad mal entendida, el desprecio del otro conducen a la incomunicación y a la opresión. Poder diferenciar conscientemente nuestros deseos e ideas de los derechos legítimos del otro a expresarse y ser libremente es una parte importantísima de una educación para la paz.
  • Nadar. Puede asombrar lo prioritario que lo considero, pero, de no ser que estemos seguros que nunca le hará falta, me parece una medida importante para poder salvar tu propia vida y la de otros por cosas que he vivido cuando era socorrista.
  • Ser un buen “amo de casa”, es decir, cocinar, cuidar de una casa y de los hijos que tenga.
  • Saber ganarse la vida, es decir, tener conocimientos para elegir o ejercer una profesión que le guste y le permita vivir lo más independiente posible. No me importa lo que sea, o alfarero, o agricultor, o diseñador gráfico, o pintor de brocha gorda, o electricista, o fisioterapeuta, médico, actor, arquitecto, ingeniero, escritor, locutor…
  • Cuidar de la salud: saber de nutrición, medicina básica y remedios naturales, además de poder atender un parto si es preciso y hacer los primeros auxilios.
  • Tener habilidades manuales prácticas: cultivar alimentos además de saber arreglar y fabricar cosas con sus manos. No puedo saber como evolucionará el mundo, pero para sobrevivir nunca sobrará hacerte una cabaña, hacer una fogata o conseguir alimentarte de los frutos de tu propio trabajo.

  • Además de estas diez cosas que yo, en mi experiencia e ideas, considero importante enseñarle, hay muchas otras cosas que hacemos: música, pintura, informática, equitación, idiomas… pero son complementarias a estos conceptos y habilidades que considero imprescindibles para proporcionarle las bases para una vida libre, feliz y útil.

    Estoy segura que vosotros tendréis listas diferentes a la que yo hago y me encantaría invitaros a que las compartáis con la comunidad de Bebés y más, pues creo que es muy positivo el aprender de los demás. Aunque vuestros hijos sean pequeños la educación en el hogar comienza desde la primera infancia y hay que tener las cosas claras. ¿Qué diez cosas queréis que aprendan vuestros hijos?

    En Bebés y más | Los niños son el futuro pero también el presente, “En muchas ocasiones se trata a los niños como seres inferiores”. Entrevista a Enrique Blay (V)

    domingo, 3 de octubre de 2010

    ¡Ay, esas cuentas de la vieja!

    No hace falta competir en rapidez y exactitud con la calculadora, pero sí poder estimar un resultado | Calcular es una capacidad innata y no exclusiva de los humanos | La agilidad para el cálculo se entrena, y se asocia a una buena memoria

    Ahora que todos llevamos una calculadora en el móvil no tiene ningún sentido ejercitar el cálculo mental ¿o sí?

    Un gesto habitual cuando se sale a cenar con los amigos es esperar la factura con el móvil en la mano para calcular a cuánto toca cada uno. Como lo es pedir a la cajera que nos diga en cuánto se queda el vestido que tenemos en la mano con el descuento del 15% prometido. O cotejar las vueltas del supermercado con el importe que figura como "a devolver" en el tiquet. El uso generalizado de sistemas electrónicos de cálculo ha hecho que muchas personas hayan abandonado la práctica del cálculo mental. Para algunos, olvidarse de las tradicionales cuentas de la vieja es un alivio, pero no faltan quienes lo consideran un craso error. ¿Qué pasa si dejamos de calcular? ¿Importa?

    Mucho más que destreza matemática

    Ser hábiles en el cálculo mental es importante no sólo para el aprendizaje de las matemáticas. Los expertos sostienen que ejercitar el cálculo también permite desarrollar la memoria, la concentración, la atención, la agilidad mental, la flexibilidad de pensamiento e incluso la autoestima.

    Concentración Cuando se calcula, distraerse equivale a empezar de nuevo

    Organización Para calcular hay que pensar, paso a paso, el procedimiento que se quiere seguir y elegir el que se considere más eficaz, lo que supone aprender a organizarse.

    Rigor Al calcular se aprende a ser riguroso para no saltarse ningún paso del proceso y llevarlo a cabo adecuadamente.

    Lógica Durante las operaciones de cálculo mental hay que recurrir a la lógica para saber cuál es el mejor procedimiento.

    Memoria Mientras se hacen mentalmente las operaciones matemáticas se necesita almacenar datos y recuperar información retenida anteriormente. Se ejercita la memoria a corto y largo plazo.

    Autonomía Calcular mentalmente es un proceso personal en el que cada uno elige qué pasos seguir y utiliza métodos diferentes para llegar al resultado.

    Imaginación y creatividad Estas habilidades entran en juego a la hora de elegir cómo se afrontan las operaciones.

    Seguridad y autoestima Saber resolver problemas cotidianos u operaciones complicadas da tranquilidad, ayuda a decidir y permite autoafirmarse.

    Utilidad Calcular bien tiene ventajas desde el punto de vista práctico porque ayuda a entender y a desenvolverse mejor en un mundo plagado de números, estadísticas, porcentajes, descuentos, proporciones... como el que vivimos.


    "Es imposible dejar de calcular mentalmente, constantemente estamos procesando información numérica, aunque no seamos conscientes de ello. Hacemos sustracciones, adiciones y multiplicaciones sencillas cuando pagamos, cuando calculamos edades o fechas, cuando miramos el cuentakilómetros para decidir la revisión mecánica, cuando estimamos un precio en pesetas...", asegura Diego Alonso, matemático y profesor de psicología de la Universidad de Almería que ha investigado los procesos mentales implicados en los cálculos matemáticos. El problema, explica, es que lo practicamos poco, perdemos pericia y confiamos demasiado en las calculadoras. Y la dependencia de la calculadora nos quita autonomía y nos hace más vulnerables a engaños y errores, porque si no estimamos mentalmente un resultado, aceptaremos por bueno el que nos dé la máquina, aunque sea aberrante porque nos hemos equivocado al introducir los datos.

    "La cuestión no es enfrentar al cálculo mental con el electrónico, sino aprovechar las potencialidades de la calculadora y utilizar el cálculo mental en situaciones sencillas y como instrumento de anticipación y comprobación de los resultados que nos ofrece la máquina, ya sea con cálculo exacto o estimado", comenta Alonso. Alberto Coto, que cuenta con siete títulos de campeón mundial de cálculo, subraya que el cálculo ya no es tan relevante como en siglo XIX o la primera mitad del XX, cuando la agilidad numérica te distinguía de los demás y podía ser determinante para el trabajo, porque hoy hay programas informáticos que mejoran el trabajo de cualquier contable, pero enfatiza que "es importante tener una visión numérica, una intuición, para saber interpretar tanto los resultados que nos dan las máquinas como las decisiones que hemos de tomar y que a menudo están relacionadas con números. "Si juegas a póquer y tienes cierta agilidad numérica, podrás tomar la mejor decisión en cada momento; y lo mismo ocurre en el mundo de la empresa, si puedes calcular y hacer estimaciones, podrás decidir mejor sobre una inversión o un presupuesto, aunque los cálculos exactos los hagas luego con una máquina", apunta. Y opina que quien no ejercita el cálculo, quien no hace estimaciones, es más susceptible de ser engañado.

    Diego Alonso advierte, además, que para determinadas operaciones sencillas –operaciones con múltiplos de diez, algunos porcentajes, estimar la mitad...– es más rápido calcular de cabeza que sacar la calculadora. De todos modos, la clave no es competir en rapidez con la calculadora, ni siquiera obtener el cálculo exacto que ésta nos da. Basta, normalmente, con una buena estimación. Rafael Crespo García, presidente de la conferencia de decanos de matemáticas y miembro de la Real Sociedad Matemática Española, asegura que la clave es impartir en las escuelas un nivel básico de cálculo mental que permita realizar operaciones sencillas y estimaciones, "un nivel suficiente para que una dependienta no tenga que ir a la caja registradora para saber cuánto supone un descuento". Pero, conseguida esa habilidad, Crespo es partidario de tirar de calculadora para las operaciones repetitivas o complejas. En su opinión, las calculadoras son un importante aliado porque ni todos los niños ni todos los adultos tienen la capacidad necesaria para desarrollar un buen cálculo, no tanto porque no se aborde en la escuela o no haya buenos libros, sino por un problema de métodos, de falta de preparación de los profesores en este ámbito.

    De que las destrezas matemáticas y la agilidad de cálculo son cuestión de método está absolutamente convencido Jaime Martínez Montero, inspector de educación y profesor de la Universidad de Cádiz especializado en didáctica del cálculo en educación primaria. "Hay que acabar con las cuentas, con las sumas y las restas tradicionales, que son las que lastran el cálculo mental", asegura Martínez. Él ha inventado y ha puesto en práctica un método de enseñanza basado en algoritmos, en ir descomponiendo cada operación en otras más sencillas, con más o menos pasos en función de las necesidades de quien calcula, y que trabaja siempre con números concretos en lugar de con unidades, decenas y centenas, y sus resultados están siendo muy satisfactorios. "Los niños de segundo de primaria que han seguido este método realizan cálculos que no están al alcance de los de quinto; saben sumar y restar decimales y dividir un euro en céntimos sin haber aprendido la división, porque operan de forma natural", explica. En su opinión, esos chavales están listos para comenzar a utilizar la calculadora en tercero de primaria, porque ya tienen asumida la destreza para calcular. "Hoy, para hacer rápido y bien los cálculos ya tenemos las calculadoras; para lo que resulta clave el cálculo mental es para estimar un presupuesto, para repartir entre varios, para calcular unas proporciones... Las destrezas matemáticas han de cambiar, y los métodos de enseñanza también", subraya.

    Por otra parte, Martínez Montero está convencido de que mejorar la habilidad de cálculo, como supone un entrenamiento para el cerebro, también mejora la agilidad en otras asignaturas y capacidades, como ser más ágil, más flexible... "Con mi metodología, cada niño se convierte en su propio estratega para decidir cómo descompone cada operación, inventa, toma la iniciativa, y los pasos que da dependen también de la personalidad; el resultado es que gana confianza porque sabe que él solo es capaz de decidir y de llegar al resultado", comenta.

    Pero ¿qué dicen los científicos? ¿Qué partes del cerebro trabajan cuando calculamos? ¿Qué habilidades se entrenan? ¿Y se atrofian si dejamos de ejercitarlo? "No creo que el uso generalizado de las calculadoras tenga incidencia en las funciones cerebrales y vaya a provocar que tengamos menos capacidades. Si perdemos en cálculo mental, igual ganamos en visión espacial por el uso del ordenador y de otros aparatos visuales, o en abstracción y en rapidez de procesamiento de las máquinas", reflexiona el neurólogo Guillermo García Rivas, vocal del grupo de estudio de la conducta y demencias de la Sociedad Española de Neurología. Y añade que tampoco se ha estudiado si ejercitar el cálculo mental puede prevenir alguna enfermedad ni se ha constatado que los grandes calculistas tengan menos enfermedades neurológicas.

    Javier Cudeiro, catedrático de Fisiología en la Universidad de A Coruña, coincide en que nadie sabe qué pasaría si dejáramos de ejercitar el cálculo mental "pero por lo que se conoce sobre las partes del cerebro que se ponen a funcionar cuando calculamos, se piensa que no ocurriría nada dramático, porque siempre habrá una actividad funcional residual". Asegura que, como con el resto de capacidades cognitivas, si dejamos de calcular, el rendimiento en este ámbito bajará, pero no desaparecerán los circuitos cerebrales implicados en el cálculo, aunque podrían modificarse. "Si mantienes el cerebro ocupado en tareas cognitivas, rinde más que si no lo ocupas; y hay datos que demuestran que los niños de entre dos y cuatro años con tendencia a centrarse más en el cálculo, a jugar más con números y hacer grupos numéricos, luego de adultos tienen más rendimiento en lo relacionado con capacidades aritméticas", indica Cudeiro.

    Diego Alonso, que ha investigado los procesos mentales implicados en el pensamiento matemático, coincide en que, debido a la plasticidad del cerebro, cuanto más practiquemos el cálculo más aumentarán las neuronas asignadas a esa tarea, mientras que si no se utilizan, esos circuitos estarán disponibles para otras funciones. Alonso asegura que según el cálculo que se realice y su complejidad se ponen en marcha distintos mecanismos cerebrales: "Si se trata de un cálculo difícil, estarán implicados los procesos de razonamiento general, la memoria de trabajo (necesaria para la retención de resultados intermedios mientras computamos otros), la memoria a largo plazo (de donde recuperamos nuestro conocimiento general sobre el algoritmo necesario para llevar a cabo ese cálculo y todo el conocimiento sobre los números y las relaciones numéricas) y las capacidades lingüísticas", explica. Y añade que también son distintos los circuitos cerebrales que se activan cuando hacemos cálculos exactos y cuando calculamos estimaciones. Javier Cudeiro precisa que en el cálculo se activan de forma secuencial distintas zonas de la corteza parietal y de la corteza frontal. En la corteza parietal, alrededor del surco intraparietal, está el área relacionada con el cálculo, que también interviene en procesos visuales. Pero cuando se efectúan procesos aritméticos más complejos se activan otras zonas, como la parte frontal, que es donde está la memoria de trabajo. Además, las personas con altas capacidades para el cálculo parece que activan otras áreas adicionales, en el lóbulo temporal.

    Por otra parte, múltiples investigaciones han evidenciado que calcular es una capacidad innata, y no sólo en los humanos. Experimentos con primates, con leones y con aves han dejado claro que los animales identifican grupos numéricos. Y experimentos con bebés prueban que los recién nacidos distinguen dos objetos de tres, y palabras de dos y tres sílabas; que los bebés de entre seis y siete meses son capaces de reconocer números pequeños de objetos o sonidos y combinarlos en operaciones elementales de suma y resta, y que a los 15 meses seleccionan espontáneamente el mayor de dos conjuntos de juguetes porque saben comparar. Es lo que Stanislas Dehaene denomina "el sentido numérico", una aptitud innata activada para las matemáticas que ya se tiene al nacer.

    A la hora de explicar cómo funcionan los circuitos cerebrales cuando calculamos, muchos investigadores defienden la teoría del triple código, según la cual actúan tres circuitos o códigos diferentes según la operación realizada. Hay un sistema bilateral intraparietal asociado al sistema cuantitativo que ha sido muy importante a lo largo de la evolución porque es el que se activa para distinguir operaciones simples como saber cuántos leones hay o cuántos árboles nos rodean. Pero cuando el cálculo se realiza a partir de una representación de los números en palabras ("cuánto son 27 más 34") se activa además otra área del hemisferio izquierdo asociada con el sistema verbal. Y si el cálculo se efectúa a partir de una representación visual de los números (lees una ecuación, un porcentaje), entonces se activa la corteza parietal, asociada al sistema visual. Los investigadores han observado, mediante estudios de neuroimagen, que es el segmento del surco intraparietal (el asociado al sistema cuantitativo) la zona más activa en los cálculos, y más activa cuando se estima el resultado que cuando se da la solución exacta.

    Thalía Harmony, de la unidad de investigación en neurodesarrollo del Instituto de Neurobiología de la Universidad Nacional Autónoma de México, ha investigado las características de la actividad eléctrica cerebral que se relacionan con los distintos procesos psicológicos involucrados en una tarea mental. De sus investigaciones se desprende que durante el cálculo mental se incrementa la actividad delta del cerebro, que son las ondas que normalmente se atribuyen a la fase del sueño profundo en el adulto, la fase más reparadora del sueño. "En cualquier tarea que requiere concentración interna –y el cálculo mental lo exige–, se observa un incremento de las ondas delta porque son tareas difíciles en las que el sujeto tiene que pensar para resolverlas y se inhiben otras aferencias (estímulos) al cerebro que no tienen relación con esa tarea", explica Harmony. Otras investigaciones aseguran que el proceso mental de sumar y restar utiliza el mismo circuito cerebral que controla el movimiento de los ojos hacia derecha e izquierda. Investigadores franceses comprobaron que podían predecir si una persona sumaba o restaba sólo por su actividad cerebral, en función de si sus ojos iban hacia la derecha o hacia la izquierda. Creen que el cálculo puede reciclar un antiguo sistema neuronal dedicado a visualizar y comprender el espacio físico.

    De cabeza, como una máquina

    Si los investigadores sostienen que la capacidad de calcular es innata, ¿por qué unos calculan mucho mejor que otros? ¿Qué diferencia a los campeones mundiales de cálculo? "Yo no calculo más rápido porque tengamás neuronas, sino porque mis conexiones son más fuertes, están entrenadas", responde Alberto Coto, siete veces campeón del mundo de cálculo. Coto considera que el cálculo es como una gimnasia mental que, si se practica, potencia las conexiones neuronales.

    "También te ayuda a trabajar la concentración, porque para resolver cálculos has de estar concentrado en ello, mientras que si calculas con una máquina no requieres la misma fuerza mental porque, mientras, puedes estar pensando en otra cosa", añade.

    Diego Alonso, en su doble condición de matemático y psicólogo, asegura que hay factores genéticos, de conocimiento matemático según la cultura en la que se está inmerso, y de oportunidad y motivación, que justifican las diferentes capacidades de cálculo. "Quizá no haya diferencias innatas para las matemáticas, pero sí influye la genética en cuanto a capacidad de concentración, de memoria de trabajo, de destreza para retener información", explica. Y añade que también inciden los métodos de enseñanza, el entorno, la motivación hacia el pensamiento numérico...

    Para algunos investigadores, lo que hace diferente a los calculistas del resto de los mortales no es que tengan unas capacidades matemáticas extraordinarias, sino una mayor memoria para almacenar números interesantes y relacionarlos.

    De http://www.lavanguardia.es/gente-y-tv/noticias/

    lunes, 27 de septiembre de 2010

    Elecciones a Consejo Escolar 2010

    TODOS LOS CENTROS ESCOLARES REALIZARÁN ELECCIONES.

    A partir de este año y tras la publicación del Decretos 327/2010, de 13 de Julio por el que se aprueba el Reglamento Orgánico de los IES y del Decreto 328/2010, de 13 de Julio por el que se aprueba el Reglamento Orgánico de las escuelas infantil de segundo ciclo, de los colegios de educación infantil y primaria y de los centros públicos específicos de educación especial la elección de consejeros y consejeras se celebrarán
    los años pares y por tanto este año se renovarán todos los miembros del Consejo Escolar de Centro.

    Los próximos días 16, 17 y 18 de noviembre de 2010 se celebrarán elecciones a Consejo Escolar para todos los sectores de la comunidad educativa.

    El plazo de admisión de candidaturas será entre los días 16 de octubre y 27 de octubre, y han de presentarse en el centro docente coincidiendo con el horario escolar.

    Calendario:
    • Constitución de la Junta Electoral: 13-14-15 de octubre
    • Presentación de candidaturas en el Centro Educativo, dirigiendo un escrito a la persona titular de la Dirección del mismo: 16 al 27 de octubre (ambos inclusive)
    • Publicación listas provisionales de candidaturas: 28 de octubre
    • Publicación listas definitivas de candidaturas: 2 de noviembre
    • Campaña electoral: 3 al 13 de noviembre (ambos inclusive)
    • Jornada de reflexión: 15 de noviembre
    • Votación de madres, padres y tutores legales del alumnado: 16 de noviembre
    • Votación del alumnado: 17 de noviembre
    • Votación del profesorado, PAS, PAEC, y personal de las escuelas infantiles: 18 de noviembre
    • Proclamación de candidatos/as electos/as: Antes del 22 de noviembre
    • Constitución del nuevo Consejo Escolar: Antes del 4 de diciembre

    Podrán descargarse las Instrucciones, el calendario, los modelos de impresos y los respectivos documentos adjuntos así como los Decretos 237/2010 y 238/2010 y las Órdenes que regulan la celebración de estas elecciones pulsando sobre los respectivos enlaces relacionados que se colgarán en la página web de esta Consejería.

    domingo, 26 de septiembre de 2010

    Consejos para que les guste la música

    escuchando musica

    A quién no le gusta la música. Ya sea música clásica, electrónica o pop ligero. Pero, ¿realmente apreciamos la música, la entendemos y tenemos sentido musical? Vamos a ver unos consejos para que a nuestros hijos les guste la música y muestren interés por este maravilloso mundo de las melodías que tiene tanto por ofrecer.

    En primer lugar, lo ideal es que nuestros hijos nos vean dedicarle atención a la música: que nos paremos a escuchar tal canción o concierto en la televisión, que nos pongamos este disco, que queramos escuchar con ellos cómo suena tal instrumento o tal canto de pájaro…

    Recordemos que ellos aprenden de todo lo que hacemos, así que, parafraseando el conocido lema para fomento de la lectura, “Si tú escuchas, ellos escuchan”.

    Iniciarse en la música como juego, como diversión e incluso relajación cuando son pequeños es la mejor manera de que desarrollen el gusto musical. Hay música adecuada para todas las ocasiones, con las que pueden aprender conceptos como rápido y lento, fuerte y flojo (piano en el lenguaje musical), alto y bajo (agudo y grave)...

    Cuando tengamos oportunidad, asistiremos a conciertos en vivo. Mejor si son pensados para público familiar, ya que necesitamos exponer al niño a la experiencia de la música en directo. En la mayoría de ciudades se ofrecen periódicamente conciertos gratuitos.

    En los conciertos largos habremos de tener en cuenta cuestiones como nuestra colocación (cerca de los pasillos, o al final) por si tenemos que salir cuando el niño lo necesite, ya que no suelen aguantar demasiado tiempo. Pero por poco que sea, estará bien empleado.

    Los conciertos en vivo son un momento estupendo para disfrutar en familia, que refuerza y diversifica nuestro tiempo de ocio, y además nos brindará la oportunidad de observar al pequeño, hacerle expresar sus ideas y gustos, ayudarle a descubrir los instrumentos…

    En muchas escuelas y conservatorios se hacen jornadas de puertas abiertas, que podemos aprovechar para que conozcan estos ámbitos. Los conciertos ofrecidos por estudiantes pequeños, si bien no serán de calidad, presentan la gran virtud de presentarle a nuestro hijo aquello de lo que puede formar parte.

    A los niños les gusta hacer lo que hacen los niños, buscan referentes de su edad, y si les puede fascinar ver un adulto tocando un instrumento, más lo hará ver que son niños de su edad los que los tocan.

    Los primeros instrumentos musicales, los de juguete, no han de faltar en casa. No nos quedemos en el tambor. La flauta, el xilófono, la guitarra … son otras opciones. Eso sí, sin pilas, que ellos tengan que hacerlos sonar, y sin restricciones en cuanto al volumen o estilos, escogiendo las horas adecuadas para “tocar-jugar”, claro.

    Si el niño se sigue interesando por la música y llega el momento de escoger instrumento, hay que evitar tomar esta decisión de manera precipitada y que sea el niño o niña el se haga una idea y preconfigure su elección. Factores como las dimensiones, el precio o la adecuación al niño del instrumento han de tenerse en cuenta también antes de tomar una decisión definitiva.

    Independientemente de nuestros gustos y conocimientos musicales, debemos buscar música de calidad (queremos lo mejor para nuestros hijos). No siempre lo que más se escucha en los medios es lo mejor.

    Siguiendo todos estos consejos para que les guste la música a nuestros hijos, lograremos que disfruten y aprendan con ella, y nosotros junto a ellos.

    Criar sin azotes: Comunicación en positivo (II)

    familia consciente

    Hemos hablado de lo importante que puede resultar ser capaces de cimentar la comunicación con nuestros hijos en positivo para el desarrollo de ellos y para el bienestar de la familia ahora y en el futuro. La base de la comunicación en positivo va a ser que seamos capaces de entender las razones de sus actos, que nacen de una necesidad real.

    La comunicación no violenta ofrece un acercamiento muy interesante para ampliar nuestros recursos para ejercer la paternidad de manera consciente y respetuosa en la infancia y después de ella. En realidad, es una herramienta que deberíamos ser capaces de usar en todas nuestras relaciones con otras personas, tratando de entenderlas, ponernos en su lugar y transmitirles respeto.

    Relacionarnos con nuestros hijos

    Pero sobre todo nos va a hacer falta para relacionarnos con nuestros hijos, tanto para beneficio de las relaciones familiares como para que ellos sepan actuar en el futuro de manera sociable y amable con los demás. Pues todo lo que aprendan de nosotros se basa sobre todo en la manera en la que nos relacionamos con ellos, no en lo que les digamos que hay que hacer.

    El proceso de la comunicación positiva pasa por conectar con nosotros mismos, profundamente, hasta cimentar un cambio social de amplio alcance incluso, ya que esta forma de relación entre las personas es indispensable para las organizaciones, las escuelas, las empresas y la vida pública y política.

    ¿Exagero? No, no lo creo. La manera en la que nos comunicamos con los niños es la base para su comportamiento futuro como adultos. Si la relación entre las personas se basa en el respeto, la empatía y las actitudes no violentas la misma sociedad daría un gran cambio.

    Volvamos, no obstante, a la paternidad consciente. Las acciones humanas son motivadas por tentativas de cubrir necesidades primarias, que además de las vitales y materiales son también afectivas.

    Los actos que realizamos, consciente o inconscientemente, están destinados a intentar cubrir esas necesidades y solamente desde la compresión de esta realidad se construyen las relaciones humanas sanas.

    La teoría de la comunicación en positivo

    Asumamos, al menos ahora de manera teórica, estas premisas. Las acciones humanas están destinadas a cubrir necesidades y las relaciones sanas entre las personas se basan en la comprensión de las necesidades que mueven al otro.

    Apliquémoslo a la paternidad. Si nuestra forma de relacionarnos y comunicarnos con nuestros hijos se cimenta en la autoridad incuestionable de nosotros como adultos y padres, prevalecerán nuestras opiniones y deseos, nuestras ideas y necesidades sobre las de ellos.

    Un cambio en la comunicación con el niño, desde la comprensión de las razones de sus actor y el respeto por sus necesidades reales, haciendo lo posible por cubrirlas y respetarlas, haré posible una relación desde la compasión y la asertividad. Consolidando esta forma de interacción podemos incluso contribuir a una sociedad más pacífica y, de paso, crecerán más felices y confiados dándonos la posibilidad de vivir en una familia que se respeta y se entiende, no solo que se quiere a pesar de las tensiones o los rencores. ¿Me entendéis?

    La opinión generalizada

    La opinión generalizada con la que nos vamos a encontrar es que nuestro bebé es una especie de demonio manipulador que quiere controlarnos cada vez que llora si sus necesidades de comida y limpieza ya están atendidas.

    Nos acosa la idea de que el bebé nos manipula, controla, marea y sobre todo, el miedo, siempre presente en los padres, de hacer cosas que puedan perjudicarle o estropearlo por atenderlo en demasía.

    Pero, si, como os propongo, entendemos sus lloros y gritos no como intento de manipulación caprichosa sino como una legítima llamada para que cubramos sus necesidades empezaremos, desde los primeros meses, a compatibilizar razón y emoción, y sobre todo, a entender que hay necesidades sanas y adecuadas que no son ni la comida, la caca o la temperatura, necesidades emocionales tan poderosas como las anteriores.

    Aplicando la comunicación positiva

    No juzgamos a nuestro bebé ya. Vamos a cambiar la perspectiva y a salirnos de la ideología dominante. El niño no nos reclama por capricho, no es malo, ni incorrecto, ni manipulador, ni pesado. Es un bebé demandante de amor y contacto. No es bueno, tampoco, si es un bebé más tranquilo, que come y duerme de manera plácida. Se acabaron las etiquetas, es el momento de la comunicación positiva.

    Con la comunicación positiva no hacemos juicios sobre los demás. De hecho, y de verdad que supone una gran liberación, no hacemos juicios ni tan siquiera sobre nosotros mismos. Nos centramos en las necesidades y las causas de las manifestaciones visibles de la necesidad, la investigamos y hacemos una profunda introspección, centrándonos en ponernos en el lugar del otro.

    Criar sin azotes: Comunicación en positivo (I)

    niña soñadora

    Es habitual la escena en el parque en la que un niño de unos dos años no desea dejarle sus juguetes a otro. Si se lo quitan, puede enfadarse y salir la agresividad o llorar. Los papás frecuentemente no sabemos como actuar ante esa situación, necesitamos ideas teóricas pero también técnicas para criar sin azotes. Y nos falla la capacidad de lograr una comunicación en positivo con nuestro hijo.

    Por un lado queremos enseñarle a nuestro hijo a compartir y a ser amable. Al fin y al cabo el parque cumple una función sociabilizadora, en la que el pequeño aprenderá a relacionarse con otros niños y a jugar con ellos.

    Por otra parte no podemos evitar empatizar con nuestro hijo, tanto si es el dueño del objeto deseado como si es el que desearía cogerlo y no entiende la negativa del otro.

    La presión del entorno nos indica que “hay que compartir”, y cualquier reacción que no sea de generosidad o de educación de nuestros pequeños nos crea una sensación desagradable. ¿Estaremos educando bien a nuestro hijo?

    Pero partamos de un hecho evidente, la mayoría de los niños, aunque se interesen por los otros niños no están preparados para el juego cooperativo hasta aproximadamente los tres años e, incluso entonces, la idea de ceder sus juguetes a otro, sin conocerlo siquiera, les molesta.

    Casos prácticos

    Pongámonos en su lugar diga lo que diga el entorno. Sus juguetes son su posesión más preciada, o al menos lo son en ese momento. Nosotros no compartiríamos nada con un desconocido, y mucho menos nuestra casa, nuestro coche o nuestros juguetes como son el ordenador o el teléfono de última generación. ¿De donde sale la idea de que los niños deben actuar de otra manera?

    Así que no sabemos como actuar. La reacción más habitual es la de obligar al niño a compartir el juguete. Podemos hacerlo mediante la autoridad, o de manera más sutil, calificando su comportamiento de malo o egoísta, para que ceda a fin de estar a la altura de nuestras expectativas y complacernos.

    Pero claro, puede tener un berrinche. ¿Y quien no? Para lograr un entendimiento y sobre todo, ser capaces de negociar y entender las razones de nuestro hijo podemos usar una técnica muy adecuada que es aplicable a muchas otras situaciones potencialmente conflictivas. Se trata de la comunicación no violenta, que se basa en la asertividad y la empatía.

    No solo nos va a valer ahora, cuando estamos en el parque con nuestro hijito de dos años. A medida que vaya creciendo será cada vez más adecuada, ya que habremos puesto las bases de una manera de comunicarnos basada en el respeto por sus necesidades y emociones, el diálogo y cooperación.

    Nuestro hijo crecerá. Puede que se encuentre con los celos cuando llegue el hermanito, y nos apabulle con berrinches y gritos al haber perdido la atención exclusiva y tener que verse esperando para que las necesidades del más pequeño sean cubiertas. No va a poder jugar con nosotros cuando quiera, tendrá que colaborar y controlar los momentos de rabia hacia el pequeño que le rompe sus juguetes o tiene hambre justo cuando le habíamos dicho que nos bajábamos a jugar.

    Nuestro hijo seguirá creciendo. Irá al colegio y tendrá que ser capaz de ayudarnos para no llegar tarde vistiéndose y desayunando en un tiempo a veces demasiado medido para sus deseos.

    Y luego va a seguir creciendo. Tendrá que hacer tareas no demasiado atractivas, porque en la mayoría de las escuelas los deberes repetitivos y las lecciones de memoria siguen siendo un método que no se ha abandonado. Tendrá ganas de pasarse la tarde enganchado a los juegos de ordenador o querrá salir por la noche hasta horas demasiado tardías.

    Comunicación en positivo

    ¿Podemos mantener la autoridad mediante la imposición mucho tiempo? Me temo que no. La manera de construir una familia que dialoga es comenzar con el diálogo desde pequeños, incluso cuando tienen dificultades todavía para ese tipo de relación. Con paciencia, con mimo, con atención plena. Sin castigos, ni gritos, ni cachetes.

    Entendamos las razones de sus actos, que nacen de una necesidad real, veremos en el próximo tema una nueva técnica, enfocada como herramienta práctica, para lograr esa comunicación en positivo.

    Aprende a Estudiar

    De la mano de Educación y Tic de Domingo Méndez descubro la nueva página del CNICE Aprender a estudiar. Un montón de actividades relacionadas con la buena lectura y las técnicas más adecuadas para un mejor aprendizaje. Una web premiada en el concurso de 2006 y que puede ser de gran utilidad para alumnos de la Educación Secundaria y Bachillerato. Un dato importante, se presenta en dos versiones:Normal y accesible ( un gran acierto, sin duda). Su autor Raúl Martínez, enhorabuena por su excelente trabajo.


    jueves, 16 de septiembre de 2010

    Actividades extraescolares, ¿sí o no?



    ballet
    Con el comienzo del nuevo curso escolar también llegan las actividades extraescolares. Ballet, fútbol, taekondo, natación, patinaje, música y teatro, entre otras tantas, son algunas de las actividades que ocupan la agenda de los niños aparte de su jornada escolar.
    La conveniencia de estas clases entre los más pequeños está en entredicho. Son las actividades extraescolares apropiadas para los niños, ¿si o no?.
    A favor, podemos decir que son actividades educativas y enriquecedoras para el desarrollo de los más pequeños, siempre que les dejen tiempo para el descanso y el juego.
    En contra, que en ocasiones prima más el deseo de los padres que el del propio niño en realizar tal o cual actividad. Y que un exceso de exigencia puede llegar a estresar al niño.

    La actividad extraescolar más adecuada para cada niño

    No todos los niños tienen los mismos intereses. Algunos son de actividades más físicas, mientras que otros se decantan por las más artísticas.
    En el caso de los deportes, fomentan la práctica de ejercicio y la participación en equipo. Son recomendables para los niños de carácter más retraído pues contribuyen a la sociabilización, favorece las relaciones y pueden hacer nuevos amigos.
    Las actividades artísticas como la música, el dibujo o la pintura son más indicadas para los niños que de forma natural tienen interés por alguna de ellas o muestran una sensibilidad especial.

    ¿Cuál es una medida conveniente?

    Las actividades extraescolares son positivas si al niño le hacen ilusión y está interesado en realizarlas. Pero igual de importante que elegir la actividad más adecuada para cada niño es realizarla en una medida conveniente según las necesidades de cada niño.
    La medida más conveniente surgirá de observar al niño pues depende de cada niño y de sus circunstancias personales. Para un niño de 5 años una actividad extraescolar dos veces por semana puede resultar agobiante mientras que para otro puede ser la medida perfecta.
    Lo importante es hablar con tu hijo y observar su comportamiento para saber si está entusiasmado, aburrido o cansado. En consecuencia, se ajustará la frecuencia de las clases a lo que sea más conveniente para el niño.

    Niños estresados por culpa de las actividades extraescolares

    Sea cual sea la actividad que se haya elegido debe ser un disfrute y no una obligación para el pequeño.
    El exceso de actividades extraescolares en los niños propicia el estrés infantil que se manifiesta con dolores de cabeza, dificultad para conciliar el suelo, falta de apetito, cansancio crónico, etc. También repercute en la imposibilidad de expresar o controlar sus emociones y en preocupaciones que no son acordes a su edad.
    Coincidiendo con el comienzo de clases, los pediatras recomiendan a los padres no tomarse las actividades extraescolares como “una carrera contra reloj” y planificarlas teniendo en cuenta que los niños necesitan también tiempo para descansar y, sobre todo, para jugar.
    ¿Tú qué opinas de las actividades extraescolares en niños menores de 6 años? ¿Has apuntado o piensas apuntar a tu hijo a alguna?
    Foto | Sampantha en Flickr
    En Bebés y más | Exceso de actividades extraescolares en los niños propicia el estrés infantil, Niños estresados

    miércoles, 15 de septiembre de 2010

    Consejos para utilizar correctamente las redes sociales

    Leo en el blog Dragonjar una interesante reseña sobre algunas cosas que hay que hacer para un buen uso de las redes sociales. Este sería su catálogo de actuaciones correctas:

    1. "No grabe ni publique imágenes y vídeos sin el consentimiento de otras personas.• Recuerde que cuando se publica una foto o escribe en un foro puede estar incluyendo información privilegiada y/o personal.
      • Respete sus derechos y sea consciente de su responsabilidad, personal y jurídica.
      • Las redes sociales son una importante fuente para la obtención de información sobre las personas.
      • Garantice la seguridad de su información mediante una configuración adecuada de su perfil y utilizando contraseñas adecuadas.
      • Utilice las herramientas de seguridad y sea consciente de que los buscadores pueden permitir a cualquier tercero obtener la información pública de los perfiles.
    2. No publique en los perfiles de las redes sociales excesiva información personal y familiar (ni datos que permitan la localización física), y no aceptar solicitudes de contacto de forma compulsiva, sino únicamente a personas conocidas o con las que haya relación previa.• Si cuando le solicitan sus datos no le dicen para que los van a usar, o no entiende lo que le dicen: nunca los suministre.
      • Tenga cuidado al publicar información relativa a los lugares en que el usuario o un tercero se encuentra en todo momento. Podría poner en peligro a los usuarios.
    3. Cuando envié mensajes de correo a una variedad de destinatarios, es recomendable utilizar la “Copia Oculta
      (CCO)”.
    4. De acuerdo a la información bancaria y personal evite aportar algún tipo de datos personales debe asegurarse de que se ha establecido una conexión segura con el portal.
    5. Desconfíe del correo electrónico que informa de cambios en las políticas de seguridad y solicita datos personales y claves de acceso.
    6. No es conveniente contestar al Spam. Es conveniente desactivar la opción que envía un acuse de recibo al remitente de los mensajes leídos del sistema de correo electrónico. Si un spammer recibe dicho acuse sabrá que la dirección esta activa y lo más probable es que le envié más Spam.
    7. Navegación con los menores
      • Debe acompañar a los menores, ayudarles a distinguir los riesgos, asegurarse de que los niños no accedan a internet a través de entornos no confiables o de que no intercambien datos personales ni fotografías con desconocidos.
    En caso de ser víctima de algún delito, recuerde…
    • Bloquee a la persona que lo amenaza y denúncielo a través del botón de pánico o ventana de ayuda.
    • Tome pantallazos (capturas de pantalla) de la conducta (amenaza, injuria, suplantación o extorsión).
    • Copie y pegue el link y/o URL del sitio, página o perfil.
    • Evite reenviar, modificar o comentar la amenaza esto desencadenaría otras conductas.
    • En caso de facebook, utilice las cuentas de correo de abuso (abuse@facebook.com)."
    Parece que muchas de esas acciones son simples y de sentido común, pues bien, los adolescentes y otros muchos usuarios no respetan ni actúan según esas normas.Por tanto es aconsejable trabajar el tema en las escuelas.



    domingo, 12 de septiembre de 2010

    Volver al colegio (con éxito)

    El País semanal

    Tras las vacaciones, los alumnos vuelven a las aulas. Para muchos padres es un momento de incertidumbres: ¿sacarán los hijos el curso adelante? Estas son algunas claves importantes para evitar el fracaso escolar

    La vuelta al cole no es solo un eslogan de grandes almacenes. Es un momento importante en la vida de las familias. En estas semanas de retorno a la rutina escolar que estamos viviendo, los padres aspiran a tener un curso sin sobresaltos. También los hijos. Para conseguirlo no hay una pócima mágica infalible. Pero sí hay una serie de recetas que pueden llevar, en mayor o menor medida, a que los chavales tengan éxito. Cuanto antes se cocinen, mejor: a un adolescente es más difícil inculcarle rutinas si previamente, en su infancia, no se ha acostumbrado a ellas.

    Los ingredientes más importantes, coinciden profesores y psicólogos, son aplicar el puro sentido común, la constancia y los buenos hábitos. Empezando por lo más básico, como es el descanso, la alimentación y la higiene. Porque un niño o un adolescente necesitan una reserva de pilas a tope para afrontar con garantías cada jornada. Un joven que llega al colegio sin haber desayunado bien, o después de haber trasnochado viendo la televisión o jugando a videojuegos, no es alguien que esté predispuesto a rendir y poner atención en clase.
    La diferencia entre una buena o una mala trayectoria colegial depende del esfuerzo. Pero del esfuerzo de todos. Es como una mesa de tres patas: alumno, padres, profesores. Si una falla, el mueble tiene muchas probabilidades de tambalearse e incluso de venirse abajo. “No se trata solo de lo que tiene que hacer el niño para no sufrir fracaso escolar. Se trata también de lo que tenemos que hacer los demás. Lo primero es que el alumno debe tener un maestro que tenga ilusión por su trabajo y que le motive. Y por supuesto, una familia que se implique en ese proceso, que esté pendiente de su hijo o hija”, explica Belén Marcos, psicóloga.
    En esta guía proponemos una serie de consejos que no por haber sido escuchados antes dejan de ser importantes. Son pasos que si padres e hijos logran dar juntos, llevarán al éxito en el colegio y a no tener que llegar con la lengua fuera a final de curso, cuando ya no tenga remedio.
    Padres siempre pendientes
    Desde que los hijos son pequeñitos. “A veces llegan padres extrañados por las notas horribles que les traen. Eso no puede ser. Tienen que estar atentos a la trayectoria de sus hijos”, explica Núria Thomas, profesora y pedagoga del IES Cor de Maria, del barrio de Horta de Barcelona. Un padre o madre debe ser capaz de responder a estas preguntas: ¿sabemos si nuestros hijos aprovechan el tiempo? ¿Hacen los deberes? ¿Estamos con ellos cuando los hacen? ¿Estudian? Los padres tienen que tener paciencia: “Los hijos son para toda la vida. Hay que prestarles atención. Ojo, es verdad que no existe el mundo ideal, y que hay padres con obligaciones laborales que les roban mucho tiempo. Pero si luego, al llegar a casa, hay una atención, el niño lo percibe. Hay que ser claros: o los padres se dedican y sacan el tiempo de donde sea, o luego, como mínimo, no pueden quejarse. Porque las probabilidades de que las cosas no salgan como esperan aumentan mucho”, subraya Thomas. Otra profesora, Estefanía Sánchez, añade: “A un niño le puede ayudar, en determinadas situaciones, que un padre se ponga a hacer los deberes con él. Si el niño no entiende, el padre o madre pueden ayudarle, y no quedarse en el sofá de brazos cruzados”.
    Estudiar cada día
    Esto tiene que ver bastante con los dos puntos de la página anterior. Acostumbrarse a estudiar al volver del colegio es una rutina beneficiosa. “Hay muy pocos alumnos superdotados. Quien tiene notas altas es porque dedica tiempo”, explica Thomas. “Hasta que tienen 8 o 9 años, con que trabajen una hora en casa es más que suficiente. Después, hasta los 12 años, una hora y media. Y a partir de la ESO, creo que un mínimo de dos horas”. Esta psicóloga, que orienta a jóvenes en situación de fracaso escolar, añade: “Creo que el grueso del trabajo se tiene que hacer en la escuela. Hay que entender que los alumnos llevan ocho horas en el colegio, que es mucho, como una jornada laboral”, señala Marcos.
    Organizarse el tiempo
    Aunque parezca contradictorio con el punto anterior, no se puede ser radical y tajante en el número de horas diarias. Se trata de organizarse bien y de tener sentido común: la cantidad de estudio dependerá de cada alumno, de la edad de la que estemos hablando y del día concreto al que nos refiramos. “Decir que hay que estudiar todos los días es una respuesta políticamente correcta. De lo que se trata es de que los chavales sean responsables de hacer sus deberes diarios y no dejen el estudio para última hora”, explica Thomas. Para que esta filosofía de flexibilidad funcione deben intervenir los padres, quienes deberán saber los deberes que tiene su hijo cada día, cómo lleva la materia de cara a los controles y exámenes, etcétera. Ayudar a los chavales más perezosos, en definitiva, a organizarse y que sigan un ritmo lógico de clase.
    ¿Cómo se estudia?
    La pregunta del millón. “Lo primero que hay que hacer es escuchar en clase. Escuchar y entender. Después, en casa, hay que leer y entender. Y habrá partes que memorizar”, asegura Thomas, que añade: “No hay una fórmula mágica. Hay quien solo necesitará un breve repaso en casa si ha entendido bien lo que se le ha explicado en clase, pero habrá quien no tenga suficiente con repasar”. El esquema básico es atender en clase, estudiar en casa, aprenderlo, hacer ejercicios, corregirlos en clase, hacer resúmenes, repasar. Siguiendo estos siete pasos, será difícil que el alumno no sepa la materia para el día del examen.
    La lectura
    Es indispensable. Un niño acostumbrado a leer es un niño que tiene más capacidad de comprensión. Además de que mejora el vocabulario, la lectura puede servir para que los padres se involucren. ¿Cómo? Haciendo que los padres lean los mismos libros que sus hijos. De esa manera “podrán comentarlo y establecerán un diálogo entre ellos”, recomienda una profesora madrileña.
    Las actividades extraescolares
    Siempre y cuando no lleven al niño agobiado, son muy positivas. El deporte, por ejemplo, es importante. Sobre todo si es en equipo, porque fomenta muchísimo el trabajo en conjunto y las relaciones con otros niños.

    La rutina del horario

    No se trata solamente de descansar y dormir adecuadamente, que, como hemos dicho, es básico. “El estudio es un proceso continuo y a largo plazo. Es importantísimo que un estudiante adquiera hábitos y rutinas. Los niños necesitan saber qué les toca hacer en cada momento. Si no, es muy difícil que se concentren en sus tareas”, asegura Marcos. Al establecer rutinas, ayudaremos al alumno. Estará mejor organizado y tendrá más posibilidades de que no le pille el toro, como se suele decir. “Hay tiempo para todo. Cuando salen del colegio, los alumnos tienen horas por delante. Para merendar, descansar, para hacer deporte y para estudiar”, explica Noelia Olivares, maestra de alumnos de 1º y 2º de la ESO en la Comunidad Valenciana.

    El ordenador

    Es una herramienta de doble filo, amiga y enemiga al tiempo. Por un lado, acostumbrarse
    al uso de un ordenador es beneficioso, en una sociedad que depende, cada vez más, de la tecnología. Pero hay que controlar el tiempo que pasan los hijos delante de la pantalla, porque ellos solos seguramente no lo hagan. “Llámale chat, redes sociales o juegos ‘online’. Les absorbe la energía de una manera increíble. Los chavales no se dan cuenta del rato que llevan delante del ordenador”, asegura Thomas. Y quien dice ordenador, también dice televisión. Hay que controlar el tiempo que los hijos pasan enganchados a las pantallas.

    Fomentar la responsabilidad

    Padres y profesores tienen que remar juntos en esta dirección. Hay que hacer entender a los chavales que el colegio es importante. Es un trabajo que hay que cumplir. No dejarse los cuadernos o los libros en casa; si un alumno ha estado enfermo, tiene que esforzarse por recuperar el tiempo perdido. ¿Deben los padres hacer regalos a sus hijos por conseguir objetivos? “Yo no lo aconsejo. Pero también creo que si un padre no sabe qué más hacer y piensa que prometer un obsequio le va a ayudar…, adelante, que lo haga, que lo intente”, dice una pedagoga.

    Una guardería con cimientos

    Un muy buen reportaje de la periodista almeriense.
    ELPAIS.com - Educación
    Las escuelas infantiles ayudan a ser autónomo y desarrollar las habilidades sociales. Pero hay que tener cuidado con los centros no autorizados o aquellos sin un proyecto curricular. Lo principal es la educación.

    Cu-cú.Irene se tapa con las manos su cara de niña lista, un procedimiento que parece infalible cuando una acaba de cumplir dos años y aún anda por la vida con pañal incorporado. Sus papás también conocen ese juego tan divertido de las apariciones y las desapariciones, y lo practican cada mañana. Salen de casa rumbo al cole, que se llama Las Nubes y está en una calle tranquila del distrito madrileño de Retiro. La dejan en su clase. Se cubren el rostro. Cu-cú. Ya no están. No pasa nada porque en su lugar se han materializado Mónica, su educadora, y otros niños y niñas de su edad, con los que empieza a relacionarse. Juntos aprenden canciones y colores, a comer solos y a lavarse las manos en el cuarto de baño. Leen cuentos en la biblioteca, participan en teatros de marionetas, desarrollan la motricidad, el lenguaje, las habilidades sociales, el intelecto, ganan en autonomía.
    Seguir leyendo.