viernes, 16 de diciembre de 2011
viernes, 9 de diciembre de 2011
La casa de Papá Noel para imprimir y montar
Una vez entramos en diciembre suele llegar la decoración navideña a casa y una buena manera de hacer cosas diferentes, económicas y entretenidas es tirar de manualidades.
Seguro que muchos recordáis los recortables que hacíais en vuestra infancia, con forma de cubo, cilindro o cono y que nunca sabías muy bien para qué servían.
Pues bien, toda aquella práctica que cogisteis entonces os vendrá de maravilla para crear una ciudad navideña hecha con cartulina y vuestras manitas (quizás las de los niños también, si tienen ya 5 ó 6 años), que no es otra que la casa de Papá Noel, la de los Elfos y la de los Renos, para imprimir y montar.
Se trata de un recortable para el que necesitaremos varias cartulinas blancas, el ordenador y la impresora (lógico), tijeras y pegamento de barra. Con paciencia y buena letra iremos montando el precioso pueblo navideño de papel que tan bien decorará nuestra casa.
Para imprimirlo basta con clickar en la imagen de la plantilla, que os llevará a un pdf con toda la construcción. Ponéis 5 cartulinas tamaño folio en la impresora (la página 6 del pdf son las instrucciones en inglés) e imprimís el pdf. Lo que viene a continuación ya es cosa vuestra.
Si creéis que una vez puesta de adorno queda un poco sosa tranquilos, dentro de poco añadiremos más elementos.
Vía | Family Fun
En Bebés y más | Las mejores recetas e ideas para decorar en Navidad, Decoración navideña con piñas, Tarjetas de Navidad imprimibles para identificar los regalos
Una buena idea: árbol de Navidad de cartón
En tiempos de crisis hay que agudizar el ingenio. Recurrir a materiales que tenemos en casa para la decoración Navideña es una opción económica y original, por tanto hoy os traigo una buena idea que podéis hacer con vuestros hijos: realizar un árbol de Navidad de cartón.
En algunas casas se pone un abeto natural, mientras que en otras se recurre al clásico árbol artificial, que es más práctico pero los grandes ocupan demasiado espacio a la hora de guardarlos. Por eso, una buena alternativa, además de ser divertido para los niños son los árboles de cartón para decorar.
Con un poco de imaginación podéis hacer un patrón y recortarlo para armar vuestro propio árbol de navidad. Tenéis que hacer dos caras con una ranura en la parte superior para encajar ambas caras y que os quede un árbol con cuatro caras. Otra variante es fabricar una base y colocar sobre ella las caras del árbol. Aquí tenéis un ejemplo de cómo hacerlo.
También tenéis la opción de comprarlo ya fabricado en tiendas como Soy-eco o The Cardboard Tree.
Una vez que tengáis el árbol viene la parte más divertida: decorarlo. Podéis pintarlo directamente con rotuladores o ceras, forrarlo con papel de aluminio y crear los adornos recortando el propio papel, o bien hacer los adornos aparte, también en cartón y pegarlos en el árbol, como más os guste. Si lo preferís, lo colocáis luces, guirnaldas o las típicas bolas navideñas.
La ventaja del árbol de Navidad de cartón es que al ser más pequeño ocupa poco espacio y que es más fácil de montar y desmontar.
Os dejo algunos ejemplo para que pongáis en marcha la imaginación y compartáis un buen rato con vuestros hijos decorando el árbol de Navidad.
Vía | Decoesfera
En Bebés y más | Árbol de Navidad para decorar la habitación de los niños
Recurso educativo de lectoescritura adaptada
Hoy os traemos un interesante recurso educativo de lectoescritura ideal para los niños que aprenden a leer y escribir, porque les aproxima a ese mundo de las letras, las palabras y los significados de una manera amena e interactiva.
Se trata de un material desarrollado por el Instituto de Tecnologías Educativas del Ministerio de Educación, una aplicación llamada “Lecoescritura adaptada”, diseñada para favorecer el desarrollo y afianzamiento de competencias lectoescritoras (en castellano) considerando que los usuarios finales serán niños y niñas de edades comprendidas entre cuatro y nueve años.
En total hay más de 20 aplicaciones con distintas actividades diseñadas para que puedan ser utilizadas haciendo uso de un reducido grupo de teclas, agilizando el procedimiento para los pequeños usuarios. Lectoescritura Adaptada presenta varios bloques en los que predomina la vertiente lúdica:
- En el primer apartado los niños pueden ver cómo se escriben las letras, hacerlas ellos con el ratón, practicar el orden alfabético (reconocen las letras que aparecen en pantalla y las tienen que pulsar en el teclado) o disputar una carrera de palabras.
- El segundo apartado contiene actividades de asociación de palabras escritas con el dibujo y su lectura.
- El tercer apartado nos deja actividades de léxico para ampliar vocabulario (alimentación, profesiones…) completando palabras, ordenar frases y textos (para niños mayores)...
- Me ha gustado mucho el apartado cuatro, con analogías verbales para completar, palabras “intrusas”... pues se trabajan conceptos como las familias léxicas y los contrarios de un modo divertido. También hay ejercicios de ordenar palabras y de velocidad lectora.
- El quinto apartado contiene un par de pequeños cuentos online.
- Finalmente, el apartado seis está dirigido a padres o profesores con las indicaciones didácticas necesarias para aprovechar al máximo la aplicación.
Se trata de una aplicación accesible a personas con deficiencias visuales a través de lectores de pantalla mediante el uso reiterado de la tecla TAB y métodos abreviados de teclado.
En algunas actividades podemos escoger entre mayúsculas y minúsculas, y una voz va explicando las actividades o pronunciando el nombre de las letras, con lo cual la navegación por la aplicación se hace sencilla para los más pequeños.
Los niños encontrarán en este recurso educativo de lectoescritura los primeros juegos con las letras y las palabras escritas, que tantos buenos momentos les van a proporcionar, con nuestra ayuda y compañía en estos primeros pasos.
Sitio Oficial | NTIC
En Bebés y más | Leer y jugar: una página llena de recursos educativos, Recurso didáctico en Internet para educación infantil, La Cueva de Tragapalabras, para el inicio de la lectoescritura, Aprende de manera divertida las vocales
jueves, 1 de diciembre de 2011
De abuelos "malcriadores" a abuelos educadores
Esto significa asumir una nueva responsabilidad, que no siempre viven como propia, y arriesgarse a un enfrentamiento con los criterios de sus hijos, que pueden tener otras ideas concebidas en cuanto a educación, pero no las desarrollan ellos mismos. No es de extrañar que, en el marco de esta sociedad en la que más de la mitad de los abuelos cuidan a sus nietos casi todos los días, estos abuelos se conviertan en los verdaderos educadores de los pequeños.
¿Es esto bueno o malo? Podríamos decir que, si no hay más remedio… Pero, ¿cuántos abuelos llegan a desarrollar el “síndrome del esclavo”? ¿Cuántos consideran que esa tarea ya la llevaron a cabo en su momento y que no les corresponde? ¿Tienen los padres derecho a “quejarse”?
El reciente estudio dedicado a conocer el papel y la opinión de los abuelos en las familias muestra una demanda firme de los mayores: la necesidad de imponer límites que racionalicen la obligación de manera clara.
Están dispuestos participar como cuidadores de los nietos solo en las situaciones en que verdaderamente sea necesario, cuando el padre y la madre tienen auténticas responsabilidades laborales, no para que estos puedan disfrutar de su tiempo libre a costa del de los abuelos y abuelas (y aquí me acuerdo de la madre del anuncio “ya no puedo más”).
Pero cuando los límites no se respetan es cuando los mayores se sienten “utilizados”, “angustiados” ante la responsabilidad educativa.
Creo que los padres deberíamos ser más conscientes de los sentimientos de los abuelos que cuidan a los niños, dialogar con ellos, saber cómo se sienten (muchos no reconocerán sus sentimientos si estos son negativos) y, en la medida de lo posible, no relegar la educación de nuestros hijos a los abuelos.
Está claro que las situaciones familiares son mil y una, que habrá abuelos conviviendo en el mismo núcleo familiar por necesidad, que hay padres a los que no les queda más remedio, otros que se “aprovechen” de los mayores (en la medida que estos se sientan utilizados)...
Los abuelos tienen mucho que ofrecer a los nietos, pero deberían disfrutar de ellos, “malcriarlos” si es necesario. El núcleo familiar, el hogar, es la base de la educación de los niños, y el papel de los padres en este sentido es fundamental, más cuanto más pequeños son los niños. La relación padres-hijos-abuelos sería especialmente difícil si los valores, las normas, el modo de relacionarse, se conciben de manera diferente entre abuelos educadores y padres.
En el caso de padres, digamos, “independizados” o “indiferentes”, imaginamos que no tendrán problema, aunque en este caso estamos ante hijos que han sido criados y educados por los abuelos.
Foto | Brian Finifter en Flickr-CC
En Bebés y más | ¿Deben los abuelos cuidar de nuestros hijos?, Abuelos niñera, Riesgos y beneficios de ir a la guardería (I) y (II)
viernes, 25 de noviembre de 2011
Diez cosas que tu hij@ necesita hacer
Sin embargo, a veces nos olvidamos de lo importante que es la experiencia real con la naturaleza y los materiales. Vamos a hablar de eso y os voy a proponer 10 cosas que creo que todos los niños necesitan poder hacer en su infancia.
Ensuciarse
Ensuciarse a conciencia: con barro, agua, arena, hojas secas, hierba mojada, polvo de los caminos, lluvia en el pelo, paja del establo. Mancharse lo que necesiten, sin miedo a la suciedad, ni a que se estropee la ropa, ni tan siquiera el resfriado. Mancharse sin preocupación, sintiendo la experiencia de la materia natural.
Revolcarse por un prado, pisar las boñigas de una vaca, acariciar un animal, tener las manos llenas de barro y de musgo de un arbol. Terminar con los zapatos empapados del limo de un riachuelo.
Comer alimentos que recolecte de la Naturaleza con sus propias manos
Seguramente muchos, cuando eráis niños, descubrísteis el placer de comer algo cogido con vuestras propias manos. Yo comí peras y manzanas verdes de un árbol en el que trepe, moras del zarzal en el camino, setas de otoño (con la supervisión de un experto), espárragos e hinojo silvestres, nueces y piñones caídos, frambuesas, flores de acacia, trigo verde, néctar de campanilla, el dulce jugo de una hoja de hierba, higos maduros, huevos de las gallinas recién puestos, leche ordeñada con mis propias manos.
En lo posible ofrecer esta experiencia maravillosa a los niños, en paseos por el campo, vale la pena.
Y si tenemos la oportunidad de cultivarlos nosotros mismos en casa o en el jardín, es otra experiencia maravillosa el plantar, regar y cuidar los vegetales para luego disfrutarlos frescos y llenos de sabor.
Construir un refugio
Nosotros hemos construido muchos refugios. En el bosque, con ramas caídas; en la playa, con los troncos que arrastra el mar; en el desierto, con hojas de palma, piedras y cañas. Inventando un lugar donde escondernos, una aventura de naúfragos u hombres prehistóricos.
Sentir los elementos
Sentir directamente la fuerza y la diversidad de los elementos de la Naturaleza es emocionante, divertido y educativo. No privemos a los niños del viento en la cara, la lluvia en el pelo.
Meter los pies en el río, chapotear en los charcos, tocar con la mano el hielo en invierno, arrancar un carámbano. Revolcarse en la hierba y en la nieve. Lanzarse pellas de barro. Dejar que te rodee una tormenta. Patear las hojas otoñales. Oler las flores de la primavera. Explorar un bosque, una cueva (pequeña), caminar sin rumbo en un paraje natural. Subir una montaña hasta que puedas ver el horizonte y oler el aire de las alturas.
Descubrir animales en libertad
Mirar en una charca los renacuajos, los peces en un riachuelo, observar aves en libertad, perderte en el vuelo de los flamencos. Sentarte en mitad el bosque, en silencio, tumbado sobre la hierba mientras miras los insectos que se mueven. La sorpresa de un conejo que corre. Y, si puede ser, delfines saltando en torno a tu barco o corzos asomando, tímidos, entre los árboles. Escuchar el canto de los pájaros sin hablar. Seguir el curso de un rio hasta ver patos o nutrias.
Hacer sus propios juguetes
Otra de las actividades que olvidamos, cuando pueden ser muy sencillas, es enseñarles a construir sus propios juguetes.
Hacer una cometa y luego, esperar ansioso un día de viento para hacerla volar es algo maravilloso. Hacer una flauta o un palo de agua. Inventar una presa en el riachuelo con palitos y piedras, dejando luego que el agua vuelva a correr libre.
Trepar
Trepar por el simple placer de trepar. Con seguridad, pero sin miedo, y acompañados si es necesario. A un árbol, una tapia, una piedra enorme o una montaña. Sintiendo el peso del propio cuerpo, la gravedad que empuja hacia abajo, descubriendo los lugares donde apoyar los pies y asegurar las manos. Arañándose las rodillas, gritando al llegar a la cima, saltando como locos al rememorar la hazaña.
Encender una hoguera
Encender una hoguera. Por supuesto, con todas las normas de seguridad y la supervisión de un adulto, pero encenderla. Recogiendo ramas secas, con carbones, en un espacio asegurado o en una chimenea. Dando aire con un fuelle o abanicano con lo que tengamos a mano. Viendo como las llamas se alzan, sintiendo el calor en la cara, observando como se consume y, al final, apagando las brasas.
Comer con las manos
Pues si. Comer con las manos es un placer que no deberíamos prohibir, siempre dentro de las normas y adaptándonos al lugar y el alimento. Pero comerte unas chuletas, un pescado asado en el espetón, lo que sea, pero sin necesitar platos ni cubiertos, con los dedos calientes y la grasa por la barbilla. Es divertido, exitante y reconfortante.
Ir descalzo
Por casa les encanta seguramente ir descalzos. Y os lo digo aunque a mi me cueste horrores no ser una pesada de las zapatillas.
Y además, con cuidado, deberíamos dejarles sentir la sensación de los pies desnudos sobre la hierba y las hojas húmedas, la arena caliente, las piedras del camino, la nieve y el agua del un río o el mar aunque estén fríos. Luego, te limpias y te calzas, pero un rato de pies desnudos, con el barro colandose entre los deditos, es un placer y una experiencia sensorial que merecen tener.
Estas diez cosas que los niños necesitan experimentar en su infancia son propuestas a las que deberíamos acercarles, en vez de prohibirlas o evitarlas, pues son una fuente de aprendizaje, libertad y diversión maravillosa.
En Bebés y más | ¿Dejamos a los niños ser niños?, 10 cosas que yo le permito hacer a mi hijo, Los niños tienen que ensuciarse, Las ciudades son hostiles a los niños
viernes, 18 de noviembre de 2011
Se multiplican los casos de hijos que maltratan a sus padres
En concreto, este fenómeno psicosocial se ha multiplicado por seis desde el año 2000, con cerca de 6.500 denuncias recibidas por la Fiscalía General del Estado en 2010, según ha informado la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), que ha tratado este tema en su Séptima Reunión Anual, en Guadalajara.
Los pediatras han señalado que, generalmente, estos trastornos aparecen por causas genéticas, familiares y ambientales. En ocasiones existen causas biológicas asociadas a determinados trastornos psicológicos que hacen que un niño maltrate a sus padres.
Pero, ¿qué importancia puede tener la educación que les damos a nuestros hijos (o la falta de ella) para que desarrollen el síndrome del emperador?
Como comentábamos en nuestro anterior posts, el abandono de las funciones familiares, la sobreprotección, la ausencia de autoridad y la falta de afectividad por parte de los padres, son algunos de los factores que han desencadenado este aumento de casos del síndrome del emperador entre los niños y adolescentes.
La doctora María Victoria García García-Calvo, presidenta de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria de Castilla La Mancha (APapCLM), ha dicho en declaraciones a los medios que
En las últimas décadas, hemos vivido cambios muy importantes en la forma de entender las responsabilidades en la familia. En ocasiones los padres encuentran grandes dificultades para establecer el balance adecuado entre autoridad y afectividad (...). Es en la etapa de aprendizaje cuando hay que distribuir y reafirmar el papel de cada miembro de la familia. Hay que abolir la creencia de que al niño no hay que negarle nada y se debe decir ‘no’ las veces que sea necesario.
Además, señala que los padres, más que castigar cuando hay un error, tienen que gratificar al niño cuando hace las cosas bien.
Otras actitudes que más han aconsejan los especialistas en las consultas consisten en otorgar responsabilidades al niño y hacerle pensar antes de actuar, junto al establecimiento de normas y límites que no sólo es imprescindible, sino que es totalmente compatible con el afecto.
De hecho, los pediatras han aconsejado establecer, desde el principio, normas claras que regulen la convivencia familiar pero, sobre todo, han destacado la importancia de mantener la coherencia y razonar las reglas cuando el niño tiene capacidad de compresión (incluso antes, diría yo).
Los límites son necesarios, y no son incompatibles con la crianza con respeto y empatía, necesaria para un crecimiento feliz.
Por eso en una sociedad en la que no se valoran estos aspectos y en la que la violencia es plato de cada día a nuestro alrededor, no resulta extraño que aumenten los casos de síndrome de emperador o hijos que maltratan a sus padres. Pronto seguiremos analizando esta preocupante cuestión.
Vía | Europa Press
En Bebés y más | Hijos violentos, ¿Se pueden comparar los hijos con los pimientos de Padrón: que unos pican y otros no?, El síndrome del emperador o hijos que maltratan a sus padres
domingo, 13 de noviembre de 2011
El acoso escolar
Creo que los padres deben conocer bien este problema para evitarlo y solucionarlo lo antes posible si se produce, y, cuanto antes manejemos la información, mejor.
El Informe Cisneros indica que es en los primeros años de Primaria cuando las cifras de acoso escolar son mayores, llegando al 40% de los alumnos como víctimas en sentido amplio, pues se incluyen las burlas, el aislamiento y los motes despectivos, no solo, no nos equivoquemos, las palizas o humillaciones organizadas en grupo, que son los casos más graves, pero no los únicos que se consideran acoso.
Este estudio revela que un 23,2% de los niños españoles vive el acoso escolar a diario en cifras generales.
Además, un 53,7% de las víctimas de acoso escolar presenta síntomas de estrés postraumático, el 54,8% sufre depresión, el 53% tiene una imagen negativa de sí mismo.
Añade que también, la modalidad más frecuente de bullying es la que se refiere al bloqueo social (marginación, aislamiento), presente en el 30% de los casos. Le siguen el hostigamiento (21%), la manipulación (20%) y la coacción (17%), la exclusión social (16%), intimidación (14%), agresiones (13%) y amenazas (9%) completan la tabla.
¿Qué es el acoso escolar?
Quizá el mayor problema que supone el acoso escolar es la dificultad para detectarlo. Los adultos que rodean a la víctima pueden no darse cuenta o minimizarlo.
Y es que la violencia escolar no es solamente el que el niño reciba agresiones físicas por parte de uno o varios compañeros y que estas dejen signos evidentes. Normalmente esto, que puede o no llegar a suceder, es la culminación de un proceso de victimización muy complejo.
Comienza con agresiones e intimidaciones que el agredido deja sin una respuesta adecuada y que hacen que los agresores aumenten la intensidad del acoso. Puede comenzar con insultos, motes dañinos, hablar mal del niño y volver a otros compañeros en su contra sembrando rumores malintencionados sobre él.
Además, las amenazas para lograr que el niño haga algo que no desea, quitarle un objeto, o la misma merienda y hasta pedirle dinero son otras de las manifestaciones del acoso escolar. El objetivo es hacerle sentir miedo a las agresiones, a las burlas, a que se cuente algo negativo sobre él.
También, el acoso escolar, se puede manifestar con agresión física: darle collejas o ponerle la zancadilla, empujarle o robarle, esconderle o quitarle sus pertenencias.
La forma más sutil, pero igualmente daniña, de la violencia escolar, es el aislamiento. A la víctima no se le deja participar en juegos o en actividades sociales conjuntas, se le aisla, no se le habla y se le ignora activamente. Lo tratan como un apestado y eso hace que, incluso los que no participaban activamente en el acoso, también se alejen de él, por mantenerse en el grupo, por contagio o por temer ser ellos mismos víctimas.
Hay manifestaciones del acoso escolar que tienen tintes racistas y sexistas como son los motes o comentarios despectivos sobre la minoría étnica o cultural a la que pertenzca la víctima y, en el caso de niñas especialmente, realizar acciones de contenido sexual que las incomoden (como levantarles la falda, decirles groserías o colarse a mirarlas en el baño o cuando se cambian en el vestuario).
Especialmente terrible es el acoso sexual a niños y adolescentes homosexuales o con un comportamiento que no se considere la norma entre su género. A veces, el detonante es simplemente que un niño no juegue a juegos de “chicos”, tenga muñecas o se junte más con las niñas para que sea acosado por homosexual. En los adolescentes, la sospecha de la homosexualidad o su constatación pueden desencadenar una verdadera tortura en la que las agresiones verbales, físicas y sexuales se mantengan durante años.
Como hemos visto el acoso escolar es un fenómeno muy complejo, amplio y desgraciadamente, bastante extendido y desconocido. Para solucionarlo y evitar sus consecuencias más graves la detección temprana es la clave y en el próximo tema veremos algunas maneras en las que los padres podemos detectar sus manifestaciones y signos en los niños.
En Bebés y más | El acoso escolar y prevención de la violencia desde la familia, Preparar a los niños para aceptar la homosexualidad, Suspenso en Eduación, ¿Qué escuela espera a nuestros hijos? (I), ¿Qué escuela espera a nuestros hijos? (II)
viernes, 4 de noviembre de 2011
DASAYUNO SALUDABLE
Por ningún motivo el/la niñ@ debe venir al cole sin desayunar, ya que, su rendimiento se verá disminuído por la falta de energía, así, que pedimos a las familias que contribuyan en la medida de lo posible con esta labor, tod@s lo agradeceremos. ¡¡¡¡GRACIAS PAPIS!!!!
Dificultades de los niñ@s para aprender a leer y escribir .
Recordemos que existen retrasos en el lenguaje y trastornos específicos, tanto uno como otro podrían condicionar determinados problemas en la lectoescritura. Veamos a qué puede ser debido que el niño tenga dificultades.
- Si el niño presenta problemas de concentración y atención. Existen algunos trucos para mejorar la atención de los niños, ayudarles a concentrarse. En el caso de los niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad también se producen retrasos en la adquisición de la lectoescritura.
- Como consecuencia de haber empezado a hablar tarde o con diversos errores articulatorios (dislalias), si pronuncian mal y confunden sonidos, hacen intercambios o sustituciones de fonemas, distorsiones, acortamientos de palabras… Muchas de estas características son normales cuando los niños empiezan a hablar, aunque posteriormente se van “perfeccionando”. Si no consiguen ser solventados es cuando puede dar lugar a un trastorno en el aprendizaje de la lectura y escritura.
- La dislexia es un trastorno neuronal en la lecto-escritura que dificulta en distintos grados la capacidad para aprender a leer y a escribir.
- Los bebés con deficiencias auditivas desarrollan retrasos en la adquisición del lenguaje y las habilidades comunicativas.
- Si el niño no ha tenido una evolución favorable de la lateralización, esto es, el reconocimiento de su derecha e izquierda.
- Los ambientes sociales desfavorables, la no exposición a estímulos, pueden derivar en determinadas dificultades de lectoescritura.
- También podrían causar dificultades, aunque parezca paradójico, la denominadas dispedagogías, aprendizajes forzados y/o precoces de la lectoescritura, problemas con los métodos pedagógicos empleados o con la motivación, y en definitiva procesos de enseñanza y aprendizaje inadecuados.
¿Tiene mi hijo dificultades para aprender a leer y escribir?
Aquí os dejamos algunas pistas que podrían ser indicadoras de que el niño presenta problemas en la lectoescritura. Cuanto antes detectemos el problema será mejor, pues cuando un niño llega a la preadolescencia sin haber sido diagnosticado o ayudado en sus problemas será mucho más difícil ayudarle a incorporarse a una escritura y lectura normalizada.
Algunas de estas pistas son normales al principio del aprendizaje e incluso pueden serlo después (señalar con el dedo al escribir), el problema está entonces si se combinan con otros factores. Ante la duda, lo mejor es consultar al pedagogo para que pueda orientarnos y evaluar al niño.
Existen muchas técnicas que permiten mejorar las habilidades de los niños (dependiendo de la causa del trastorno), por lo que no hay que dejar pasar las sospechas. Tendremos que estar atentos si al principio del aprendizaje:
- No reconoce las letras.
- Escribe con letras desiguales, grandes y pequeñas.
- Señala con el dedo al escribir.
- Las palabras son onduladas, suben y bajan sin seguir una línea recta.
- No separa correctamente las palabras.
- Escribe con “efecto espejo”, confundiendo p-q, d-b…
- Confunde letras que se parecen (n-u)...
- Tiene problemas al pronunciar determinados sonidos similares (p-b, d-t…)
En cuanto a los niños mayores que ya están aprendiendo a leer, si su lectura es lenta o no comprende lo que lee puede haber un problema de fondo que no se ha detectado con anterioridad. Es importante no dejar pasar el tiempo, cuando puede darse un conflicto por el rechazo a leer y escribir, al ser el niño consciente de sus dificultades.
A todos los factores anteriores que pueden predisponer a que los niños presenten dificultades a la hora de aprender a leer y escribir se han de sumar la predisposición hereditaria (si existen antecedentes familiares con problemas en lectoescritura).
De Eva Paris. Foto | jinglejammer en Flickr
En Bebés y más | La discalculia o dificultades para entender las matemáticas, Pruebas para saber si es diestro o zurdo, Trastornos del habla: tartamudez, No por aprender a leer antes será mejor lector
Dificultades de los niñ@s para aprender a leer y escribir
Muchos niñ@s presentan dificultades a la hora del aprendizaje de la lectoescritura. Y aunque en muchos casos los problemas se solventan con el tiempo porque los niños tienen su propio ritmo, aquí señalamos algunos factores que podrían afectarles a la hora de aprender a leer y escribir.
Recordemos que existen retrasos en el lenguaje y trastornos específicos, tanto uno como otro podrían condicionar determinados problemas en la lectoescritura. Veamos a qué puede ser debido que el niño tenga dificultades.
- Si el niño presenta problemas de concentración y atención. Existen algunos trucos para mejorar la atención de los niños, ayudarles a concentrarse. En el caso de los niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad también se producen retrasos en la adquisición de la lectoescritura.
- Como consecuencia de haber empezado a hablar tarde o con diversos errores articulatorios (dislalias), si pronuncian mal y confunden sonidos, hacen intercambios o sustituciones de fonemas, distorsiones, acortamientos de palabras… Muchas de estas características son normales cuando los niños empiezan a hablar, aunque posteriormente se van “perfeccionando”. Si no consiguen ser solventados es cuando puede dar lugar a un trastorno en el aprendizaje de la lectura y escritura.
- La dislexia es un trastorno neuronal en la lecto-escritura que dificulta en distintos grados la capacidad para aprender a leer y a escribir.
- Los bebés con deficiencias auditivas desarrollan retrasos en la adquisición del lenguaje y las habilidades comunicativas.
- Si el niño no ha tenido una evolución favorable de la lateralización, esto es, el reconocimiento de su derecha e izquierda.
- Los ambientes sociales desfavorables, la no exposición a estímulos, pueden derivar en determinadas dificultades de lectoescritura.
- También podrían causar dificultades, aunque parezca paradójico, la denominadas dispedagogías, aprendizajes forzados y/o precoces de la lectoescritura, problemas con los métodos pedagógicos empleados o con la motivación, y en definitiva procesos de enseñanza y aprendizaje inadecuados.
¿Tiene mi hijo dificultades para aprender a leer y escribir?
Aquí os dejamos algunas pistas que podrían ser indicadoras de que el niño presenta problemas en la lectoescritura. Cuanto antes detectemos el problema será mejor, pues cuando un niño llega a la preadolescencia sin haber sido diagnosticado o ayudado en sus problemas será mucho más difícil ayudarle a incorporarse a una escritura y lectura normalizada.
Algunas de estas pistas son normales al principio del aprendizaje e incluso pueden serlo después (señalar con el dedo al escribir), el problema está entonces si se combinan con otros factores. Ante la duda, lo mejor es consultar al pedagogo para que pueda orientarnos y evaluar al niño.
Existen muchas técnicas que permiten mejorar las habilidades de los niños (dependiendo de la causa del trastorno), por lo que no hay que dejar pasar las sospechas. Tendremos que estar atentos si al principio del aprendizaje:
- No reconoce las letras.
- Escribe con letras desiguales, grandes y pequeñas.
- Señala con el dedo al escribir.
- Las palabras son onduladas, suben y bajan sin seguir una línea recta.
- No separa correctamente las palabras.
- Escribe con “efecto espejo”, confundiendo p-q, d-b…
- Confunde letras que se parecen (n-u)...
- Tiene problemas al pronunciar determinados sonidos similares (p-b, d-t…)
En cuanto a los niños mayores que ya están aprendiendo a leer, si su lectura es lenta o no comprende lo que lee puede haber un problema de fondo que no se ha detectado con anterioridad. Es importante no dejar pasar el tiempo, cuando puede darse un conflicto por el rechazo a leer y escribir, al ser el niño consciente de sus dificultades.
A todos los factores anteriores que pueden predisponer a que los niños presenten dificultades a la hora de aprender a leer y escribir se han de sumar la predisposición hereditaria (si existen antecedentes familiares con problemas en lectoescritura).
Foto | jinglejammer en Flickr
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sábado, 22 de octubre de 2011
Los niños “malos” necesitan padres “buenos”
Los padres somos sus referentes, aquellas personas que, fruto del amor (normalmente), les hicimos llegar al mundo y esos de los que esperan amor, cariño y tiempo, porque ellos saben (o quizás si no lo saben, lo sienten), que el amor se demuestra, sobretodo, con besos, abrazos y con roce, mucho roce.
Es por esta razón que cuando los niños sienten que algo falta en su relación con los padres buscan la manera de acercarlos. Empiezan con un “papá, ven a jugar conmigo”, “mira esto que sé hacer” y similares y acaban, si no consiguen lo que quieren y necesitan, aceptando travesura como mecanismo de acercamiento.
Es por esta razón por la que digo que los niños “malos” necesitan padres “buenos”.
Vemos en la viñeta del siempre incisivo Faro a un niño que, ni corto ni perezoso, destroza la casa talando un árbol. La madre define la situación perfectamente con un “tu hijo está reclamando atención”, que suele ser el razonamiento que más nos cuesta hacer a los padres.
Cuando nuestros hijos empiezan a liarla, cuando empiezan a portarse mal, muchos padres ven una lucha de poder, un ramalazo de rebeldía por parte del hijo que trata de imponer sus deseos o su falta de límites, incluso su autoridad sobre la nuestra, como si nos quisieran decir que “¡eh, que aquí también mando yo!”.
Ante esta situación lo habitual es que los adultos, que crecimos controlados por nuestros padres, que fuimos al colegio controlados por los profesores, que empezamos a trabajar controlados por nuestros jefes y que vivimos controlados por nuestras deudas, pensemos que “lo que me faltaba: ahora mi hijo se me sube a la chepa” y que “por aquí no paso”.
Es una reacción lógica. Es el razonamiento simple: mi hijo se salta las normas, se está portando mal, es un niño malo que debe ser corregido. Hacer esto no te hace ser mal padre ni mala madre, porque sólo estás haciendo lo que has aprendido, lo que has mamado desde niño y lo que sigues viendo ahora. Es la consecuencia automática desde hace muchísimos años.
Seguro que más de uno podéis explicarlo porque os ha pasado tal y como lo relato: un niño hacía algo y llegaba la corrección en forma de castigo o en forma de capón, como dice Faro, y listos, el niño volvía a comportarse cívicamente.
El problema es que los capones y los castigos son venganzas, más fuertes o más leves, pero venganzas al fin y al cabo: “tú me has hecho esto, pues yo te hago lo otro”, “tú has hecho que me enfadara, pues yo haré que te enfades”, “tú has hecho esto por las malas, pues yo te enseñaré también por las malas”.
Así, entre enfados y re-enfados lo único que conseguimos es un niño que se comporta como queremos con una de esas procesiones que van por dentro, que tanto puede ser una bomba de relojería a punto de estallar como puede ser una coraza de hierro que tape la espontaneidad o incluso la capacidad de amar y sentirse amado, y esto de por vida.
Así que cuando un niño hace travesuras, cuando un niño es “malo”, lo ideal es que aparezcan padres “buenos”, no de esos que ríen las gracias o desgracias de sus hijos, sino de esos que en vez de centrarse en el acto concreto, en vez de mirar al árbol sobre la casa y proporcionar un castigo de iguales dimensiones, tratan de ir más allá y buscan la raíz del problema. Uno de esos que se dicen a sí mismos: qué mal lo tengo que estar haciendo para que mi hijo llegue a comportarse así para que yo le haga caso.
Estos son los mejores padres, los que cuando un niño parece merecer más castigo deciden buscar la raíz de esa rabia infantil, de esa frustración y de ese enfado de una personita que, aún a sabiendas de que le espera una buena reprimenda, prefiere recibir la atención de sus padres por las malas que vivir sintiéndose invisible.
En Bebés y más | Para ser buenos padres hay cosas que no pueden faltar, Criar sin azotes: técnicas y apoyos, Niños que se provocan el vómito por la noche para no estar solos (conclusiones)
miércoles, 19 de octubre de 2011
domingo, 16 de octubre de 2011
El 88% de niñ@s no consume la fruta recomendada
Parece claro que a los niñ@s les cuesta comer fruta, aunque más bien se trate de un problema de todos, mayores incluidos. Porque si nosotros tuviéramos la costumbre establecida de comer varias piezas de fruta y verdura al día, y las ofrecemos a los peques, estoy segura de que la tendencia sería otra.
Pero según el estudio “Innovación y desarrollo para la comercialización de las frutas de campaña en la población infantil y juvenil”, elaborado por la Asociación de Familias y Mujeres del Medio Rural (AFAMMER), el 88% de los niños y jóvenes comen menos de 15 piezas de fruta a la semana, muy por debajo de las 20 piezas semanales consideradas recomendables por los expertos.
Se trata de un estudio hecho con datos de Castilla-La Mancha, Andalucía y la Comunidad Valenciana, con resultados muy similares y que seguro podemos extrapolar al resto de comunidades. Ninguna de las comidas del día alcanza la cantidad recomendada de fruta, sobre todo el desayuno (precisamente la comida “más importante”), donde están las cifras más bajas.
Y es que uno de los aspectos más destacables es el escaso consumo de fruta en el desayuno ya que tan solo el 28% de los niños y jóvenes de Castilla-La Mancha, el 26% en Andalucía y el 22% en la Comunidad Valenciana comen alguna pieza de fruta en la primera comida del día, en la que priman los productos lácteos.
El informe subraya también el bajo consumo de fruta en el recreo y en la merienda, y la fruta como postre tampoco tiene una gran presencia en la dieta de los niños y jóvenes de estas tres comunidades autónomas.
Al final, el consumo de frutas es bajo no sólo cuando hablamos de los más pequeños, sino de las familias en conjunto ya que el 60% de las familias no llegan a consumir ni siquiera una pieza de fruta al día y son muy pocas las personas que incluyen dentro de su dieta tres piezas de fruta diarias, que es el consumo mínimo recomendable.
Recordemos que el bajo consumo de fruta favorece la obesidad, además de provocar otras patologías en la edad adulta, como riesgos cardiovasculares...
Por ello somos los adultos los que debemos mirar hasta qué punto estamos acostumbrados a comer frutas y verduras cada día, o si hacemos un desayuno completo, porque si nosotros seguimos unos hábitos saludables, nuestros hijos también lo harán.
Vía | Telecinco. De Bebesymas de Eva Paris
Más información | AFAMMER. Foto | Rotfuchsin en Flickr-CC. En Bebés y más | Cinco raciones de frutas y verduras al día, ¿llegamos?, Dejar al niño que elija las verduras, Casi la mitad de los niños comen menos de tres piezas al día de frutas y verduras
viernes, 7 de octubre de 2011
Cómo conseguir que tu hij@ lea
1 Padres que leen, hijos que leen.
Si quieres que tu hijo lea, es fundamental que te vea leer a ti. Si un niño ve que sus padres cogen libros y disfrutan con ellos él hará lo mismo.
Es importante que haya libros en casa y que se les de cierta importancia. Si fomentas la lectura en tu hogar, tus hijos acabarán leyendo. Y lo que es más importante: lo harán por gusto propio.
2 Incúlcale el gusto por la lectura desde pequeño.
Cuanto antes familiarices a tu hijo con la lectura, mejor. Léele cuentos desde muy pequeño, déjale pequeñas notas en la mesilla de noche para cuando se despierte, anímale a que escriba cartas a mamá, etc.
Cuando ya tenga una cierta edad llévale un día a la librería o a la biblioteca a que escoja un libro. Que sea él mismo quien lo hagas. Así se sentirá animado a leerlo. Si encuentra una novela que le apasione repetirá, seguro.
3 Internet puede ser una fuente de inspiración.
Las nuevas tecnologías de la información han creado nuevos formatos de lectura. Así, Internet puede ser una fuente de inspiración para que tu hijo se aficione a leer.
Navega con él en busca de páginas que le gusten. Tu pequeño aprenderá que para leer no sólo se puede recurrir a los libros.
4 ¿Quieres más información?
Si quieres saber más te recomendamos que entres en la sección de educación infantil, en la categoría 'Educación'.
viernes, 30 de septiembre de 2011
Vuelta al cole: se abre la temporada de mocos y catarros
Muchos de vosotros ya lo habréis notado. Vuestros peques empezaron la guardería o el colegio y a los pocos días ha hecho presencia el primer catarro del curso escolar. Como cada año por esta época, con la vuelta al cole se abre la temporada de mocos y catarros.
Al convivir varios niños en un mismo espacio durante muchas horas los virus “hacen su agosto” (o mejor dicho su septiembre). Desde que nace hasta los 4-6 años un niño puede tener unas 100 infecciones, la mayoría de ellas por virus, así que imaginaros la facilidad que tienen los pequeños para contagiarse.
Hay nada menos que unos 200 virus diferentes que pueden provocar catarros en los niños menores de 6 años, o sea que las probabilidades de que uno de ellos ataque a nuestros hijos, al estar en contacto con otros niños, son muy elevadas.
Contagio
El catarro común o rinofaringitis es una infección vírica de las vías respiratorias superiores que se contagia a través de las secreciones respiratorias producidas por la tos y los estornudos, siendo una enfermedad muy contagiosa.
Síntomas
Los síntomas más típicos son los estornudos, la tos, la voz afónica, la congestión nasal y abundante mucosidad. En algunos niños las infecciones se dan con mucha frecuencia, provocando que el niño esté con mocos durante todo el otoño y el invierno.
La tos puede prolongarse una vez pasado el catarro, durante una o dos semanas, lo que da la sensación de que el niño no acaba de curarse. Por su parte, en algunos casos más moderados, el catarro puede ir acompañado de un poco de fiebre.
Prevención
Es muy difícil, casi imposible, prevenir el contagio de los catarros en los niños que van a la guardería o al colegio. Pensar que “al menos se inmunizan” es el único consuelo.
Evitar, en la medida de lo posible, que los más pequeños compartan chupetes u objetos que se llevan a la boca. No compartir bebidas ni alimentos, lavarse las manos con frecuencia y enseñarles a no toser ni estornudar en la cara de otros niños.
Es más que probable que un niño acatarrado contagie a otros niños, por tanto lo mejor es que se quede en casa y descanse. Por su parte, es lógico que un niño que no se encuentra bien se sienta decaído y cansado sin ánimos para cumplir con las actividades cotidianas.
Tratamiento
Un catarro común suele durar más de cuatro o cino días. Es fundamental mantener al niño bien hidratado (agua, caldos, zumos naturales) y limpiar las fosas nasales a menudo con agua salina para que circulen los mocos. El uso de humidificadores ambientales también ayuda, así como los baños de vapor que contribuyen a hacer las secreciones más fluidas.
El catarro es sí no es grave, pero el cuidado de un niño con catarro es importante para evitar complicaciones como bronquitis, otitis, etc., sobretodo en niños pequeños de menos de un año.
En caso de fiebre, se suelen usar antitérmicos como el paracetamol, pero en ningún caso el catarro común se cura con antibióticos. Los descongestivos o mucolíticos sólo pueden ser indicados por el pediatra.
Por todo esto, aunque con la vuelta al cole se haya abierto la temporada de mocos y catarro, lo fundamental es no perder la paciencia y estar preparados para hacerles frente.
En Bebés y más | Vuelta al cole, vuelta a los catarros y los “mocos”, Los catarros en los niños
viernes, 23 de septiembre de 2011
jueves, 22 de septiembre de 2011
Cómo saber si la mochila de tu hijo pesa demasiado
Escolares con lesiones de espalda.
En los últimos años se ha producido un incremento de los jóvenes en edad de ir al colegio que se quejan de dolores de espalda. Aunque los expertos valoran que no es el único factor responsable (también lo son el inadecuado mobiliario escolar y el mayor sedentarismo), el elevado peso que los niños soportan en sus mochilas puede desencadenar estas dolencia
Aunque al principio puedan ser simples molestias en la zona dorsal o lumbar, con el tiempo pueden derivar en problemas más serios como la lumbalgia, la cifosis o la escoliosis.
La mochila no debe superar el 10% del peso de tu hijo.
La regla para saber si la mochila de tu hijo es demasiado pesada es bien sencilla. Sube a tu pequeño a la báscula y observa cuánto pesa. Multiplica su peso corporal por diez y divídelo entre 100. Este el 10% de su peso, y el de la mochila no debe sobrepasarlo. Por ejemplo, si el chaval pesa 30 kilos, no debería llevar una mochila que pesara más de tres.
Además de problemas musculares, llevar un peso mayor puede provocar que los niños pierdan el equilibrio, se caigan y se hagan daño.
La mochila perfecta: ergonómica y acolchada.
El volumen es otro de los factores a tener en cuenta. Fíjate en que ésta no sea más grande que la espalda de tu hijo. Debería quedar como mínimo unos cinco centímetros por encima de su cintura.
Puesto que los niños crecen y las mochilas no, no es conveniente que uses la misma durante varios años consecutivos.
La mochila debe ser anatómica y adaptarse perfectamente a su espalda. Es conveniente que tenga almohadillas para resultar más cómoda y contar con unos tirantes acolchados de al menos cuatro centímetros de grosor. De esta forma el peso queda bien repartido por los hombros. También es aconsejable que la mochila tenga tiras que se puedan abrochar a la cintura. Garantizarán una mayor sujeción.
La importancia de colocarse bien la mochila.
De nada sirve que tu hijo tenga una buena mochila si no sabe cómo ponérsela en la espalda. Ajusta bien los tirantes para que quede bien pegada a la zona dorsal y vigila que no esté demasiado baja, nunca por debajo de la cintura.
Explícale la necesidad de llevar la mochila bien puesta, nada de cargarla sobre un hombro o por delante. También debes ensañarle cómo cogerla cuando tenga que ponérsela. Tendrá que hacerlo con las dos manos y flexionando las rodillas para no cargar la espalda. Ayuda que la coloque sobre una superficie que esté a su altura, por ejemplo una mesa, y cargarla posteriormente a los hombros.
Mete sólo lo necesario.
No cometas el error de meter enseres innecesarios en la mochila de tus hijos. Cárgalas sólo con lo estrictamente necesario.
viernes, 16 de septiembre de 2011
Consejos para llevar la mochila del colegio
Afortunadamente, los más pequeños no necesitan transportar demasiado material a la escuela, pero conforme crecen las mochilas empiezan a engrosar… Por ello vamos a ver unos consejos para llevar la mochila del colegio.
De entre los sistemas de transporte de material escolar, la mochila parece mejor que los carritos, carteras o bolsas. Tiene la ventaja de que hay una parte amplia y “central” en la que se apoya el peso, y no hay que tirar de ella ni hacer maniobras para subir escaleras.
En la mochila encontramos ciertas ventajas que no presentan los otros medios, pero ha de ser bien escogida y utilizada. Estos son algunos consejos para llevar bien la mochila escolar:
- Es conveniente que la mochila tenga asas acolchadas, para no dañar los hombros.
- También ha de ser adecuada al tamaño del niño (no más grande que su espalda y que apoye en la zona lumbar).
- Debe colgarse la mochila en ambos hombros, a la altura lumbar. De otro modo, encontraríamos los inconvenientes de las carteras que se cuelgan en un solo hombro, concentrando todo el peso en un punto.
- Hay que llevar sólo lo necesario para cada día. Los padres pueden revisar el horario escolar para que lleven lo justo, o si se trata de una actividad extraescolar o una excursión han de informarse de qué es necesario que lleven (si es que no lo comunica el colegio).
- Se debe vigilar que el peso transportado no sea superior al 10-15% del peso corporal (en un niño con un peso de 20 Kg. el peso máximo de la carga debería ser de 2-3 Kg.).
- Hay que colocar el material más pesado cerca de la espalda, distribuido uniformemente.
Siguiendo todos estos consejos para llevar la mochila del colegio cuidarán su salud, evitando problemas posturales, dolores de espalda… y en definitiva con ganas de seguir aprendiendo y disfrutando en el colegio yendo con la carga justa.
Vía |de Bebesymas de Eva Paris Hospital de nens
Foto | edenpictures en Flickr
En Bebés y más | La espalda y el peso de la mochila, Consejos para ahorrar en la vuelta al cole, ¿Cuánto debe pesar la mochila del cole?, Las mochilas escolares y la posición en los pupitres, importantes para la salud
Prevenir el contagio de piojos en los niñ@s
Como cada año, comienza el curso escolar y vuelve a hacer presencia la tan temida pediculosis, o infestación por piojos, un asunto que trae de cabeza a padres y educadores. Como padres, y antes de que hagan acto de presencia los indeseados huéspedes en la cabecita de nuestros hijos, debemos tener en cuenta algunos consejos sobre cómo prevenir el contagio de piojos en los niños.
Su contagio no tiene nada que ver con la higiene personal del niño, ni la del colegio, ni la de su casa, éste es sólo uno de los mitos que le rodean. El piojo es un pequeño insecto, sin alas, que sólo se alimenta del hombre, no salta, ni vuela, y que sólo se contagia poniendo en contacto cabeza con cabeza, o también al compartir peines, cepillos, gorros, accesorios para el pelo o almohadas con la persona infestada.
Hay una larga lista de lociones, champús y todo tipo de tratamientos, caseros o no para eliminar a los piojos. Pero nos centraremos ahora en una fase previa, qué debemos hacer para evitar el contagio de piojos.
- Evitar, dentro de lo posible, el contacto directo entre las cabezas de los niños.
- Perfumarles el pelo (puede servir de repelente), preferentemente con colonias o esencias de herbolario como lavanda, árbol de té o geranio. Los repelentes farmacológicos no son recomendables para un uso prolongado.
- No compartir toallas, ni cepillos, ni peines, ni gorros, ni accesorios para el pelo.
- Cepillarles el pelo varias veces al día para debilitar a los piojos, si es que los hay, y evitar que pongan huevos.
- Recogerles el pelo a las niñas
- Revisar las cabezas con frecuencia, especialmente dentras de las orejas y de la nuca: es más fácil eliminar un par de liendres, incluso manualmente, que erradicar toda una colonia, con piojos ya adultos.
- Pasar la lendrera con frecuencia: después del lavado y haber aplicado suavizante, con el pelo mojado, peinar al niño con un peine especial para eliminar liendres y piojos.
Foto | allspice1 en Flickr
Más información | Madres contra piojos
En Bebés y más | Remedios caseros contra los piojos, Piojos: mitos y verdades sobre la pediculosis
domingo, 11 de septiembre de 2011
Cómo educar a los hijos según Pilar Sordo (I)
Lo más habitual cuando os ofrecemos un vídeo es ponerlo al principio de la entrada, presentarlo y luego hablar de él, desgranándolo y analizándolo para ofrecer nuestra visión de lo que en él se puede ver. Hoy, sin embargo, obviaré el análisis del mismo para que comentéis libremente lo que pensáis de él. Dentro de unos días publicaré una entrada con las sensaciones que tuve al verlo.
El vídeo del que os hablo es de Pilar Sordo, a quien conocí (no personalmente, sino que la vi vía Youtube) hace pocos días. Pilar Sordo es una afamada psicóloga chilena, autora de varios libros, muy implicada en labores educativas dando charlas en diversos colegios y asesorando pedagógicamente a los profesionales que en ellos trabajan.
En Youtube hay varios vídeos suyos dando charlas o conferencias, siendo el primero que vi uno en el que hablaba acerca de los hijos y la adolescencia, explicando a los padres de un colegio los muchos errores que se cometen hoy en día y las soluciones para no seguir cometiéndolos.
Este vídeo que comento tiene una duración de unos 40 minutos y en él pude escuchar cosas muy lógicas y válidas y cosas bastante aterradoras e irrespetuosas para con los niños, según mi manera de ver la crianza.
La impresión que me dejó esta profesional, algo así como un “aún no soy capaz de criticarla, pero aún no soy capaz de apoyarla”, quedó más cerca de la crítica al día siguiente, cuando pude ver el vídeo que hoy os traigo, que dura unos ocho minutos, en el que pude ver condensado y resumido todo lo que menos me gustó del primer vídeo, quedando olvidado casi todo lo que sí me gustó (no todo, pero sí casi todo).
A modo de ejercicio de reflexión, y viendo que el vídeo tiene varios votos positivos en Youtube y algún comentario de apoyo, e incluso viendo cómo reaccionan las mujeres que acompañan a Pilar Sordo en el vídeo, me gustaría debatir acerca de sus palabras. Os insto a que veáis el vídeo y expliquéis qué os parece. Por mi parte, como he dicho, os explicaré qué es lo que pienso yo sobre los diversos “pasajes” que contiene el vídeo dentro de unos días.
Vídeo | Youtube
En Bebés y más | Los famosos límites, “Respetar a los niños no significa consentirles todo”. Entrevista al psicólogo Ramón Soler, Cinco pasos básicos para criar en positivo y sin castigos
jueves, 8 de septiembre de 2011
Consejos para una mejor adaptación de los niños a la escuela infantil
Miles de niños han empezado estos días el colegio o han vuelto después de las vacaciones. Tanto para unos como para otros, la adaptación suele ser un trance difícil (también para muchos padres) pues significa, especialmente para los que van por primera vez, un gran cambio en su vida. Hay algunos consejos que como padres podemos seguir para lograr una mejor adaptación de los niños a la escuela infantil.
Lo primero es ponernos en su piel y comprenderlos. Pensad en un niño que se separa de sus padres por primera vez y lo dejan en un sitio que aún no le resulta familiar, al cuidado de una persona que no conoce, junto con un puñado de niños también desconocidos, y muchos de ellos llorando desesperadamente. A cualquiera, incluso a muchos adultos, le daría un angustia tremenda, ¿verdad?.
Los cambios son difíciles de gestionar, sobretodo para los niños de corta edad. Por tanto, es importante que les apoyemos, acompañemos y ayudemos a adaptarse a la guardería de la mejor manera posible.
Acompañarle
El niño no tiene que quedarse con la sensación de que le “abandonamos” en un sitio nuevo y con gente nueva, sino que le acompañamos a conocerlos. Los períodos de adaptación de las escuelas infantiles suelen ser ridículos, en algunos casos inexistentes por la poca disponibilidad de los padres (los niños van jornada completa desde el primer día).Si el niño reconoce el sitio nuevo y conoce a las personas nuevas junto a sus padres, apoyado y acompañado durante los primeros días, le resultará más fácil entrar en confianza con ese círculo que si lo dejamos “a la buena de Dios” y que se apañe solito.
Tarde o temprano acabará conociéndolos, tanto el niño que ha sido acompañado primero por sus padres como el que no, pero seguramente para el primero habrá sido menos traumático. De eso se trata.
La seguridad que le brinda la compañía de los padres le ayudará a una mejor adaptación. La cercanía y el cariño de los padres siempre ayuda a una mejor comprensión del mundo que les rodea. A medida que van creciendo van explorando el mundo, poco a poco, de una forma más autónoma.
Despedirse del niño, no desaparecer
Algunos padres creen que es mejor dejar al niño en clase y desaparecer mientras algo o alguien le distrae para evitar el llanto de la despedida. Al contrario de lo que se pueda pensar, esta conducta es totalmente contraproducente y genera mucha angustia en el niño.Imaginad que un familiar o un amigo os lleva en coche a un sitio que no conocéis, os abre la puerta del coche, os baja, pone primera y se esfuma. No sabéis donde estáis y encima aparece gente a la que no conocéis de nada. No sabéis si vuestro amigo o familiar volverá o no a por vosotros ni cuando, ni siquiera si lo volveréis a ver.
Os quiero decir que lo mejor es despedirse del niño como Dios manda y explicarle lo que va a suceder para no causarle una angustia añadida al hecho propio de la separación.
“Adiós, mi amor, te vas a quedar un ratito en el cole con tu profe y tus amigos. Saldrán al patio a jugar, cantarán canciones y luego mamá y/o papá vendrán más tarde a recogerte”. Un beso grande y adiós. Y os váis. Si os quedáis alargando la despedida demasiado tiempo, sólo conseguiréis alargar su sufrimiento (tampoco vale espiar por la ventana de la clase, al menos aseguraros de que no os ve).
No quiere decir que con esto el niño no llorará. Aunque os despidáis de él puede que llore, es inevitable (además de normal y sano) que sienta angustia al separarse de sus padres, pero al menos no es la desesperación al ver que te han dejado en un sitio hostil y tus padres desaparecen como por arte de magia.
Con el pasar de los días, cada día haciendo la misma rutina, el niño entrará a clase más o menos contento, pero tendrá la seguridad de que mamá y/o papá volverán luego a recogerle para ir a casa.
Actitud positiva
Tanto los primeros día de cole como los días previos, hay que hablarles de la escuela infantil, de los profesores y de los nuevos compañeritos con actitud positiva. Frases optimistas como “te lo pasarás en grande”, “conocerás muchos amigos”, “vas a jugar, cantar, pintar y divertirte un montón” suelen ayudar mucho.Conviene también que conozca el colegio, su clase y su profesora antes de empezar oficialmente el primer día. Con todo este preámbulo positivo, el niño irá reconociendo caras, lugares, juguetes, rincones de la clase y al volver a ir se sentirá más confiado y seguro.
Hablar del cole como un sitio al que “tienen” que ir porque no hay más remedio, solitos, un montón de horas, separados de papá y mamá, obviamente, no es de mucha ayuda.
Paciencia y comprensión
Cada niño tiene su propio ritmo, esto lo decimos siempre, tanto para empezar a ir al baño solito como para adaptarse a las nuevas situaciones. Puede que un niño haya llorado como un descosido el primer día y al día siguiente entre feliz, mientras que otro estará un par de semanas llorando pegado a las piernas de su mamá o su papá. Ninguno es mejor, ni peor, simplemente cada uno lo lleva a su manera.Lo fundamental es tenerles mucha paciencia y comprender el momento por el que están atravesando. También es difícil para nosotros separarnos de ellos. Hablad con vuestro hijo y permitidle que exprese sus emociones, que os cuente qué ha hecho, cómo lo ha pasado en el cole, etc.
Los cuentos que tengan que ver con el tema del colegio y la vuelta al cole pueden ser de gran ayuda para que se sientan identificados con los personajes de la historia así como recurrir al juego simbólico o al hilo argumental para ayudarlos a ponerse en situación.
Con todo esto intento deciros que a la corta o a la larga casi todos los niños acaban adaptándose a la guardería (este es el argumento que dan en muchas escuelas con planes de adaptación ridículos), pero la clave está en hacérselo lo más llevadero posible, conseguir una mejor adaptación de los niños a la escuela infantil.
En definitiva, se trata de implicarnos en sus emociones y que sientan la compañía y el apoyo incondicional de sus padres en los grandes pasos que dan y darán a lo largo de su vida.
Fotos | Leonid Mamchenkov y renfield en Flickr
En Bebés y más | Cómo ayudar a tu hijo en la adaptación al colegio, Cómo ayudarlos a adaptarse a la guardería, Periodo de adaptación ¿sí o no?
miércoles, 31 de agosto de 2011
Teorías sobre la adquisición y el desarrollo del lenguaje: el conductismo
El lenguaje es una de las capacidades humanas que más debates ha generado a lo largo de la historia. Y es que, gracias al lenguaje, podemos establecer relaciones con otras personas y compartir nuestros conocimientos acerca del mundo que nos rodea.
Causa de esta inquietud por saber, han surgido muchas preguntas acerca de su desarrollo, como por ejemplo si nacemos “programados” biológicamente para desarrollar el lenguaje o se adquiere gracias al ambiente externo.
Por ello, en estos próximos días veremos las principales teorías sobre la adquisición y el desarrollo del lenguaje, empezando por la Teoría del Conductismo del psicólogo norteamericano Burrhus Frederic Skinner.
Antes de profundizar un poco en la Teoría Conductista, debemos destacar que el lenguaje es una de las diferencias más importantes entre los seres humanos y el resto del reino animal. Esto no significa que los animales no sepan comunicarse entre sí (ya hemos hablado de las diferencias entre comunicación y lenguaje), ya que pueden utilizar sonidos y/o gestos que constituyen señales aisladas para transmitir mensajes muy específicos.
El lenguaje humano parte de una pequeña cantidad de sonidos individuales (los fonemas) con los que podemos llegar a construir sílabas o palabras. Éstas, a su vez, junto con una serie de reglas gramaticales, permiten transmitir y comprender una cantidad infinita de mensajes.
Principios de la Teoría Conductista
Este enfoque, que como hemos dicho tiene como uno de sus representantes más importante al psicólogo norteamericano Burrhus Frederic Skinner, sostiene que todas las conductas del ser humano se rigen por el esquema general de Estímulo-Respuesta.
Esto quiere decir que lo que hacemos tiene consecuencias que pueden ser buenas o malas, siendo capaces de anticiparlas para comportarnos de una forma u otra.
En lo referente al lenguaje, la Teoría Conductista afirma que es una conducta más que funciona de forma similar a otros comportamientos del ser humano, como el caminar o la capacidad cognitiva, y que existe gracias a una serie de estímulos que contribuyen a la aparición, mantenimiento y desarrollo de la conducta verbal.
Por ejemplo, nosotros animamos a nuestros bebés a realizar diferentes sonidos. Cuando éstos se aproximan a las palabras mamá o papá, el niño descubre que pueden ocurrir toda clase de acontecimientos, como que sonreímos o le cogemos en brazos.
Defiende que la imitación es la capacidad infantil que sirve de motor o permite acceder al lenguaje, junto a la necesidad de satisfacción de determinadas necesidades como comer, beber o jugar.
En función del refuerzo que obtengan del entorno, los niños cambiarán o ampliarán progresivamente sus emisiones verbales, haciendo que cada vez se parezcan más al lenguaje de los adultos según vayan creciendo.
Aspectos positivos y negativos de la Teoría Conductual
La Teoría Conductual no se preocupa por el lenguaje en sí, sino por la etapa preverbal y el contexto en el que se mueve el niño. Por ello, esta teoría, al igual que el resto, cuenta con una serie de puntos fuertes y otros débiles.
Como puntos fuertes podemos señalar los siguientes:
Por otro lado, los puntos débiles del conductismo podrían resumirse en los siguientes:
Conclusión
Este acercamiento al lenguaje infantil parece no ofrecer muchas respuestas a las preguntas establecidas sobre el mismo. Si es verdad que su contribución más importante ha sido el que el ambiente es un importante mediador en el aprendizaje del lenguaje.
También nos dice que existe una necesidad del uso del lenguaje que responde a la satisfacción de determinadas necesidades por parte de los niños (si un niño quiere comer una galleta y no puede alcanzarla deberá pedir ayuda a alguien).
Por ello, para intentar completar aquellas cuestiones que la Teoría del Conductismo no podía aclarecer, existen otras teorías sobre la adquisición y el desarrollo del lenguaje de las cuales hablaremos en breve.
No obstante, y hasta ver todas estas teorías, lanzo una pregunta al aire: ¿qué opinais sobre la adquisición del lenguaje? ¿Es un proceso natural o aprendido?
Foto | b0jangles en Flickr
En Bebés y más | Los Simpson, la crianza y los métodos conductistas, No sólo del método Estivill duerme el niño
sábado, 27 de agosto de 2011
No me lo creo: uno de cada diez niños estadounidenses padece TDAH
Una encuesta reciente realizada por el gobierno de EE.UU. refleja que entre 2007 y 2009 el nueve por ciento de los niños de 5 a 17 años fue diagnosticado de TDAH (Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad).
Estos datos se hicieron públicos el pasado 18 de agosto y miembros del Centro Nacional de Estadísticas de Salud señalan que estas cifras podrían deberse a que los niños tienen un mejor acceso a los sistemas de salud y que los médicos están más sensibilizados con el trastorno, lo conocen más y por lo tanto son más capaces de realizar el diagnóstico.
Dicho de otro modo, sugieren que el número de niños con TDAH era hace años menor, no porque hubiera menos prevalencia, sino porque el trastorno estaba subdiagnosticado.
Y yo, pues lo siento, pero no me lo creo. Es imposible que un trastorno cuya causa no está todavía del todo clara y que no es diagnosticable con ninguna prueba médica objetiva afecte al 9% de los niños.
No digo que el trastorno no exista, porque igual que no se puede demostrar de ningún modo que existe (porque como digo no hay prueba médica que ayude al diagnóstico, sino que se basa en cuestionarios y en observar conductas y comportamientos), no se puede demostrar que no existe y seguro que hay niños con conductas patológicas que, sin conocer la causa, podrían mejorar si se diagnostican como niños con TDAH y se trabaja con ellos.
Sin embargo esos niños deberían ser una minoría, como lo son los niños con enfermedades concretas como el asma, la diabetes o incluso un cáncer o una cardiopatía. Bajo mi punto de vista dentro de ese 9% de niños con TDAH se han colado muchos niños que no lo padecen, pero que tienen un comportamiento no aceptado por los adultos.
Quizás no atiendan en clase (porque se aburren, porque son demasiado listos o demasiado poco, porque no están motivados o porque todo les da igual), quizás no hagan caso a sus padres (porque sus padres no les hacen caso a ellos, porque están todo el día trabajando, porque no hay entendimiento ni comunicación, porque hay demasiadas normas o porque no las hay), quizás no tengan aspiraciones en la vida (porque están hartos de ver que la sociedad se degrada sola, porque se dan cuenta de que por mucho que estudien no tendrán trabajo, porque…), pero no, estos niños no tienen TDAH y los padres y médicos, en vez de buscar la raíz de los problemas (que podrían ser algunos de los enumerados u otros), prefieren decir que lo que tienen es una enfermedad, un trastorno, y tratarles, seguramente, con una medicación que hace que estén un poco más atentos, que molesten un poco menos, pero que sigan viviendo con los mismos problemas.
Vía | Heathfinder
Foto | DigiSmile STL (aka Rob n Amy C) en Flickr
En Bebés y más | ¿Está el TDAH sobrediagnosticado?, ¿Cómo se diagnostica el TDAH? (I) y (II), “No estáis solos”, testimonio sobre el déficit de atención e hiperactividad
Recetas frescas para niños: ensaladas y otros platos de vegetales crudos
Seguimos con nuestro Especial Verano con niños en Bebés y más y también con nuestras recetas frescas para ellos. Esta vez, y tratando también un plato indispensable en verano y que debería, igualmente, estar presente a diario en nuestra mesa: las ensaladas.
Una ensalada puede ser plato único usando pasta, arroz o legumbres, puede incorporar algún alimento cocido o incluso frito,pero debería tener siempre vegetales crudos que van a aportarnos vitaminas, agua y fibra, además de la energía que también tienen los vegetales.
Priorizar las ensaladas en verano nos permite una cocina alegre, sencilla pero llena de nutrientes. Y sobre todo, una alimentación completa y poco pesada, que es lo más importante para que le dieta de nuestros hijos durante esta época sea lo más adecuada posible.
Ensalada multicolor
Una de las cosas más agradables que nos permiten las ensaladas es jugar con los vivos colores de los alimentos, creando incluso, si nos damos maña, preciosos diseños. La ensalada multicolor se basa en ese principio y hacerla bonita y alegre es la única norma.ç
Disponiendo los alimentos en bandas, círculos concéntricos, aspas o dibujando una flor, tenemos que elegir ingredientes variados y de colores brillantes, sabrosos y frescos e ir colocándolos de forma en que los colores contiguos contrasten lo máximo posible y resulte apetitosa.
Mis sugerencias son maíz, espinaca cruda, lechuga picada, zanahoria rallada, aceitunas negras, manzana en daditos, rabanitos, pepino, pimiento rojo y verde, aguacate, champiñones en láminas, tomate y guisantes. Además, podemos añadirle huevo cocido cortado en rodajas, jamón york, trocitos de bacón, jamón serrano, atún, pollo cocido, garbanzos, pasas, queso y nueces.
Para el aliño, dada la riqueza de sabores que vamos a presentar y su alegre colorido, habría que optar por algo suave e incoloro, que nos permitiera disfrutar la ensalada multicolor en todo su maravilloso esplendor. Hay que servirla en una fuente grande y plana, preferentemente de color blanco y recordando que la gracia de este plato está, sobre todo, en la presentación.
Cremas y bastoncitos
Esta es otra de las preparaciones de ensalada veraniega que nos garantiza el éxito y el sabor, además de ser un plato realmente completo, fresco y de precioso aspecto. La idea es preparar diferentes vegetales en forma de bastoncitos, que sean duros y crujientes, para ir luego mojándolos en diferentes salsas y cremas sabrosas, frescas y muy nutritivas.
Para las crudités no deberían faltarnos zanahorias, pepinos, pimientos, apio y hojas de lechuga firmes y no muy grandes. Además podemos servir diferentes clases de colines o bastoncitos de pan aderezados con frutos secos o especias. Se deben colocar artísticamente en bandejitas o platos, preferentemente de color liso, sin dibujos, para que no se pierda el contraste de colores.
Los bastoncitos y los colines los mojaremos en las cremas densas que forman, en realidad la base del plato. La idea es procurar salsas cremosas y consistentes, frescas pero con sabores intensos, pudiendo incluir en su composición legumbres y hasta algún producto de origen animal que complete las proteínas de esta ensalada completa.
Las cremas también tendrán bonitos colores y serán diferentes tanto en aspecto como en sabor. Un ajo blanco suave de ajo pero bastante pastoso, un salmorejo, hummus de garbanzos y de lentejas y guacamole.
Para hacer el ajo blanco trituramos en la batidora un par de rebanadas de pan blanco remojado y escurrido, un puñado de almendras (unas veinte), un chorro de aceite de oliva, ajo y sal.
Para el salmorejo necesitaremos tomate muy colorado, aceite, miga de pan abundante, sal y ajo, batidos muy lentamente para que se quede ligado.
Los hummus toman como base la legumbre cocida normalmente sin nada más que sal y luego escurrida, que se machaca hasta quedar hecha una masa fina con un poco de aceite, añadiéndose, al gusto de los niños, comino, ajo y semillas de sésamo.
Iremos mojando los bastoncitos de verduras y los colines en las salsas y os aseguro que el plato les encantará a pequeños y mayores.
Tomates y aguacates rellenos
De nuevo os sugiero un plato de vegetales crudos, donde la presentación y el colorido son fundamentales para lograr el éxito de la noche. Necesitaremos un aguacate y un tomate grande para l cada dos personas. Los vaciaremos. El aguacate sacándole primero el hueso y luego, con cuidado, la carne con una cuchara dejando intacta la piel. El tomate igualmente debe quedar vacio de la carne interior y las pepitas, pero tenemos que conserva la carne pegada a la piel.
Para el relleno podemos elegir diferentes sabores, buscando texturas suaves y colores que contrasten con el exterior. Normalmente yo pico la carne de aguacate con lo que he sacado del tomate, añado sal. Relleno con ello el aguacate y pongo unas tiritas de salmón ahumado o anchoas por encima para decorar.
El tomate se puede rellenar de queso crema o una mezcla de lechuga picada con mayonesa, decorando con huevo picado, jamón cortadito o unas aceitunas verdes y negras cortadas en rodajas.
Como podéis ver hay muchas formas de presentar los vegetales crudos de manera sabrosa y atractiva y, especialmente en verano, es importante incluirlos a diario en la dieta de los niños y para eso, además, claro está, que elegir productos de calidad y presentarlos adecuadamente, es indispensable nuestro ejemplo. Seguiremos en nuestro Especial Verano con niños en Bebés y más con esta selección de recetas frescas pensadas especialmente para los comensales más exigentes, nuestros hijos.
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